El protagonista: un hombre cansado de la rutina y su vida en general, encuentra una motivación: ligarse a la amiga de su hija, que es muy mona y bastante simpática. Por esa razón decide entrenarse en un gimnasio propio que tiene en su casa.

La hija: es una chica tímida, se relaciona poco con los demás y no ha tenido mucho trato con los chicos, además de tener algún que otro complejo físico.

La amiga de la hija: dice que tiene y ha tenido muchos novios, que lo ha hecho con muchos y presume abiertamente sobre su belleza y su capacidad para ligar. Al final se descubrirá que es virgen, que lo único que hacía era aparentar y que realmente, no le va tan bien con los chicos, ni se considera tan hermosa, es una especie de defensa, para ocultar lo sensible que es en realidad.

El vecino: llega nuevo al barrio del protagonista y es muy estricto con su hijo y muy malhumorado de carácter. Un homofóbico extremo que, se descubrirá que es homosexual, acomplejado por esa razón y por ello no quiere que su hijo sea así, por un malentendido a raíz de ahí pensará que su hijo es gay.

El hijo del vecino: es un chico tímido al que le gusta mucho grabar con una pequeña cámara de vídeo, es mi personaje favorito, sabe ver la verdadera belleza, es decir, la que llevamos dentro, por esa razón se enamora de la hija del protagonista.

Mi momento preferido: cuando la chica del protagonista y el hijo del vecino están juntos y él le enseña lo que llama el vídeo más bonito que ha hecho en su vida, que simplemente se trataba de una bolsa de plástico y unas hojas de otoño volando con el aire. Puede parecer absurdo, pero me parece muy bonito que el chaval aprecie la belleza en eso, una simple bolsa y unas hojas que se dejan llevar por el viento.

Otros momentos memorables: cuando el protagonista imagina a la amiga de su amiga en la bañera cubierta de pétalos de rosas y cuando el vecino homófobo besa al protagonista entre lágrimas.

Obra maestra se hizo con esta película.