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Serie de TV. Comedia. Intriga. Drama
Serie de TV (2004-2012). 8 temporadas. 180 episodios. Narra la vida de varias mujeres que residen en el lujoso y apacible barrio de Wisteria Lane. Sin embargo, tras la fachada de una “vida perfecta” se hallan cuatro mujeres cuya existencia es cualquier cosa menos idílica. Susan, una madre divorciada, lleva siglos sin tener una cita, Lynette se arrepiente de haber dejado una prometedora carrera para cuidar a sus traviesos hijos. La ... [+]
13 de septiembre de 2007
13 de septiembre de 2007
36 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si cogemos a estas tías, que tienen de amas de casa lo que yo de monje budista, y les hacemos un pequeño cambio, a saber:
-Las ponemos a vivir en unos pisitos de 50 metros cuadrados, de ésos de protección oficial con puertas huecas de cartón y azulejos que se caen con el más mínimo roce.
-Les endosamos a sendos maridos fondones, con barriga cervecera, tendencia a la calvicie y flatulencia incontenible.
-Les buscamos algún amante ocasional como: el repartidor del pan o el repartidor de las bombonas de butano (que han cultivado la línea curva a base de judías con chorizo y chuletones, porque creen que eso del colesterol consiste en algún mal del hígado para el que las grasas abundantes son mano de santo).
-Les ponemos a una piara de niños gritones y meones que un día sí y el otro también padecen de diarreas, faringitis, sarampión y que les piden a los Reyes Magos y a Santa Claus la consola PlayStation 43, la Nintendo 1500, un televisor de 29 pulgadas y una bicicleta de última generación con cambio de marchas electrónico. Sin contar con los cumpleaños, en los que si no reciben mínimo 40 regalos sus amiguitos los tachan de pobretones.
-Las rodeamos de otras vecinas con sempiternos rulos y bata, maridos regordetes y flatulentos y más niños gritones que lo único que saben es poner la mano para que les dén la paga del día.
-Los maridos son albañiles, barrenderos del Ayuntamiento o marineros que llegan todos los días hechos unos zorros y apestando a humanidad, tabaco y vino peleón, que cuando llegan a casa el primer contacto que tienen es con el mando de la tele, entrando en estado catatónico hasta que llega el tufillo de la cena, con lo cual reaccionan impulsados por su estómago (y no por el sugerente modelito que sus esposas llevan puesto).
-Los amantes no son precisamente jardineros adolescentes y musculados y, cuando echan el polvo rápido con las susodichas mientras miran el reloj, están ya pensando en que se van a perder el comienzo del partido Real Madrid-Barcelona que retransmiten en el bar de la esquina y en el que se ha dado cita la flor y nata de la afición futbolera del barrio.
En fin, señoras. ¿Y ustedes están DESESPERADAS? Vénganse a Pepinar Alto...
A. Y DEMIAN, VA POR VOSOTROS, SIEMPRE. Aunque no coincidamos.
Demian, gracias a tu crítica de "Bailar en la oscuridad", por ella vi la película. Se me olvidó mencionarlo antes.
-Las ponemos a vivir en unos pisitos de 50 metros cuadrados, de ésos de protección oficial con puertas huecas de cartón y azulejos que se caen con el más mínimo roce.
-Les endosamos a sendos maridos fondones, con barriga cervecera, tendencia a la calvicie y flatulencia incontenible.
-Les buscamos algún amante ocasional como: el repartidor del pan o el repartidor de las bombonas de butano (que han cultivado la línea curva a base de judías con chorizo y chuletones, porque creen que eso del colesterol consiste en algún mal del hígado para el que las grasas abundantes son mano de santo).
-Les ponemos a una piara de niños gritones y meones que un día sí y el otro también padecen de diarreas, faringitis, sarampión y que les piden a los Reyes Magos y a Santa Claus la consola PlayStation 43, la Nintendo 1500, un televisor de 29 pulgadas y una bicicleta de última generación con cambio de marchas electrónico. Sin contar con los cumpleaños, en los que si no reciben mínimo 40 regalos sus amiguitos los tachan de pobretones.
-Las rodeamos de otras vecinas con sempiternos rulos y bata, maridos regordetes y flatulentos y más niños gritones que lo único que saben es poner la mano para que les dén la paga del día.
-Los maridos son albañiles, barrenderos del Ayuntamiento o marineros que llegan todos los días hechos unos zorros y apestando a humanidad, tabaco y vino peleón, que cuando llegan a casa el primer contacto que tienen es con el mando de la tele, entrando en estado catatónico hasta que llega el tufillo de la cena, con lo cual reaccionan impulsados por su estómago (y no por el sugerente modelito que sus esposas llevan puesto).
-Los amantes no son precisamente jardineros adolescentes y musculados y, cuando echan el polvo rápido con las susodichas mientras miran el reloj, están ya pensando en que se van a perder el comienzo del partido Real Madrid-Barcelona que retransmiten en el bar de la esquina y en el que se ha dado cita la flor y nata de la afición futbolera del barrio.
En fin, señoras. ¿Y ustedes están DESESPERADAS? Vénganse a Pepinar Alto...
A. Y DEMIAN, VA POR VOSOTROS, SIEMPRE. Aunque no coincidamos.
Demian, gracias a tu crítica de "Bailar en la oscuridad", por ella vi la película. Se me olvidó mencionarlo antes.