Película brutal; con una magnífica (y quizá insuperable) interpretación de Hillary Swank en el papel de una adolescente lesbiana crecida en una familia rota y en plena américa profunda, donde la intolerancia está a la orden del día y la única esperanza de los protagonistas es simplemente poder llegar a coger la autopista, lograr llegar a Memphis y poder vivir cantando en un Karaoke. Porque tan simples pueden ser los sueños y tan crudas las realidades. Y esta es una película sobre los sueños y sobre las realidades. Y estamos ante una tragedia clásica griega en su más puro estilo.

Lo mejor: La interpretación de Hillary Swank y de Clöe Sevigny. La una está atrapada en un cuerpo de mujer ("soy un hombre"); la otra atrapada en una realidad que no quiere aceptar ("¿en serio crees que canto bien en el Karaoke?"). Cada una ve en la otra la llave a sus esperanzas.

Lo peor: Que quizá que se podría haber contado toda la historia en menos tiempo. Hay personajes que no están muy desarrollados a mi entender (el personaje de Candence, por ejemplo).

En resumen, una película muy dura; y más aún cuando al final lees que toda la peli esta contando una historia real.