Hay cierto dejo de placer culpable en estas películas que despiertan interés por su forma narrativa y aunque poco creíbles, consiguen salir de lo tradicional y entretener con algo de irregularidad.

Jugar con la expectativa es el principal atractivo de una aventura que propone esta suerte de pseudo documental e invierte su principal capital en los efectos y el factor psicológico de lo que no podemos ver.  Una apuesta que puede acomodar más a unos que a otros, siendo los más tradicionalistas quienes tomen distancia pero que se hace aceptablemente entretenida. 

Quizás algunos de los pecados que le restan para hacerla más recordable pese a que "Cloverfield: Monstruos" (2008) da pie incluso a una suerte de franquicia, es que sus personajes solo pasan los relatos, sin dar mucho espacio a profundizar perfiles, mostrarse más humanos y con ello darse credibilidad. Un factor que luego mejora en la secuela, con otro enfoque pero que acá pena un poco.

Con todo esto y si el espectador aporta su ingenuidad y ganas de divertirse, esta cinta aparece como una opción no descartable considerando que tiende a ir al grano pese a no ser explícita, es rápida, algo estúpida por momentos y finalmente desechable. Es como una comida chatarra de buen sabor pero mala resaca. Aunque esto suene mal al menos es un poco diferente en su empaque (no tanto en sus resultados) y se hace llevadera para una tarde o noche cualquiera.

Recomendación:
Regular. Entretiene pero no llena. No es una mala idea pero sus clichés y guión blando no permiten más.

=Cité de Buyinski= buyinski.blog