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Voto de Hector Zuleta:
9
Intriga. Romance. Thriller A pesar de que John Robie "El Gato" (Cary Grant) ha abandonado su oficio de ladrón de joyas, se convierte en el principal sospechoso de una serie de robos de piedras preciosas en los más lujosos hoteles de la Riviera francesa; así que no tendrá más remedio que demostrar su inocencia. Cuando conoce a una caprichosa heredera (Grace Kelly), ve la oportunidad de desenmascarar al misterioso ladrón, utilizando como señuelo las fabulosas joyas ... [+]
29 de octubre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La metro mantuvo a Grace en estado de suspensión, del que solo salió cuando Hitchcock volvió a requerirla para participar en una película con Cary Grant para la Paramount. Atrapa aun ladrón, era una comedia romántica y de enredo centrada en las andanzas de un ladrón de guante blanco (Grant) y de una atractiva heredera de vacaciones en la Riviera francesa (Grace Kelly), que, lógicamente, se dejaba atrapar por el refinado escala-tejados. O al menos ésas eran las apariencias: la película contiene las escenas más eróticas que se haya rodado jamás a Grace, como aquella en la que decide seducir a Grant para que éste devuelva las joyas robadas a su madre, y le besa incansablemente mientras tras ellos el cielo se ilumina con fuegos artificiales. Dijo Hitchcock: “Fotografié a Grace impasible, fría, siempre de perfil, muy hermosa y muy glacial. Pero cuando circulaba por el pasillo del hotel y Grant la acompañaba hasta su cuarto, ¿Qué hace ella? Hunde directamente sus labios en los del hombre”.
En el cenit de su fama, Grace fue invitada al festival de Cannes, siendo ella una de las máximas atracciones. El editor de la revista Paris-Match decidió hacerle un reportaje gráfico; como Grace no era del tipo de las que basaban sus reportajes en enseñar las piernas, se pensó en inventar un encuentro en palacio entre la “primera dama” de Hollywood y el príncipe de Mónaco. Rainiero era uno de los solteros más apetecidos de la aristocracia europea, las fotos causaron alboroto pero no para ellos. Lo que nadie se esperaba sucedió: en las navidades de 1.955, Grace estaba en Filadelfia para celebrar las fiestas en familia, cuando se presentó el mismísimo príncipe Rainiero, que venía a “conocerla mejor”. En menos de tres días la pareja estaba “informalmente” comprometida. Se da comienzo al romance “el príncipe y la corista”, con el final que todos conocemos.

Que viva el buen cine
Hector Zuleta
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