He hablado en muchas ocasiones de la importancia de las expectativas, y en "Puñales por la espalda" vuelven a ser cruciales. Si no hubiese leído, en repetidas ocasiones, acerca de la genialidad de esta película probablemente me parecería otra cosa. Y hablo de genialidad porque no eran pocos los que decían que "Puñales por la espalda" era la sorpresa del año. De todos modos, aunque mis expectativas hubiesen estado en el subsuelo nunca hubiese dicho que esta película es de lo mejor del año. Ni de broma.

¿Por qué?

Porque es una historia más sobre un muerto, varios sospechosos y un detective curioso. Una más de Agatha Christie, aunque no sea suya. El desarrollo de la trama es calcado al de este tipo de historias, los móviles de los sospechosos son de manual y el lugar en el que suceden los hechos (oh, una mansión) está más visto que el tebeo. Además, se me hizo larga.

Tiene cosas buenas, por supuesto, como el humor tan bien empleado, la forma en la que la víctima es asesinada o el modo de jugar con la historia en algunos momentos, pero el resto es más de lo mismo. No veo la genialidad por ningún lado.

El reparto es más que interesante, pero desaprovecha a varios de ellos. Concretamente, Toni Collette, Don Johnson y Michael Shannon quedan bastante desdibujados después de las presentaciones iniciales. Daniel Craig está sorprendentemente bien y su detective roza la perfección. Mucho mejor que el Poirot de Kenneth Branagh. Le acompañan una solvente Ana de Armas y un gran Chris Evans, que aprovechan el jugo de sus personajes. Jamie Lee Curtis les sigue el ritmo pese a estar varios peldaños por debajo, en cuanto a protagonismo se refiere.

Conclusión: sus puntos positivos no son suficientes para diferenciarla de otras de su estilo.