Después de unas semanas de espera (imposible conseguir entradas), por fin he podido ver Avatar en 3D.

Leyendo críticas, comentarios, opiniones,... uno podría esperarse cualquier cosa, pero señores da igual: hemos visto esta historia cuarenta veces, o 4000, o 200000... da igual. Las historias siempre han tenido buenos y malos, opresores y oprimidos, amos y esclavos... y qué más da...

Avatar es cine en estado puro: abstracción, ensimismamiento, admiración,... y además, esta vez, nos situamos dentro de la pantalla. ¿Qué más se puede pedir a 2 horas y 40 minutos de espectáculo puro y duro?

Pues eso, con dos cojones, Sr. Cameron!!!