La historia del juez que intentó cambiar uno de los olores de Sicilia, el del edor a sangre, para que dejara dominar la esencia natural de la isla y sus habitantes, en una película que no genera demasiadas espectativas por cómo está contada, pero sin duda se decide por mostrar cómo funciona la justicia teniendo en cuenta que se trata de una operación anti-mafia mediante maxi-juicios.

Un hombre responsable y honesto, que busca lo necesario para ser eficaz, me encanta el detalle de que robe una rueda, no la silla entera del despacho, entre mafiosos y abogados o, como se dice en la pelícla, perros y dueños, una profesión con muchos riesgos y pocas personas en quién confiar, muchas molestias para el sueño de cambiar el poder, no todo cuadra, pero describe bien a todos los enemigos que se va ganando, se basa en mostrar hechos reales sobre el dilema de hombres de honor o animales, para mí son ambas cosas a ambos bandos, una conspiración que deja claro que todo lo que hay en el mundo tiene principio y fin, el problema es que a cada fin llega un nuevo principio y que al final, nada cambia.