A la hora de ver comedias familiares de fin de semana, por estos días, la tarea no es cosa fácil. Los contenidos han cambiado y en la propia carrera de Eddie Murphy, la irrupción de "Dr. Dolittle" (1998) a fines de los noventa, supuso un hit para su propuesta de cintas de humor en un film que sigue plenamente vigente, a grandes rasgos.

La reversionada historia del John Dolittle de Murphy funciona principalmente por su transversalidad incluyendo todos los factores clásicos: ternura infantil, comicidad, situaciones absurdas y mucho de ingenuidad o buena fe en el producto. Los estereotipos y clichés son parte de un menú creado a partir de su objetivo final, el público, la familia. Todo por sobre la crítica especializada ¿y saben qué? funciona perfecto.

Al final de cuentas, lograr las sonrisas compartidas entre padres e hijos, sacarle una risa poco habitual a algún abuelo o despertar la curiosidad de la primera infancia en casa de paso frente a un televisor, es un logro que no hay que menospreciar. Técnicamente hay varios aspectos mejorables o pasadas unas décadas, al menos para levantar las cejas. Sin embargo, cuando se consigue el objetivo principal -tanto como para generar secuelas y un fallido remake-, todos esos puntos no pueden pasarse por alto.

Basados en los mencionados clichés, es complejo definir el real aporte de elementos como el elenco, sin embargo, la simpleza funcional del guión, la presencia de los diferentes animales en escena y la simpatía que consigue generar Eddie Murphy son el sello de una cinta familiar ya clásica, lograda, precisamente apelando a las recetas de antaño, evitando el desgaste y la fatiga de películas más complejas y elaboradas. Acá es entretención sin aspiraciones mayores pero con certeza de conseguir las metas.

Recomendación:
Buena. Aceptable. No arriesga pero logra sus mínimos con claridad. 

=Cité de Buyinski= buyinski.blog