Uf, Cameron, ¿qué te ha pasado? En tu lista de trabajos tienes un buen número de películas que personalmente me encantan, quizás no seas de los mejores directores de la historia (quizás no, no lo eres) pero has demostrado varias veces que sabes hacer buenas películas. Pero, sinceramente, después de haber vivido (y sufrido) semejante campaña de marketing sobre este proyecto me esperaba algo mucho más espectacular, algo que me calase hondo...en definitiva, algo mejor. Pero como ya dijo alguien sabio, no hay que fiarse de la publicidad, que es engañosa. Después de una bajada de pantalones brutal de muchos críticos de cine empezó a sorprenderme la cantidad de críticas dispares que leía en los usuarios de esta página. Algunos la adoraban mientras que otros no la podían ni ver. Esto ya me dio mala espina y fue un preludio de lo que me pasaría después.

Dejemos las cosas claras desde un principio, ¿Avatar es una mala película? La verdad es que no. De hecho en algunos aspectos, como el artístico, creación del universo (Pandora y su fauna así como sus costumbres) o la calidad de los efectos especiales, es soberbia. Pero hay algo más importante que todo esto, algo fundamental en cualquier película y que es su auténtica razón de ser, tener un buen guión. Y esto en Avatar, por mucho que he mirado hasta debajo del sofá, no lo he encontrado. Nos encontramos ante una historia para empezar nada original, de hecho más de una ocasión he creído estar viendo Pocahontas versión futurista. Y la gracia está en que Disney no necesitó casi tres horas para contarme la misma historia. Por lo tanto ante un guión sin emoción esto deriva a otro fallo, que es increíblemente predecible, a la media hora ya me imaginaba como acabaría todo y en qué orden. Esto hace que al cabo de una hora empezara a aburrirme. Demasiados fallos para ser la obra maestra que me han intentado vender, ¿no?

Los personajes me han dejado igual de indiferente, no congeniaba con ellos. Ahí tenemos a la gran Sigourney Weaver (la eterna Ripley) totalmente desaprovechada y a Michelle Rodríguez luciéndose como chica dura, un papel que le he visto hacer cien mil veces. ¿Y qué decir de Sam Worthington? Personaje plano, un supuesto héroe sin carisma que se enamora de una larguirucha de azul alienígena, realmente no le encuentro sentido a esta historia de amor. Y el resto de los humanos, buf, auténticos demonios sin escrúpulos que arrasan con todo, que malos son los militares.

Sinceramente, si veo una película donde dos bandos humanos se enfrentan quizá simpatice con un grupo o con otro pero aquí nos ponen un enfrentamiento entre los humanos y los larguiruchos azules y ¿esperan que nos pongamos del lado de los alienígenas? Porque en las escenas de batalla me daba pena como un montón de militares eran masacrados sin piedad, pero eso no importa, ¿eh, Cameron? Porque los malos son los militares y merecían morir. Pues algo ha fallado, porque a mí me daban pena. Y no hablemos ya de las incongruencias, militares equipados con lo último en tecnología y aun así los larguiruchos conseguían hacerles frente aunque usasen lanzas y portaran únicamente taparrabos. Ah, y unas flechas que a veces rompían los cristales de los vehículos de los militares y otras veces no, depende del momento de la película y de quién debía ganar esa batalla según el guión, bravo, tiene mucho sentido.

Así que no, lo siento pero no compro. Avatar queda lejos de lo que es una buena película de aventuras. Todo muy bonito visualmente, el envoltorio del regalo es precioso pero el interior es una caja de cartón vacía. Le pongo un 5 y gracias porque, como dije antes, tiene algunos aspectos sobresalientes en el terreno artístico pero yo necesito más. Y encima me entero que Cameron quiere aprovechar el tirón y sacar cuatro películas de esta saga. Me lo voy a tener que pensar muchísimo antes de volverme a adentrar en la Pandora de los larguiruchos azules.