Media votos
6.3
Votos
43
Críticas
41
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Mordo:
7
17 de abril de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es una School of Rock con más "jebimetal"? Es una historia bastante cliché, pero dentro de todo, hecha con cariño.
Entretiene sin ser brillante ni audaz, es correcta y se nota el amor por el metal: tiene sus pequeñas dosis de crecimiento cliché, sobre todo de Hunter, sus momentos "awkward" cliché, su adolescencia americana cliché en un instituto cliché, su batalla de bandas cliché, sus matones cliché, sus frikis losers cliché, y su argumento que, por cliché, es bastante predecible, pero no por ello menos meritorio a la hora de usar su carta de nostalgia para recordar las bandas que conocimos gracias a los cassettes que pasaban de mano en mano e incluso reírse de la estética de años pretéritos.
Elección muy acertada de las canciones, sin ser rebuscadas dentro del género, da con un repertorio bastante menos casual que School of Rock: Black Sabbath, Iron Maiden, Mastodon, Metallica, Judas Priest, Pantera... Tom Morello ha hecho un esfuerzo muy acertado para hacer una selección de "Heavy Metal starter pack" para adolescentes. Esto es digno de elogio.
Sigo pensando que, de tener más minutos o quizás formato de serie, Metal Lords podría haber profundizado en asuntos muy serios, y habernos dado un filme digno de mención. Se queda en algo muy poco "heavy", más bien "light". 90 minutos para pasar un rato agradable, y una dosis leve, casi naïve, de gamberrismo malsonante y obsceno.
Calaveras, institutos, juegos de rol y heavy metal... Y un cameo delicioso. +1 por ello.
Entretiene sin ser brillante ni audaz, es correcta y se nota el amor por el metal: tiene sus pequeñas dosis de crecimiento cliché, sobre todo de Hunter, sus momentos "awkward" cliché, su adolescencia americana cliché en un instituto cliché, su batalla de bandas cliché, sus matones cliché, sus frikis losers cliché, y su argumento que, por cliché, es bastante predecible, pero no por ello menos meritorio a la hora de usar su carta de nostalgia para recordar las bandas que conocimos gracias a los cassettes que pasaban de mano en mano e incluso reírse de la estética de años pretéritos.
Elección muy acertada de las canciones, sin ser rebuscadas dentro del género, da con un repertorio bastante menos casual que School of Rock: Black Sabbath, Iron Maiden, Mastodon, Metallica, Judas Priest, Pantera... Tom Morello ha hecho un esfuerzo muy acertado para hacer una selección de "Heavy Metal starter pack" para adolescentes. Esto es digno de elogio.
Sigo pensando que, de tener más minutos o quizás formato de serie, Metal Lords podría haber profundizado en asuntos muy serios, y habernos dado un filme digno de mención. Se queda en algo muy poco "heavy", más bien "light". 90 minutos para pasar un rato agradable, y una dosis leve, casi naïve, de gamberrismo malsonante y obsceno.
Calaveras, institutos, juegos de rol y heavy metal... Y un cameo delicioso. +1 por ello.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es fácil ver las carencias de Metal Lords, pero creo que lo más doloroso es la forma tan conveniente con la que cubren lo más difícil en muchas películas de "battle of the bands": el tema de la pasta. Lo resuelven de un plumazo haciendo de Hunter un niño rico hasta lo vomitivo: Ensaya con la Ibanez Signature de Steve Vai, tiene colgada la Frankenstrat de Van Halen, apila amplificadores Marshall de válvulas como quien apila cartones de zumo. Nada como engatusarse una batería completa con una pasadita de American Express de papá. Ese tipo de jugadas me parecen... Poco metaleras.
Los matones, al mismo tiempo, también son mezcla de Cobra Kai con Sensación de vivir ¿Estampamos una pickup en una persecución porque "un pringao me ha dicho que soy un marica"? Papá me comprará otra ¿Por qué nos hacen creer que la adolescencia normal se parece a eso? Quizás es que somos poco americanos, y nos falta la costumbre de regalar un Dodge Challenger RT a nuestros hijos cuando cumplen los 16. Me supera. -1 por ese extraño universo tan lejos de nosotros, en el que los supermillonarios y superpopulares se entremezclan con gente "normal" como Kevin, de pedir prestado el coche a sus padres y tener la pegatina de Baby Shark en la ventana de atrás.
Se ahonda poco en la relación de Hunter con su padre divorciado (-1 por una estupenda oportundiad desaprovechada de hacer una película más completa), pero también Kevin tiene la dosis justa de extroversión como para poder desatascar el nudo de la trama, y la capacidad (sobrehumana) para pasar de aporrear un tambor a tocar una batería con doble pedal en cuestión de semanas. Mucho más coherente me parece la visión de Emily: ella sabe tocar el violonchelo de entrada, y si ya parece tener carácter metalero (poco se ahonda en su tema de tener que tomar medicación, otro -1, y oportunidad que se pierde con un personaje de mucho potencial), cuando aparece de "goticosa" para salvar el día, tiene ese momentito de super-empoderada. En este caso, me importa poco si es o no de cuota, le sienta de maravilla.
Pero en general, el grupito engrana muy bien y tiene una química muy prometedora, y mi último -1 (subsanado por ese glorioso cameo), viene porque la película se termina justo en el mejor momento: cuando la banda está formada, y apenas nos queda ese instante de unión para escuchar una excelente Machinery of Torment.
Los matones, al mismo tiempo, también son mezcla de Cobra Kai con Sensación de vivir ¿Estampamos una pickup en una persecución porque "un pringao me ha dicho que soy un marica"? Papá me comprará otra ¿Por qué nos hacen creer que la adolescencia normal se parece a eso? Quizás es que somos poco americanos, y nos falta la costumbre de regalar un Dodge Challenger RT a nuestros hijos cuando cumplen los 16. Me supera. -1 por ese extraño universo tan lejos de nosotros, en el que los supermillonarios y superpopulares se entremezclan con gente "normal" como Kevin, de pedir prestado el coche a sus padres y tener la pegatina de Baby Shark en la ventana de atrás.
Se ahonda poco en la relación de Hunter con su padre divorciado (-1 por una estupenda oportundiad desaprovechada de hacer una película más completa), pero también Kevin tiene la dosis justa de extroversión como para poder desatascar el nudo de la trama, y la capacidad (sobrehumana) para pasar de aporrear un tambor a tocar una batería con doble pedal en cuestión de semanas. Mucho más coherente me parece la visión de Emily: ella sabe tocar el violonchelo de entrada, y si ya parece tener carácter metalero (poco se ahonda en su tema de tener que tomar medicación, otro -1, y oportunidad que se pierde con un personaje de mucho potencial), cuando aparece de "goticosa" para salvar el día, tiene ese momentito de super-empoderada. En este caso, me importa poco si es o no de cuota, le sienta de maravilla.
Pero en general, el grupito engrana muy bien y tiene una química muy prometedora, y mi último -1 (subsanado por ese glorioso cameo), viene porque la película se termina justo en el mejor momento: cuando la banda está formada, y apenas nos queda ese instante de unión para escuchar una excelente Machinery of Torment.