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8
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8
8.1
90,936
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2012
23 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de sus ojos adapta la novela La pregunta de sus ojos, novela del reconocido escritor y devoto futbolero Eduardo Sacheri. Ganadora de más de 30 premios por todo el mundo, fue la segunda producción argentina en llevarse un Oscar a la mejor película de habla no inglesa, arrebatándoselo conra todo pronóstico a otra gran pelicula como es La cinta blanca, del gran Michael Haneke.
Juan José Campanella comenzó su carrera como director de largometrajes en Estados Unidos y luego volvió a su país natal, Argentina, en una de las rarezas más grandes que puede darse en este negocio. Campanella se asocia con Sacheri para escribir el guion de una de las mejores películas que ha dado el cine latino en muchísimo tiempo y el resultado del mismo es simplemente magistral. Ambos consiguen una historia compleja, dura, conmovedora, que cala en el espectador y hace que dude de sus convicciones más básicas; una historia perturbadora que se mete bajo la piel y que envuelve a quien está sentado delante de la pantalla gracias a la magistral colocación de las cámaras, que convierten al espectador en ese actor pasivo que debería ser en cualquier película. Campanella es capaz de crear una historia de amor llena de matices y de problemas, como el amor verdadero, siendo esa parte de la película solamente una pequeña subtrama. Es capaz, por lo tanto, de condensar una dura historia romántica y convertirla en un simple añadido a la potentísima historia principal. Es eso, justamente, lo que hace de El secreto de sus ojos una película tan perfecta, a mi parecer. El hecho de que cualquier pequeño detalle sea tan real, tan cercano a la vida misma, es lo que hace que el espectador se vea atrapado en esa maraña de sentimientos cruzados, relaciones tormentosas, amistades difíciles y dilemas morales. El vestuario es otro de los puntos fuertes, sobretodo puesto sobre Soledad Villamil, que es quien pone la parte pasional y desata la pasión del protagonista. Ese rojo pasión representa de forma evidente, pese a que el espectador no lo perciba de forma consciente, el deseo, ayudando a hacer de la parte romántica de la película algo totalmente fascinante, como he dicho antes. El apartado musical es impresionante, adecuado al desarrollo desde que suena la primera nota hasta que termina la última, fundiéndose con un ambiente otoñal que dota a la película de un marco perfecto para su desarrollo. Por si todo lo dicho fuera poco, El secreto de sus ojos cuenta con un clímax de casi 15 minutos que paraliza al espectador, haciendo que montones de sentimientos se crucen creando una experiencia inolvidable.
Juan José Campanella comenzó su carrera como director de largometrajes en Estados Unidos y luego volvió a su país natal, Argentina, en una de las rarezas más grandes que puede darse en este negocio. Campanella se asocia con Sacheri para escribir el guion de una de las mejores películas que ha dado el cine latino en muchísimo tiempo y el resultado del mismo es simplemente magistral. Ambos consiguen una historia compleja, dura, conmovedora, que cala en el espectador y hace que dude de sus convicciones más básicas; una historia perturbadora que se mete bajo la piel y que envuelve a quien está sentado delante de la pantalla gracias a la magistral colocación de las cámaras, que convierten al espectador en ese actor pasivo que debería ser en cualquier película. Campanella es capaz de crear una historia de amor llena de matices y de problemas, como el amor verdadero, siendo esa parte de la película solamente una pequeña subtrama. Es capaz, por lo tanto, de condensar una dura historia romántica y convertirla en un simple añadido a la potentísima historia principal. Es eso, justamente, lo que hace de El secreto de sus ojos una película tan perfecta, a mi parecer. El hecho de que cualquier pequeño detalle sea tan real, tan cercano a la vida misma, es lo que hace que el espectador se vea atrapado en esa maraña de sentimientos cruzados, relaciones tormentosas, amistades difíciles y dilemas morales. El vestuario es otro de los puntos fuertes, sobretodo puesto sobre Soledad Villamil, que es quien pone la parte pasional y desata la pasión del protagonista. Ese rojo pasión representa de forma evidente, pese a que el espectador no lo perciba de forma consciente, el deseo, ayudando a hacer de la parte romántica de la película algo totalmente fascinante, como he dicho antes. El apartado musical es impresionante, adecuado al desarrollo desde que suena la primera nota hasta que termina la última, fundiéndose con un ambiente otoñal que dota a la película de un marco perfecto para su desarrollo. Por si todo lo dicho fuera poco, El secreto de sus ojos cuenta con un clímax de casi 15 minutos que paraliza al espectador, haciendo que montones de sentimientos se crucen creando una experiencia inolvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ricardo Darín, del que no pararé de decir que es uno de los mejores actores del mundo, encuentra en El secreto de sus ojos su punto más alto. Es la cumbre del actor, su epicentro, la interpretación en la que se junta todo lo aprendido en sus trabajos anteriores y en la que todo sirve, dada la riqueza interior del personaje. Soledad Villamil, que ya había sido compañera protagonista de Darín en El mismo amor, la misma lluvia, película dirigida también por Campanella, se destapa como una actriz deslumbrante, capaz de ponerse por encima de Darín cuando el guion lo requiere (siempre con el consentimiento del actor) y maravilla con un trabajo lleno de fuerza, de garra y de convicción. Pablo Rago, impresionante en una interpretación tan fría como desgarradora. Javier Godino, quien cuenta con una sola escena importante en pantalla (pese a ser el detonante de la historia), hace de esa escena una de las más chocantes de la película (gracias también a la dureza de Soledad Villamil) con un cambio de registro que se produce en cuestión de segundos y que no tiene nada que envidiar a aquél tan famoso de Edward Norton en Las dos caras de la verdad. Guillermo Francella, también a un gran nivel en el personaje más "vacío", por así decirlo, pero que tiene tanta importancia como los demás en el desarrollo.
Resumiendo, que es gerundio: yo tengo una teoría sobre los premios que otorgan los académicos: si la película es rara, innovadora (visualmente) o directamente una paja mental de algún director con fama de inteligente, la votarán todos a una para que entre a competir. Es por eso que para mí, los premios no tienen demasiado valor. Sin embargo, cuando la película cuenta una historia humana y lo hace sin alardes, ciñéndose a nuestra propia naturaleza, y triunfa de una forma tan espectacular, nadie puede discutir nada. El secreto de sus ojos es una de las pocas películas que gustará al cinéfilo más purista, a su novia la aficionada a las comedias románticas, al chaval que alquila la película un domingo para verla con sus amigos, a sus padres... a todos, en resumen. Es tan completa, tan directa, tan pasional, tan limpia... tan perfecta, que se mete al mundo en el bolsillo desde el primer momento.
Resumiendo, que es gerundio: yo tengo una teoría sobre los premios que otorgan los académicos: si la película es rara, innovadora (visualmente) o directamente una paja mental de algún director con fama de inteligente, la votarán todos a una para que entre a competir. Es por eso que para mí, los premios no tienen demasiado valor. Sin embargo, cuando la película cuenta una historia humana y lo hace sin alardes, ciñéndose a nuestra propia naturaleza, y triunfa de una forma tan espectacular, nadie puede discutir nada. El secreto de sus ojos es una de las pocas películas que gustará al cinéfilo más purista, a su novia la aficionada a las comedias románticas, al chaval que alquila la película un domingo para verla con sus amigos, a sus padres... a todos, en resumen. Es tan completa, tan directa, tan pasional, tan limpia... tan perfecta, que se mete al mundo en el bolsillo desde el primer momento.