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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Tres mujeres reciben una carta de una amiga llamada Addey Ross en la que les dice que se ha fugado con uno de sus maridos. A partir de aquí veremos las dudas y los temores de las tres esposas sobre sus respectivos matrimonios, en una narración articulada en flashbacks en los que vemos diversas escenas de sus matrimonios. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apoyándose en un excelente guión de la perspicaz Vera Caspary (experta retratista en personajes femeninos), y adaptando un cuento de John Klempner, el film de la Fox se articula en un prólogo, tres historias narradas en “flash back” y un epílogo. Joseph L. Mankiewicz el director de la palabra hace honor a su fama, brillantes diálogos de una rotunda lucidez y clarividencia, configuran una profunda reflexión sobre las relaciones de pareja. Tres esposas rememoran su pasado a partir del momento en que reciben la carta de una amiga en la que ésta les comunica que ese mismo día abandona la ciudad marchándose con el marido de una de ellas. Las tres son amigas y forman parte del Country Club local, las tres están casadas, pero no son iguales entre sí. El cineasta se sirve de esos tres capítulos del pasado para radiografiar la vida provinciana americana, mostrándonos sus defectos y problemas que las unen y separan, tanto entre ellas mismas, como en relación con sus maridos.

Otro de los aciertos del film radica, en que a lo largo de la cinta dicha “amiga” va a ser una presencia ausente de escena, ni siquiera una foto, porque más que una mujer real, es una amenaza en abstracto para la estabilidad de las tres esposas. Más que un film analítico sobre un “modus vivendi” de las tres burguesas provincianas, se muestran como tres retratos: el primero se ocupa de la pareja Bishop, con la preocupación de la joven e insegura Deborah (Jeanne Crain) a la hora de elegir un vestido para la fiesta del Club. El segundo tiene más interés: Rita Philips (Ann Shothern) escribe basura radiofónica y su marido, el profesor George (Kirk Douglas), ama la música de Brahms y la palabra de Shakespeare, enfrentándose a los jefes de su esposa durante una cena en casa. Pero sin duda la más vulgar es la relación sentimental de una empleada, Lora May (Linda Darnell) con su adinerado jefe (Paul Douglas) bastante mayor que ella y divorciado.

Vera Caspary y Mankiewicz obran con acierto restando importancia a la pregunta de fondo: ¿Cuál de los maridos será el infiel? Ya que eso es el pretexto para exponer lo que yo apuntaba anteriormente, y son, las relaciones personales entre todos los personajes. Con una magnífica dirección de actores y un ritmo ameno que te hace atractiva y ligera las historias, las pasiones, los miedos, los pecados conyugales y las traiciones reconocidas. No se le pueden negar al cineasta su habilidad y desenvoltura a la hora de filmar estas memorias conyugales, pero también es cierto que los conflictos que se plantean, podían haber llegado más lejos en su profundización social, siendo interesantes acaban con una cierta complacencia que desvirtúa en parte el ácido y veraz retrato social de arribismo en la América pequeñoburguesa de los años 50 que se pretendía analizar. Me quedo con el ácido e implacable discurso de George Philips contra los seriales radiofónicos, puro Mankiewicz.
Antonio Morales
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