De las películas que hizo Hitchcock en los 50s, esta es una de las más ligeras.
Todo es hermoso, paradisíaco, la rivera francesa en aquellos años, al que el director muestra como un lugar lleno de flores, mansiones, riqueza, lujo, excesos.
También como que todo es falso, empezando por John, el protagonista, un ex ladrón de guante blanco que todos creen que volvió a las andadas y se tiene que pasar toda la película tratando de probar su inocencia, aunque ese es el macguffin.
Lo mejor: bueno es la más elegante y a la vez decadente de las películas de Hitchcock, todo se ve deslumbrante, lujoso, precioso, la fotografía es una pintura, literal, parece un vídeo turístico sobre esa región de Francia, y la historia en gran medida un pretexto, en realidad es una superproducción, con dos estrellas como Grant y Kelly en paisajes hermosos, filmados de la mejor forma posible.
Es entretenida, por ciertos momentos hasta graciosa y encantadora.
Lo peor: es muy banal, en realidad lo que cuenta es flojísimo y como lo cuenta en parte también, ya que resulta irregular, casi toda la película mantiene un tono, después de repente se vuelve más oscura y solemne, para al final volver al superficial pero no termina de encajar. No sé sabe muy bien qué es, un híbrido entre comedia romántica, de humor negro, de ladrón de guante blanco, de norteamericanos en Europa.
Frances es un cliché de la niña consentida y soberbia, lo salva un poco el carisma de Grace Kelly.
Cary Grant y Grace Kelly no tienen mucha química que digamos.
Los villanos están deslucidos.