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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Documental A través de entrevistas, los autores del robo al banco más famoso de Argentina se sinceran sobre cómo y por qué llevaron a cabo su atrevido golpe en 2006.
13 de agosto de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nuevo documental de Netflix dirigido por Matías Gueilburt narra el atraco al Banco Río de Acassuso en 2006 de la mano de sus protagonistas, un grupo de carismáticos ladrones liderados por Fernando Araujo y el uruguayo Mario Vitette Sellanes.

Por Nicolás Bianchi

¿El documental supera a la ficción? Al menos en una comparación entre la reciente El robo del siglo (2020), protagonizada por Diego Peretti y Guillermo Francella, y este documental sí. No es que la película dirigida por Ariel Winograd sea mala, de hecho cuenta con varias virtudes, pero, en este caso, la ficcionalización del documental, con los verdaderos personajes de carne y hueso en escena, es más atractiva que cualquier tipo de dramatización.

Gueilburt y su equipo de producción consiguieron testimonios claves para reconstruir lo sucedido el 13 de enero de 2006 en el Banco Río de Perú, en la zona norte del conurbano bonaerense. La historia comienza a hilarse a partir de lo que cuenta el excéntrico Araujo, que se obsesionó con la idea de robar un banco tras un viaje de marihuana. Luego comenzó a diseñar un plan al que dedicó meses de intenso trabajo (la película no explicita de qué manera este hombre podía vivir sin trabajar, aunque todo parece indicar que se trata de alguien de una posición acomodada).

La banda se comenzó a formar a través de otro delincuente apodado El Doc, recibido de abogado en la cárcel de Devoto, que nunca fue identificado ni apresado por la policía. Araujo sumó a su amigo de la adolescencia Sebastián García Bolster, estudiante de ingeniería y dueño de un taller de motos, encargado de la maquinaria para hacer el túnel y abrir las cajas de seguridad. Finalmente se unieron al grupo los delincuentes “profesionales” Rubén de la Torre y Vitette, a quien le gusta recalcar que es un ladrón de la vieja escuela, con “códigos”. Ambos contaban, al momento del hecho, con un frondoso prontuario.

Araujo y Vitette hablando a cámara brindan la dosis suficiente de entretenimiento y show para esta y otras películas. Con estilos completamente diferentes, los une el egocentrismo y la pasión por hablar de sus hazañas compartidas. Las escenografías montadas por la producción refuerzan el carácter de los personajes y resultan sumamente efectivas. No importa si Araujo vive o no en una estrambótica casa en medio del Tigre o si Vitette tiene una mansión con yacuzzi en Uruguay (o si ambos sitios están sobre estilizados para dar un golpe de efecto mayor). En cualquier caso esto es verosímil y contribuye a la narración.

Los integrantes de la banda del golpe del siglo nunca fueron reprendidos por la sociedad. Es más, tras el estallido y el corralito bancario fueron considerados héroes o, al menos, personajes simpáticos. La complejidad del plan, la inteligencia de Araujo y Bolster, y también la picardía de Vitette han sido admiradas. Que no hayan empleado armas de fuego, puesto que ingresaron al banco con réplicas de plástico, también es un hecho que contribuye al mito.

Ahora bien, el no uso de la violencia es un hecho discutible. En la película también están presentes los testimonios de un puñado de rehenes, que al día de hoy, más de 15 años después, todavía lucen traumados por la experiencia. Ellos no sabían que las armas eran de juguete y creían que la amenaza que pendía sobre sus vidas era real. Recuperar estas voces es otro de los aciertos del documental.

Los ladrones es un documental sólido e inteligente, que aprovecha al máximo los recursos que tiene. Una de sus principales virtudes es reconocer que las verdaderas estrellas en esta historia son los protagonistas.
Se estrenó recientemente en Netflix. Contacto: [email protected]
El Golo Cine
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