Y si, señores. Sabemos que Chris Nolan no es David Lynch o Luis Buñuel, como leí acertadamente en otro lugar, pero hay que darle lo que es suyo, entretiene. Captura con sus secuencias delirantes, con esas ideas intelectualoides que juegan con la mente sin ser necesaria-mente (o sin ser la mente necesaria) para ofrecer un show digno de las apuestas hollywoodenses más osadas.

Es cierto, éste film quizá lo que tiene de "osado" es el manejo de algunos conceptos que para el consumidor de Cine McDonalds promedio son demasiado científicos (y por ende, o tontos o aburridos) y que podría abrumarlos. "Necesitas una libretita para anotar todo y entender lo que pasa" me dijo un amigo cuando le pregunté su opinión sobre la película. Automáticamente entendí que era argumentalmente estúpida... Pero de alguna u otra forma consigue atrapar, como lo hizo Matrix. La diferencia, digamos, entre ambas, es que aca los efectos especiales están correctamente empaquetados y no cargan con el peso de la película.

Ahora, seamos claros: el argumento se resume en un parrafito y a diferencia de Lynch, que basa casi siempre los cañamazos de sus historias en cuestiones factibles, todo ésto circula la ficción. Invadir sueños, implantar ideas, si fuera tan fácil... Lo que salva a ésta película es la dirección casi brillante de Nolan, un tipo que no tira millones de dólares al agua y hace que se sienta que ésto es lo mejor de Hollywood, sin que abrume con esa prepotencia exacerbada que acostumbran otros directores. Además, tiene a... Michael Caine (!!), a esa niña encantadora llamada Ellen Page, a un DiCaprio que por fin no nos hace sentir desacomodados con sus sobreactuaciones y el resto del elenco eficaces. Pero hubiera podido tener un mejor puntaje ésta película si no fuera por...