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Voto de rosmar71:
10

Voto de rosmar71:
10
7.2
12,229
Intriga. Drama
José Sirgado (Eusebio Poncela) es un director de serie B en plena crisis creativa y personal, incapaz de romper con su expareja (Cecilia Roth). Inmerso en una espiral de autodestrucción, y con las drogas como acicate, José recibe noticias de un antiguo conocido, Pedro (Will More). Se trata de un extravagante joven que graba en Super 8 y cuya obsesión por controlar el ritmo de sus películas lo lleva descubrir el fotograma rojo. El ... [+]
28 de septiembre de 2024
28 de septiembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
#Arrebato Antes que nada un inciso, he leído varias veces la comparación con Mulholland Drive y no la veo. Para mí es más cercana a Lost Highway en el sentido de las obsesiones y la degradación a la que las mismas consiguen arrastrar al individuo que las padece.
Arrebato es, probablemente, la gran película maldita del cine español. Estrenada en muy pocos cines, con poco enganche en el espectador de la época (más pendiente de las tetas de la Cantudo o de las idioteces del Pepito Piscinas de turno) que del cine experimental. Redescubierta en los 90, y remasterizada en 2021 para su venta en EEUU (manda cojones), es nuestra película de culto por antonomasia.
El cine dentro del cine, el cine hecho obsesión, el cine convertido en frustración, el cine como motor de vida, el cine como vampiro que te consume. El cine como leitmotiv de nuestros dos protagonistas, embarcados ambos en su propia autodestrucción. Incluso diría autobiográfica de un Zulueta que ya no levantó cabeza.
Mil temas, mil razones, mil hilos del que tirar para poder disfrutarla: la crisis de pareja, las drogas, el cine, el vampirismo, la obsesión, el fracaso, la autodestrucción, el pánico a ser adulto… Todos ellos, y más, incluidos en una sola película, en 120 minutos capaces de dejar al espectador “arrebatado”, en un éxtasis del que ya es difícil escapar y al que necesitas regresar cada cierto tiempo con el fin de meternos un chute de esa droga que nos engancha como pocas.
Y no, la película no se entiende al 100%, solamente te queda la posibilidad de interpretarla, de sobreentender lo que el director nos muestra o, simplemente, de disfrutarla sin más, sin necesidad de buscar una realidad inexistente. Por que eso es Arrebato, el flujo de algo inalcanzable pero que te mece y te arrastra y que no espera resistencia por tu parte. Es como Eraser head, o como El perro andaluz, o como El año pasado en Marienbad. ¿Qué nos importan sus órdenes, sus significados o sus irrealidades? Son cine, son así y tu única opción es disfrutarlas, ver en ellas tus propios miedos, tus propios deseos, tus propias frustraciones y extasiarte. Qué importa todo lo demás.
Y volveremos a ella(s) porque es(son) pura droga, porque es(son) puro escapismo para una realidad insulsa y aburrida, y porque queremos volver a sentir el Arrebato en nuestras mentes.
10/10
Arrebato es, probablemente, la gran película maldita del cine español. Estrenada en muy pocos cines, con poco enganche en el espectador de la época (más pendiente de las tetas de la Cantudo o de las idioteces del Pepito Piscinas de turno) que del cine experimental. Redescubierta en los 90, y remasterizada en 2021 para su venta en EEUU (manda cojones), es nuestra película de culto por antonomasia.
El cine dentro del cine, el cine hecho obsesión, el cine convertido en frustración, el cine como motor de vida, el cine como vampiro que te consume. El cine como leitmotiv de nuestros dos protagonistas, embarcados ambos en su propia autodestrucción. Incluso diría autobiográfica de un Zulueta que ya no levantó cabeza.
Mil temas, mil razones, mil hilos del que tirar para poder disfrutarla: la crisis de pareja, las drogas, el cine, el vampirismo, la obsesión, el fracaso, la autodestrucción, el pánico a ser adulto… Todos ellos, y más, incluidos en una sola película, en 120 minutos capaces de dejar al espectador “arrebatado”, en un éxtasis del que ya es difícil escapar y al que necesitas regresar cada cierto tiempo con el fin de meternos un chute de esa droga que nos engancha como pocas.
Y no, la película no se entiende al 100%, solamente te queda la posibilidad de interpretarla, de sobreentender lo que el director nos muestra o, simplemente, de disfrutarla sin más, sin necesidad de buscar una realidad inexistente. Por que eso es Arrebato, el flujo de algo inalcanzable pero que te mece y te arrastra y que no espera resistencia por tu parte. Es como Eraser head, o como El perro andaluz, o como El año pasado en Marienbad. ¿Qué nos importan sus órdenes, sus significados o sus irrealidades? Son cine, son así y tu única opción es disfrutarlas, ver en ellas tus propios miedos, tus propios deseos, tus propias frustraciones y extasiarte. Qué importa todo lo demás.
Y volveremos a ella(s) porque es(son) pura droga, porque es(son) puro escapismo para una realidad insulsa y aburrida, y porque queremos volver a sentir el Arrebato en nuestras mentes.
10/10