Entretenida y efectiva comedia del montón que tiene como principal atractivo desarrollarse dentro del mundo de las nuevas tecnologías y, más concretamente, en los entresijos de la compañía quizás más conocida de la red: Google.

Es la historia de dos amigos, Owen Wilson y Vince Vaughn, con unos trabajos tradicionales como vendedores, que de la noche a la mañana se ven en la calle. En un mundo tan exigente como el actual, donde las nuevas tecnologías están a la orden del día y se requieren ciertos conocimientos mínimos para las entrevistas de trabajo, ninguno de los dos parece capacitado para encontrar algo mejor, algo que les suponga un paso adelante en sus anodinas vidas. Reacios al principio, ven la posibilidad de entrar con un contrato de prácticas en el gran monstruo monopolista de internet, Google, donde se oferta un contrato de trabajo indefinido para los que pasen con eficacia las pruebas. Las prácticas resultan ser lo más parecidas a unos juegos de campamento de verano, en donde varios equipos compiten entre sí, y el ganador obtiene al final un puesto de trabajo... muy americano todo.

El filme no deja de ser una comedia más que, bajo el visto bueno de Google, parece enseñarnos que aquella gente vive de puta madre en su parque de atracciones tecnológico, y donde campan a sus anchas los más variopintos personajes. La mayor pega que se le puede apuntar reside en su excesiva duración, máxime cuando es un guion muy previsible y el humor que despiden los dos personajes resulta entretenido, pero sin llegar a provocar la carcajada.

Desde luego, si hacemos caso a la moraleja de la película, el sueño americano existe para todo aquel que quiera una oportunidad, aunque llames a la puerta de Google, Microsoft o cualquier otro gigante tecnológico sin tener ni puñetera idea de cómo se enciende un ordenador. Shawn Levy lo deja bien claro, y además se permite el lujo de reembolsarse unos buenos fajos de los grandes haciendo publicidad por toda la cara por si acaso su obra no llegara a funcionar del todo bien en la taquilla.

Las actuaciones de Owen Wilson y Vince Vaughn no pasan de ser correctas y sus interrelaciones resultan efectivas, pero no son lo más destacado de una película floja aunque resultona, donde lo único destacado es la curiosidad por conocer detalles de la todopoderosa Google. Pasable.