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Voto de horacio:
8
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8
6.1
10,315
Musical. Romance
En 1870, la Ópera de París prepara el estreno de un fastuoso espectáculo, pero entre bastidores se oculta un Fantasma (Gerald Butler). Nadie sabe quién es, pero sus apariciones son cada vez más frecuentes y siembran el pánico entre el público. Sólo Christine (Emmy Rossum), una joven bailarina, puede acercarse a él: el Fantasma es su maestro de canto. Lo que Christine ignora es que el Fantasma está profundamente enamorado de ella y no ... [+]
10 de noviembre de 2008
10 de noviembre de 2008
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va de cómo cargarse una buena novela en beneficio de la pura apariencia espectacular, pero, eso sí, con una producción de extraordinaria calidad.
Muy fiel a la versión teatral original: igual de blanda apta para todos los públicos, de tontorrona ante la pasión que se supone sexual, de cursilínea ante los lazos enfermizos de dos que se adoran contra viento y marea, y de bobalicona ante esa mascarita... mascarita...
Y lo peor es que tiene un gran tema musical reiteradamente interpretado de diversas maneras por la gran orquesta, pero cantado un par de veces muy bien, claro, porque la categoría de los cantantes es óptima, pero siempre falta garra, incluso en las mejores secuencias no hay dramatismo y todo está a años luz de la novela original sobre la que se hicieron otras películas y series de televisión en diversos idiomas... siempre intentando impresionar con esa peculiar mezcla de historia de amor romántico y terror ante un resentido indomable.
Incluso en este Fantasma a lo Webber se torna borroso el conflicto principal del "fantasma", pues elimina la carga de codicia de quienes le destruyeron en el pasado, lo que torna incomprensible su rabia infinita, su justa sed de venganza.
Cuando aparece Miranda Richardson parece que la cosa va a tomar otro color, pero de eso nada, todo continuará igual de bonito pero vacío, pero, insisto, con unas voces fascinantes y, sobre todo, una producción general en luces, trajes, decorados... que resultaría injusto darle la categoría de REGULAR que le di en otra ocasión. La he vuelto a ver y, realmente, para los degustadores del gran espectáculo con música más o menos atractiva y algunos temas de órdago, bien vale un notable. Aunque más no sea por el trabajo denodado de tantos que han dedicado muchas horas para lograr este esplendor. Incluso es muy bueno el trabajo de Schumacher, quien nunca había trabajado con un material parecido.
Muy fiel a la versión teatral original: igual de blanda apta para todos los públicos, de tontorrona ante la pasión que se supone sexual, de cursilínea ante los lazos enfermizos de dos que se adoran contra viento y marea, y de bobalicona ante esa mascarita... mascarita...
Y lo peor es que tiene un gran tema musical reiteradamente interpretado de diversas maneras por la gran orquesta, pero cantado un par de veces muy bien, claro, porque la categoría de los cantantes es óptima, pero siempre falta garra, incluso en las mejores secuencias no hay dramatismo y todo está a años luz de la novela original sobre la que se hicieron otras películas y series de televisión en diversos idiomas... siempre intentando impresionar con esa peculiar mezcla de historia de amor romántico y terror ante un resentido indomable.
Incluso en este Fantasma a lo Webber se torna borroso el conflicto principal del "fantasma", pues elimina la carga de codicia de quienes le destruyeron en el pasado, lo que torna incomprensible su rabia infinita, su justa sed de venganza.
Cuando aparece Miranda Richardson parece que la cosa va a tomar otro color, pero de eso nada, todo continuará igual de bonito pero vacío, pero, insisto, con unas voces fascinantes y, sobre todo, una producción general en luces, trajes, decorados... que resultaría injusto darle la categoría de REGULAR que le di en otra ocasión. La he vuelto a ver y, realmente, para los degustadores del gran espectáculo con música más o menos atractiva y algunos temas de órdago, bien vale un notable. Aunque más no sea por el trabajo denodado de tantos que han dedicado muchas horas para lograr este esplendor. Incluso es muy bueno el trabajo de Schumacher, quien nunca había trabajado con un material parecido.