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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Comedia Billy (Vince Vaughn) y Nick (Owen Wilson), dos comerciales ya cuarentones que han perdido su empleo, llegan a la conclusión de que su problema consiste en no haberse adaptado a las nuevas tecnologías. Deciden entonces empezar de cero y buscar trabajo en la empresa más popular de Internet: Google. Cuando, por fin, consiguen un contrato de prácticas como becarios, se verán obligados a competir con jóvenes veinteañeros, universitarios ... [+]
4 de agosto de 2023
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Película de esa factoría de Shawn Levy cuyos fundamentos artísticos me traían a la mente, hasta no hace mucho, la forma de trabajar de la Santiago Segura durante su ‘etapa amiguetes’, esto es, un cine de apariencia algo tosco, simple, a medio camino entre el show de humor improvisado y la comedia de colegas. Obviamente, la comparación no se sostiene porque Segura siempre ha manejado sus proyectos con mano firme e ideas claras, siendo él el que llama a los amiguetes que cree que necesita o que puede manejar, mientras que en el caso de Levy él parece ser simplemente el profesional al que Ben Stiller y su pandilla (Owen Wilson, Vince Vaughn, Kevin James…) contactan con alguna idea para que aporte coordinación y orden mientras ellos hacen lo que les da la gana… muchas veces con libretos apenas esbozados o con refritos de ideas como esta “Los becarios”.

El resultado es el habitual, ni mejor ni peor. El habitual. Una cinta sin demasiada historia y muy irregular, con gags de bajo coste y mecha corta, escritos sin demasiado refinamiento y ejecutados con exceso de muecas en el caso de Wilson y de sarcasmo en el caso de Vaughn, porque si algo se le da bien a Levy es no sacar a sus chicos de sus respectivas zonas de confort. Así que “Los becarios” termina entreteniendo por saturación de chistes más que por dejar algo para el recuerdo. No, aquí no encontraremos algo parecido al épico chiste del mono que sodomizó al león, más de cinco minutos cebando al espectador, mitificado por el gran Chiquito de la Calzada sino un bombardeo continuo de zascas y dobles sentidos de resultado desigual y excesivamente dependiente de las simpatías que te despierten los protagonistas o del estado de ánimo en el momento del visionado. Hacer reir nunca es poco, pero conviene dar a las obras algo de estabilidad.

Pero sí es verdad que se nota la mano de una dirección competentemente sobrecualificada (dentro de lo banal del conjunto) como la de Levy, capaz de un montaje final que incrusta los sketches en tramas con un mínimo de solvencia y consistencia y hacen del conjunto una obra que entretiene porque se deja ver con fluidez. Me alegro de que las cosas le vayan bien y empiece a ser un director respetado al que ponen al frente de blockbusters de enjundia. Quizá los paralelismos con Santiago Segura no eran tan descabellados y dentro de no mucho sea él el que llame a las estrellas y no al revés. Talento para un cine comercial e inteligente como el que demandan los tiempos que corren no le falta.
OsitoF
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