Cuando uno termina de ver este peculiar filme de los siempre brillantes Coen, se da cuenta de que la historia cumple la propuesta del título; una historia para olvidar después de pasar un rato entretenido leyéndola. Como ocurre en la propia película. Vamos a analizarla con detenimiento.

La historia arranca como un malentendido en el que se involucran una serie de personajes reconocibles como caricaturescos, estereotipados y algo imperfectos. Un hombre (John Malkovich) infelizmente casado que se siente solo en su idea de escribir unas memorias; una mujer (Frances McDormand) insatisfecha consigo misma, trabajadora de un gimnasio (lugar de culto al físico), tanto con su cuerpo como con su vida amorosa, por lo que decide ahorrar para operarse y ganar así algo de atractivo; su compañero (Brad Pitt) triunfador, pasota y conformista, que enciende la mecha de la paranoia al pensar que puede haber altos secretos en un CD que se encuentran en el vestuario. Esto sin olvidar otra historia que se acaba entrecruzando, la de un vividor y rico mujeriego (George Clooney) cuya máxima aspiración es ligar con todas las mujeres posibles y evitar meterse en líos. Lo que comienza como una tontería ingenua por parte de los chicos del gimnasio termina con una historia tan divertida como absurda, puesto que no conduce a ninguna conclusión trascendente salvo una: la estupidez humana puede generar este tipo de sinsentidos.

Se trata de una película que dibuja una simpática caricatura sobre algunos intentos que muchas personas tienen por alcanzar la fama o sentirse mejor, intentos que vistos desde fuera se antojan ridículos. Recordemos a Brad Pitt sintiéndose como el agente 007 por estar en posesión del boceto de las memorias de Cox.

Recomiendo encarecidamente esta película, pues tiene momentazos en los que nos partiremos de risa y las tramas están brillantemente trazadas, de forma que las "coincidencias" no resultan chirriantes. Es una película de la que apenas tendría sentido hacer spoiler, puesto que nada de lo que se pueda contar estorbará el posterior visionado.