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Voto de Antonio Morales:
6
Drama España, 1950. En plena campaña electoral, tres jóvenes utilizan todas sus estrategias para situarse en Madrid como diputados a Cortes. Sin embargo, en el pequeño pueblo de Abencerraje nada se mueve sin permiso de doña Julia Castro-Alares. Como la influencia de esta señora resulta decisiva, los muchachos deciden hacerle una visita para solicitar su ayuda y, de inmediato, entre Guillermo y ella surge una inesperada pasión. (FILMAFFINITY)
25 de abril de 2017
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la tesis principal de esta interesante historia de pasiones desaforadas narradas en un largo “flash back” que abarca todo el film. La de un político triunfador que evoca sus melancólicos recuerdos de un desgarrado amor por una mujer madura e independiente. La lealtad de los criados, la lucha de clases encarnada en el hijo del capataz (Fernando Rey), que recuerda al mozo de cuadras de “Cumbres borrascosas”, las habladurías chismosas sobre una mujer adelantada a su tiempo, amigos de conveniencias en intereses espurios. De todo ello habla este melodrama decimonónico que navega entre el realismo y el romanticismo, articulado sobre dos temas: el asunto político y el asunto amoroso que protagoniza una mujer virtuosa y altruista. Aunque la película propone un cierto liberalismo progresista, lo que de verdad esconde, seguramente por la censura, es el moralismo conservador más acérrimo.

El film nos presenta a dos personajes principales totalmente antagónicos, Julia (Paola Barbara), quien representa a la heroína romántica que no quiere someterse a las convicciones sociales, y por otro lado tenemos a Guillermo de Loja (Rafael Durán), un destacado político quien busca una vida convencional. Otro papel importante es el que cumplen los aldeanos, quienes funcionan en toda la obra como conciencia colectiva. Julia es una mujer de mundo, conocida como “La Pródiga”, que desdeñada y arruinada se retira de la vida social y se refugia en una hacienda salmantina. Allí la descubre Guillermo de Loja, un joven político que llega hasta ese lugar con motivo de unas elecciones. Guillermo se enamora de Julia y quiere casarse con ella, La Pródiga aunque también está enamorada se niega al matrimonio por las dificultades que se les oponen, la diferencia de edad y su pasado. Finalmente Julia acepta a Guillermo, que después de ver frustrada su carrera política se retira al campo junto a ella, sin embargo accede La Pródiga a esta unión pero sin casarse y bajo la condición de que cuando llegue el hastío del joven se separarían. Esta situación llega inevitablemente, agravada por la actitud hostil de los aldeanos que no ven con buenos ojos esta unión de su señora.

Un aura romántica recorre toda la película, así como los avatares políticos. El egoísmo y la codicia de dos antiguos compañeros políticos le empujan a recordar un tortuoso pasado. Guillermo de Loja se nos presenta como un joven romántico que cree despreciar a la sociedad y a lo mundano, prefiriendo a esto el amor de Julia en la soledad del campo. Poco a poco va descubriéndose a sí mismo y así descubrirá que está hecho para la vida cortesana. El director amante de la literatura Rafael Gil, tras su gran adaptación de “El clavo”, vuelve a adaptar otra novela de Pedro A. de Alarcón, respaldado por el gran productor Cesáreo González de Suevia Films. Gran reparto que no voy a enumerar pero que son muy adecuados a la trama y su contexto dramático, poético y lírico.
Antonio Morales
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