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Voto de Antonio Morales:
6
Aventuras. Drama Adam Jones, capitán retirado de la marina, ha sido elegido por un equipo de la inteligencia internacional para una nueva misión: capitanear un submarino que lleve hasta Alaska al Profesor Montel, un científico experto en energía atómica, y a su joven colaboradora. La expedición, en principio científica, se desvela de vital importancia cuando los tres descubren que se está tramando un plan que puede hacer estallar la III Guerra Mundial. (FILMAFFINITY) [+]
5 de septiembre de 2016
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam Fuller fue tildado por algunos de reaccionario por sus películas anticomunistas, durante la década de los cincuenta, en plena era MaCarthy y la psicosis nuclear. “El diablo de las aguas turbias” sería uno de los film para la Fox con temática anticomunista, en la cual un mercenario Richard Widmark, recibe el ejemplo de un viejo científico y profesor europeo que lucha por altruismo y por su nueva patria, los EEUU. Sam Fuller era un cineasta a quién gustaban los comienzos de impacto y los puntos de partida originales, así no es de extrañar que el film se inicie con una explosión atómica. La película trata de explicar las causas de esa explosión, acaecida según, se advierte enseguida, en el verano de 1953 en una isla del Pacífico situada entre Japón y el Círculo Glacial Ártico, vinculándola con la amenaza nuclear latente en tiempos de la Guerra Fría.

El proyecto se presentaba atractivo para un cineasta como Fuller, interesado siempre en relatos sobre conspiraciones y situaciones extremas, y navegante entre el nihilismo de sus personajes que sólo creen en sí mismos y la expresión de un anticomunismo visceral, precisamente su estilo no se hace notar demasiado en esta película convencional de submarinos con todos los tópicos habituales (ambiente claustrofóbico, tensión, averías, accidentes) de este subgénero dentro del cine bélico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que fue producido en 1954, año en que la Fox y su magnate Darryl F. Zanuck, se proponían explorar las posibilidades del nuevo formato scope y el realizador debía limitarse más o menos a ejecutar el proyecto.

Una de esas posibilidades era destacar la fotogenia de los decorados, la geometría de los encuadres, y otra era demostrar que el nuevo formato también servía para el relato tradicional, pero no sólo Fuller, también probaron con Henry King y Nunnally Johnson, habituales del estudio, son detalles a tener en cuenta para analizar el film. Narra la desaparición de un prestigioso científico en cuestiones atómicas, Montel (Victor Francen), dando la sensación de que se trata de una intriga internacional, para pasar a un oscuro barrio de Tokio. Es allí donde va a parar un ex oficial de la Navy, Adam Jones (Richard Widmark), donde recibe una oferta económica por parte de una organización civil y secreta para capitanear un viejo submarino para transportar al profesor Montel y una bella joven (Bella Darvi, una actriz franco-polaca que murió prematuramente) que le ayuda en sus investigaciones con el fin de desvelar una conspiración en una isla lejana.

Una película que es fiel testimonio de la década de los cincuenta, con sus luces y sombras, filmada con buen ritmo y pulso narrativo, al que Fuller no pudo imprimir todo su carácter por las convenciones del cine comercial de la Fox. Una cinta donde no falta aventuras y acción para pasar un rato entretenido y recordar aquel grandioso cinemascope de sesiones de tarde, donde Hollywood introducía su granito de arena a favor de la causa patriótica contra la propaganda soviética.
Antonio Morales
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