Una película premiada y del duro cine escandinavo prometía, un drama familiar con consecuencias en los menores y con castigo para sus padres y también para el sistema educativo, todos incapaces de gobernar la ola de violencia, al final todo queda en un melodrama mediocre con añadidos de calidad, ya que emplea recursos que salvan situaciones pero no la sensación final de engaño al espectador, todo es un arreglo tras una idea convencional sobre personajes que ni siquiera se cambian de ropa.

Hay algo que si se puede destacar y que quizás haga que valga la pena verla, no premiarla, y es el dinamismo con el que los sentimientos pasan de un amigo a otro y de ahí a los padres, en este terreno no hay nada que objetar, está construida por alguien que sabe de lo que va la soledad y el castigo impreso que toda vida padece, pero para ello recurre al ideólogo heróico, al mutilador mutilado, o al niño manipulador que manipula al espectador, es plana, presenta personajes claramente dibujados para obligar al espectador y acaba agotando, está muy alargada como para finalmente no ser retorcida y como para no tener tiempo para mostrar el pasado de los adultos, se pueden sacar buenas conclusiones como cuando las personas deben ser valientes o cuando ayudar al prójimo, pero siendo incapaz de ser creativa con los personajes.