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Voto de Antonio Morales:
10
Terror. Intriga. Thriller Marion Crane, una joven secretaria, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera regentado por un tímido joven, Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2013
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La más popular, pero no la más sencilla, de las películas de Alfred Hitchcock está basada en una novela de Robert Bloch, que a su vez se inspiró en los asesinatos de Ed Gain, un perturbado asesino. El escritor defendía la tesis de que tras el aspecto normal, o incluso modélico de un individuo, puede esconderse un monstruo. Hitchcock que quedó fascinado por la novela, encargó a una tercera persona la adquisición de los derechos del libro, para evitar una cifra desorbitada. No obstante hubo que pagar 95,000 $. El propio cineasta produjo la película que fue un acontecimiento sociológico y que causó una íntima satisfacción en el director. Encargó el guión a Joseph Stefano, que por deseo expreso de Hitchcock no pudo ver la película hasta que compró su entrada en el cine.

La idea extendida en su momento, de que “Psicosis” fue un entretenimiento de su autor, casi un telefilm, no se corresponde con su arriesgada estructura dramática, en la que la protagonista es asesinada en mitad de la película, no es ni mucho menos convencional, la cuidada fotografía en blanco y negro de John L. Russell, el modo de filmar la mansión gótica de los Bates, los setenta planos de la secuencia de la ducha y la forma de plantear el conflicto emocional de Marion (una estupenda Janet Leigh), escuchando la voz en off de sus conocidos como si se tratara de su propia conciencia, no sería factible creer que el maestro pretendía hacer un film rutinario.

En realidad los comentarios de Hichcock en los que calificaba la realización de la película como un “agradable entretenimiento” se referían al ambiente distendido en el que se desarrolló el rodaje. Según refiere Janet Leigh en sus memorias, Sir Alfred , tenía la película absolutamente pensada cuando llegaron al rodaje, era suficiente con cumplir sus instrucciones. En sus declaraciones a Truffautt (El cine según Hitchcock) el cineasta afirmó: “Psicisis está destinada a los que aman y sienten el cine, a la gente como usted o como yo”. El cineasta dotó de una importancia más allá de lo habitual a los aspectos técnicos, las tomas, el sonido, la fotografía, creando un auténtico ejercicio de estilo para lograr la reacción del público que en ocasiones llegó a provocar crisis de pánico.

Pero más allá de la anécdota, esta magistral película, plena de aciertos narrativos, ciertamente experimental e innovadora para el año de su realización, constituye un referente cientos de veces imitados en el cine de terror. Desde entonces, ninguna ducha en ninguna película posterior ha estado ya libre de sospecha. La música de Bernard Herrmann, modelo de integración de una banda sonora en el desarrollo de la acción; y el prodigioso montaje de George Tomasini, especialmente brillante (la escena de la ducha, que culmina con la inolvidable asociación entre el desagüe en el que está entrando la sangre de la víctima con la petrificada redondez de su propio ojo abierto), los títulos de crédito de Saul Bass, contribuyen a acreditar el film como la obra de un creador de ilusiones y formas, perfecto conocedor de los miedos y los gustos del público.
Antonio Morales
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