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España España · Málaga
Voto de IgnacioIO:
8
Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se apagan las luces del cine. Empiezan las imágenes. Se divide la pantalla en tres franjas verticales mostrando paisajes multitudinarios, intercalados con escenas en la que James Franco, en la piel de Aron Ralston, recoge el material necesario para iniciar su nueva aventura. La música te va conduciendo hacia los cañones de Utah, donde se desarrolla la película.

127 horas cuenta una historia real en la que el montañero Aron Ralston tropieza y queda atrapado en una grieta por una roca, momento a partir del cual empieza a ser vital el tiempo y las provisiones de las que dispone, de ahí que el cartel contenga la forma de un reloj de arena

La sensación que produce esta película para el espectador puede asemejarse a las de un recorrido en montaña rusa. Desde fuera, vemos el trailer y curioseamos sobre la historia de Aron y sabemos que puede ser algo emocionante.

Una vez nos hemos atrevido a ver la película empezamos el recorrido del trayecto. Primero empiezan las cuestas pequeñitas, esas que nos producen un cosquilleo y sensaciones mínimas: Planos aéreos espeluznantes, una fotografía digna de admiración, el buen rollito que tiene el prota y unas escenas iniciales que provocarían la envidia de querer estar en ese sitio a cualquiera.

Seguido de estas escenas llegamos a la primera caída en picado, al momento en el que Aron queda atrapado en esas grietas, quedando su brazo atrapado y sin nadie que sepa dónde está y por lo tanto pueda ayudarle. En este momento ya empiezas a tocarte tu brazo, asegurándote de que no eres tú quien está atrapado para poder darte cuenta de que eso sólo pasa en la película, y todo empieza a ser la subida hacia la gran cuesta, esa sensación que te entra mientras ves todo lo que tienes alrededor, y montado en tu pequeño tren sabes que para poder bajarte del carro vas a tener que pasar por toda la cuesta que tienes en frente de ti y parece no tener fin, y no puedes hacer nada para remediarlo.

James Franco se ve apoyado en ocasiones por recuerdos, pensamientos, sensaciones o sueños que pueda tener a lo largo de casi los seis días que pasó entre la roca y la pared. Aunque estos recuerdos que aparecen casi a modo de flashback no desmerecen su actuación en ningún momento, sí es cierto que animan al espectador a pasar un rato más ameno.

Se nota la evolución que están teniendo los actores de nuestra actual generación, cuando hace unos años nadie se imaginaba que alguien como él pudiera hacer una actuación así y mantenernos entretenidos toda una película únicamente con su presencia.
Como resultado, la película nos deja con un confort realmente especial, a pesar de ver todas las crudezas que puedan verse durante los días que pasó Aron allí encerrado, pude salir con toda mi adrenalina descargada y esa sensación de alegría al ver que el personaje ha conseguido salvarse. ¡En fin no se la pierdan!

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IgnacioIO
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