Uno de los mejores cuentos para adultos que he visto. Tim Burton no decepciona y vuelve a crear una atmósfera que engatusa y deleita, con unos personajes brillantes y un guión redondo.

La dicotomía entre lo real e irreal, acentuado por un exquisito tratamiento de la imagen, incita a la reflexión y me conducen hasta las tardes que, en mi habitación y sin más compañía que mi imaginación, llenaba folios mentales de dibujos y letras e imaginaba conversaciones con seres fantásticos. Todo sería más bonito con unas gotas de fantasía. Hay tantos mundos en un mundo interior.

Pero hay algo que me ha sorprendido, y mucho: ¿dónde estaba Johnny Deep?

Bromas aparte, es una película que debería ver todo aquel que crea que la vida no puede ser un bonito cuento: depende del cristal con que se mire.