Película de 1980 basada en la novela de 1976 de Clive Cussler famosa por el varapalo económico que sufrió en sus días, al ser una superproducción muy costosa y a la vez muy criticada. Durante años ha sido objeto de burlas y de críticas; una pena, yo la he encontrado bastante entretenida y muy valiente.

Los americanos descubren que en el interior del Titanic hay un mineral muy escaso con el que se puede fabricar armamento (estamos en medio de la Guerra Fría), y los soviéticos están en las mismas. Para acceder a él, no se les ocurre nada más y nada menos que reflotar el barco. Repito, la novela es de 1976 y la película de cuatro años más tarde, es decir, no tenían acceso al conocimiento que tenemos hoy en día. Por lo tanto, criticar esto es cuanto menos una tontería. Y el barco sale a flote, sí señores. Y regresa a Nueva York.

+ El atrevimiento de llevar a cabo este plan demencial, ya que fue concebido en una época en que no hacía falta recurrir al humor o la parodia para llevar a cabo semejantes locuras, tal vez porque fuera una época con menos cinismo y más inocencia. También la banda sonora de John Barry.

- Los efectos especiales, al ser una superproducción, decepcionan bastante. Y también David Selby, que está perdido durante toda la película.