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Voto de AndyHug:
8
6.4
2,358
Drama
Un hombre evita en el último momento que otro se suicide tirándose a las vías del metro. A partir de ese momento se establece entre ambos una intensa relación basada sobre todo en encendidas discusiones de carácter ideológico. Sus contrapuestos puntos de vista están en parte determinados por sus distintas circunstancias vitales. Adaptación de la obra de Cormac McCarthy. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2011
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra minimalista producida por la HBO y dirigida por Tommy Lee Jones. Relato sobrecogedor sobre las creencias humanas, la ilusión de la felicidad y el vacío de la nada. Magnética reflexión de la aspiración terrenal y espiritual del hombre.
Estamos ante otra adaptación del lirismo de Cormac McCarthy, reflejado en su carga moral y sus influencias literarias. En este caso, la fuente que carbura el argumento es la religión, la Biblia en concreto. Las discusiones de los protagonistas cimientan exclusivamente el filme, no hay otra ventaja narrativa. De esta manera, las aportaciones por parte de dos actores consagrados eran necesarias. El papel de un profesor abocado a su autodestrucción lo interpreta Tommy Lee Jones, su antagonista, un ex-convicto empeñado en la redención como forma de vida es interpretado por Samuel L. Jackson.
El claro conflicto ideológico esta impecablemente de manifiesto en cada escena, a través de las conversaciones en las que ambos prueban sistemáticamente sus ideales. El dualismo de los personajes esta de manifiesto desde un primer momento, sus nombres son “White” y “Black”, en concordancia con sus respectivo color de piel.
La trama examina el existencialismo humano desde los verdaderos significados de salvación y castigo, por lo que, en contadas ocasiones, se percibe un leve distanciamiento con el espectador (dada su complejidad y carga moral). El humor también esta presente en escenas cotidianas de comportamiento y en esporádicas anécdotas contadas por "Black".
La dirección a cargo de Tommy Lee Jones, limitada al interior de un apartamento, consigue dar dinamismo a la obra. Los sutiles movimientos de cámara y la banda sonora ayudan a sobrellevar la película. Porque el ritmo y la variedad (en el conjunto de la obra) son constantes, dejando clara su exclusión del cine “mainstream”.
Notable adaptación a la pantalla de la laboriosa prosa de McCarthy, fundamentada en alusiones directas a la biblia (“Blood Meridian” es otro claro ejemplo) y en preguntas existenciales como fuerza motriz del relato.
"Perhaps I want forgiveness, but there is no one to ask of it, says White. "And there is no going back. No setting things right. Perhaps once. Not now. Now there is only the hope of nothingness. I cling to that hope. Now open the door, please."
Estamos ante otra adaptación del lirismo de Cormac McCarthy, reflejado en su carga moral y sus influencias literarias. En este caso, la fuente que carbura el argumento es la religión, la Biblia en concreto. Las discusiones de los protagonistas cimientan exclusivamente el filme, no hay otra ventaja narrativa. De esta manera, las aportaciones por parte de dos actores consagrados eran necesarias. El papel de un profesor abocado a su autodestrucción lo interpreta Tommy Lee Jones, su antagonista, un ex-convicto empeñado en la redención como forma de vida es interpretado por Samuel L. Jackson.
El claro conflicto ideológico esta impecablemente de manifiesto en cada escena, a través de las conversaciones en las que ambos prueban sistemáticamente sus ideales. El dualismo de los personajes esta de manifiesto desde un primer momento, sus nombres son “White” y “Black”, en concordancia con sus respectivo color de piel.
La trama examina el existencialismo humano desde los verdaderos significados de salvación y castigo, por lo que, en contadas ocasiones, se percibe un leve distanciamiento con el espectador (dada su complejidad y carga moral). El humor también esta presente en escenas cotidianas de comportamiento y en esporádicas anécdotas contadas por "Black".
La dirección a cargo de Tommy Lee Jones, limitada al interior de un apartamento, consigue dar dinamismo a la obra. Los sutiles movimientos de cámara y la banda sonora ayudan a sobrellevar la película. Porque el ritmo y la variedad (en el conjunto de la obra) son constantes, dejando clara su exclusión del cine “mainstream”.
Notable adaptación a la pantalla de la laboriosa prosa de McCarthy, fundamentada en alusiones directas a la biblia (“Blood Meridian” es otro claro ejemplo) y en preguntas existenciales como fuerza motriz del relato.
"Perhaps I want forgiveness, but there is no one to ask of it, says White. "And there is no going back. No setting things right. Perhaps once. Not now. Now there is only the hope of nothingness. I cling to that hope. Now open the door, please."