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Voto de Jose Manuel:
8
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8
6.2
13,050
Drama
Año 1992. Celia, una niña de 11 años, vive con su madre y estudia en un colegio de monjas en Zaragoza. Brisa, una nueva compañera recién llegada de Barcelona, la empuja hacia una nueva etapa en su vida: la adolescencia. En este viaje, en la España de la Expo y de las Olimpiadas del 92, Celia descubre que la vida está hecha de muchas verdades y algunas mentiras. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2021
30 de julio de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas españolas que he visto.
Tanto los actores (prácticamente solo actrices) Poco o nada conocidos, y la poco habitual buena actuación de actrices tan jóvenes.
Como la fotografía, la ambientación.
El trasfondo social tan profundo y veraz.
Y sobre todo la calidad de sonido (algo que siempre he echado en falta en la mayoría de películas españolas, bien por la vocalización de los actores, o por un trabajo de sonido deficiente).
Aquí son excepcionales.
La música, como a mí me gusta en las películas, no es impostada, para potenciar y auxiliar, la atención voluntaria o subliminal del espectador. En este film, la única y de gran calidad música que se escucha, es la que reproducen los personajes en sus radiocassettes, o la que suena en la discoteca donde se desarrolla una escena, o la que cantan las actrices.
Es una película orgullosa de su origen Aragonés, y cuyo guión nos ofrece una muestra bella y escueta de Aragón. Mediante folklore y esos Héroes del Silencio. Éstos, tanto como los Niños del Brasil, entre otros, como la música tecno-bacalaera, en su boom noventero, que consiguen atraer desde la adolescencia el primer interés por la música y cultura pop-rock, que marcará los gustos personales melómanos de los personajes. Viéndonos cada uno de nosotros reflejados en éstos.
Tras un comienzo en el que nos parece una película desenfadada y del género familiar, o dirigida a un público adolescente, poco a poco se adentra en un profundo drama existencial, que marca, como un ejemplo de lo que los prejuicios sociales pueden causar, un daño psicológico, que puede causar unos complejos y fobias que hacen destruir desde la juventud, lo que sería el desarrollo de una vida feliz. Aquí plasmados, en la infelicidad de la madre del personaje principal, La niña Celia, de la que se augura un futuro tan desolador, o parecido al de la madre. Al acarrear traumas juveniles, mediante frustraciones y rechazos sociales de su entorno más próximo. Que acaban por devenir en una existencia reprimida gravemente.
A pesar del mensaje tan profundo, no es una película que amargue, sino que deja abierta la esperanza y capacidad de superación y resiliencia de cualquier persona.
Tanto los actores (prácticamente solo actrices) Poco o nada conocidos, y la poco habitual buena actuación de actrices tan jóvenes.
Como la fotografía, la ambientación.
El trasfondo social tan profundo y veraz.
Y sobre todo la calidad de sonido (algo que siempre he echado en falta en la mayoría de películas españolas, bien por la vocalización de los actores, o por un trabajo de sonido deficiente).
Aquí son excepcionales.
La música, como a mí me gusta en las películas, no es impostada, para potenciar y auxiliar, la atención voluntaria o subliminal del espectador. En este film, la única y de gran calidad música que se escucha, es la que reproducen los personajes en sus radiocassettes, o la que suena en la discoteca donde se desarrolla una escena, o la que cantan las actrices.
Es una película orgullosa de su origen Aragonés, y cuyo guión nos ofrece una muestra bella y escueta de Aragón. Mediante folklore y esos Héroes del Silencio. Éstos, tanto como los Niños del Brasil, entre otros, como la música tecno-bacalaera, en su boom noventero, que consiguen atraer desde la adolescencia el primer interés por la música y cultura pop-rock, que marcará los gustos personales melómanos de los personajes. Viéndonos cada uno de nosotros reflejados en éstos.
Tras un comienzo en el que nos parece una película desenfadada y del género familiar, o dirigida a un público adolescente, poco a poco se adentra en un profundo drama existencial, que marca, como un ejemplo de lo que los prejuicios sociales pueden causar, un daño psicológico, que puede causar unos complejos y fobias que hacen destruir desde la juventud, lo que sería el desarrollo de una vida feliz. Aquí plasmados, en la infelicidad de la madre del personaje principal, La niña Celia, de la que se augura un futuro tan desolador, o parecido al de la madre. Al acarrear traumas juveniles, mediante frustraciones y rechazos sociales de su entorno más próximo. Que acaban por devenir en una existencia reprimida gravemente.
A pesar del mensaje tan profundo, no es una película que amargue, sino que deja abierta la esperanza y capacidad de superación y resiliencia de cualquier persona.