Ágora
6.5
67,003
Aventuras. Romance
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
1 de noviembre de 2009
1 de noviembre de 2009
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy raro. Ágora es un peliculón de los grandes y hay que ver las críticas que está teniendo. Después de verla, no me puedo creer a los críticos porque no entiendo el criterio. Sólo coincido con Marchante del ABC, el único que no se ha sumado al linchamiento.
Se puede entender que sobre gustos no hay nada escrito, puede haber opiniones buenas y malas, pero no que la mayoría diga lo mismo, porque en este caso no coincide con la realidad. Será SU realidad, pero no la de todos. Tal vez se influyen unos a otros, y a su vez el público sigue la onda: como en los círculos entendidos se dice que no transmite, lo que es guay es decir que es fría.
También puedo comprender que haya todo un sector enfervorizado en contra de la película porque el argumento es polémico. Narra un episodio poco conocido de la historia, vergonzante para la cristiandad (cuando los cristianos se alejaron años luz de todo cuanto Jesucristo predicaba), que quizás hubieran preferido no airear. Imagino que muchas de las críticas, incluídas las que aquí se leen, demuestran que el sector católico anda revuelto con esta película, que ha sido incluso censurada en Italia. Pero en las mentes de las personas está entender que no es una película contra el cristianismo, sino contra lo que hicieron los hombres con el cristianismo. Es una película contra la intolerancia, venga de donde venga.
Puedo entender que el tema no les interese porque prefieren cine de acción, efectos especiales, temas intrascendentes o violencia. Hasta aquí vale.
Lo que ya no entiendo es la gente que la critica por criticarla, diciendo no ya que es fría, sino que es burda (será todo lo que quieran, pero de burda no tiene nada, más bien al contrario), comercial (se contradice con los que opinan que es demasiado académica), poco fiel a la historia (no he visto película histórica más fielmente ambientada y documentada) o mala, pero sin argumentar porqué o con argumentos falsos o que implican desconocimiento. En fín, que cabrea que tanta gente se deje llevar por lo que dicen otros. Porque su calidad está fuera de toda duda.
Y luego están los que van al cine con prejuicios y exigen una perfección inalcanzable a las producciones españolas, y sin embargo dicen maravillas de cualquier película norteamericana, independientemente de si es buena o un bodrio, sólo por cuestiones de moda. ¿O es que hay cuestiones de interés? No me extrañaría.
Ágora es una película preciosa, apasionante e inteligente, impecablemente realizada, al nivel del mejor cine, por mucho que digan y digan.
Sería deseable que a los críticos, que ocupan una posición de influencia en las masas, se les exigiera un mínimo de objetividad, el mínimo que permita la subjetividad del gusto.
Se puede entender que sobre gustos no hay nada escrito, puede haber opiniones buenas y malas, pero no que la mayoría diga lo mismo, porque en este caso no coincide con la realidad. Será SU realidad, pero no la de todos. Tal vez se influyen unos a otros, y a su vez el público sigue la onda: como en los círculos entendidos se dice que no transmite, lo que es guay es decir que es fría.
También puedo comprender que haya todo un sector enfervorizado en contra de la película porque el argumento es polémico. Narra un episodio poco conocido de la historia, vergonzante para la cristiandad (cuando los cristianos se alejaron años luz de todo cuanto Jesucristo predicaba), que quizás hubieran preferido no airear. Imagino que muchas de las críticas, incluídas las que aquí se leen, demuestran que el sector católico anda revuelto con esta película, que ha sido incluso censurada en Italia. Pero en las mentes de las personas está entender que no es una película contra el cristianismo, sino contra lo que hicieron los hombres con el cristianismo. Es una película contra la intolerancia, venga de donde venga.
Puedo entender que el tema no les interese porque prefieren cine de acción, efectos especiales, temas intrascendentes o violencia. Hasta aquí vale.
Lo que ya no entiendo es la gente que la critica por criticarla, diciendo no ya que es fría, sino que es burda (será todo lo que quieran, pero de burda no tiene nada, más bien al contrario), comercial (se contradice con los que opinan que es demasiado académica), poco fiel a la historia (no he visto película histórica más fielmente ambientada y documentada) o mala, pero sin argumentar porqué o con argumentos falsos o que implican desconocimiento. En fín, que cabrea que tanta gente se deje llevar por lo que dicen otros. Porque su calidad está fuera de toda duda.
Y luego están los que van al cine con prejuicios y exigen una perfección inalcanzable a las producciones españolas, y sin embargo dicen maravillas de cualquier película norteamericana, independientemente de si es buena o un bodrio, sólo por cuestiones de moda. ¿O es que hay cuestiones de interés? No me extrañaría.
Ágora es una película preciosa, apasionante e inteligente, impecablemente realizada, al nivel del mejor cine, por mucho que digan y digan.
Sería deseable que a los críticos, que ocupan una posición de influencia en las masas, se les exigiera un mínimo de objetividad, el mínimo que permita la subjetividad del gusto.
12 de octubre de 2009
12 de octubre de 2009
48 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo decir que admiro profundamente a Alejandro Amenábar, lo considero el mejor director de cine español a día de hoy. Y de hecho, a pesar de "Ágora", lo sigo pensando.
"Ágora" es una película fría, estéril, sin emoción y creo que incluso podemos decir que tampoco tiene un mínimo guión, cosa que extraña mucho siendo su director (y co-guionista) quien es.
Sin entrar en la falta de rigor histórico (que yo perdono esas cosas cuando se trata de cine comercial), la película se limita a narrar ciertos hechos como lo haría un profesor: o sea, de manera estrictamente expositiva...
... vamos, que te cuenta los hechos uno detrás de otro pero en ningún momento consigue "atraparte" con su relato, en ningún momento te ves "enganchado" por la película o "dentro" de ella. Es casi como ver un álbum de fotos: que uno pasa las páginas y ve un conjunto de imágenes más o menos bonitas, pero la cosa no pasa de ahí. Sólo en contadísimas ocasiones se atisba (se vislumbra, y muy de lejos) algo de esa emoción que en definitiva no aparece por ninguna parte.
"Ágora" es un mayúsculo despropósito (50 millones de euros), un capricho de su director que definitivamente le ha venido muy grande, demasido grande. Ha querido emular a David Lean y él no es David Lean, al menos por ahora. Ha querido abarcar tantas cosas, contar tantas historias, que al final no ha contado ninguna. Se ha quedado en un simple escaparate de imágenes, frío y aséptico. Un álbum de fotos muy caro.
Creo que "Ágora" será un sonoro fracaso de taquilla y, lo que es peor, un rotundo fracaso de su director ante un público que lo había encumbrado y al que decepciona sin piedad en cada uno de los 126 insustanciales y desaprovechados minutos que dura su película.
La buena noticia es que esta descomunal metedura de pata, posiblemente, haga que Amenábar ponga de nuevo los pies en el suelo de cara a un futuro proyecto. Y más le vale dar en la diana la próxima vez... porque desde luego con "Ágora" ya ha agotado uno de los escasísimos cartuchos de confianza y credibilidad que puede tener un director de cine en toda su carrera.
Mucho cuidado la próxima vez señor Amenábar, ahora sí que le están vigilando...
"Ágora" es una película fría, estéril, sin emoción y creo que incluso podemos decir que tampoco tiene un mínimo guión, cosa que extraña mucho siendo su director (y co-guionista) quien es.
Sin entrar en la falta de rigor histórico (que yo perdono esas cosas cuando se trata de cine comercial), la película se limita a narrar ciertos hechos como lo haría un profesor: o sea, de manera estrictamente expositiva...
... vamos, que te cuenta los hechos uno detrás de otro pero en ningún momento consigue "atraparte" con su relato, en ningún momento te ves "enganchado" por la película o "dentro" de ella. Es casi como ver un álbum de fotos: que uno pasa las páginas y ve un conjunto de imágenes más o menos bonitas, pero la cosa no pasa de ahí. Sólo en contadísimas ocasiones se atisba (se vislumbra, y muy de lejos) algo de esa emoción que en definitiva no aparece por ninguna parte.
"Ágora" es un mayúsculo despropósito (50 millones de euros), un capricho de su director que definitivamente le ha venido muy grande, demasido grande. Ha querido emular a David Lean y él no es David Lean, al menos por ahora. Ha querido abarcar tantas cosas, contar tantas historias, que al final no ha contado ninguna. Se ha quedado en un simple escaparate de imágenes, frío y aséptico. Un álbum de fotos muy caro.
Creo que "Ágora" será un sonoro fracaso de taquilla y, lo que es peor, un rotundo fracaso de su director ante un público que lo había encumbrado y al que decepciona sin piedad en cada uno de los 126 insustanciales y desaprovechados minutos que dura su película.
La buena noticia es que esta descomunal metedura de pata, posiblemente, haga que Amenábar ponga de nuevo los pies en el suelo de cara a un futuro proyecto. Y más le vale dar en la diana la próxima vez... porque desde luego con "Ágora" ya ha agotado uno de los escasísimos cartuchos de confianza y credibilidad que puede tener un director de cine en toda su carrera.
Mucho cuidado la próxima vez señor Amenábar, ahora sí que le están vigilando...
9 de octubre de 2009
9 de octubre de 2009
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amenábar ha fracasado en un intento demasiado grande y en cierto modo pretencioso cuyo resultado se caracteriza por todo menos por transmitir emociones. Me explico. El fracaso es relativo, porque en ningún caso se puede decir que "Ágora" sea una mala película. No lo es, pero aún menos es lo que pretendía.
He leido que Amenábar trataba de acercarnos al mundo de la ciencia desde una óptica espiritual, epatando con las mismas emociones sentidas hace siglos, milenios y a kilómetros de distancia. Y "Ágora", desgraciadamente no emociona en ninguno solo de sus minutos. Responde correctamente de esos 50 millones invertidos y la documentación, trabajo duro, está conseguidísima, más en los pequeños detalles que en los grandes. Pero no, no emociona. Y eso, tratándose de la historia de una mujer no sólo apasionante, sino apasionada, se convierte en el gran fracaso de la cinta.
Hipatia, hija de Teón, no sólo supone una revolución a nivel científico y cósmico, sino, y eso si está retratado perfectamente en "Ágora", a nivel social. Su posición relevante e influyente en la jerarquía social de un Egipto bajo dominación romana 1700 años atrás, movida básica y fundamentalmente por su amor al conocimiento, al saber, la convirtieron no hace muchos siglos en algo así como una heroína exótica inspiradora del derecho a la igualdad de géneros.
Y si, un personaje como Hipatia merecía una adaptación al cine más emocionante, más apasionada. No he parado de pensar en sus dos horas y pico de metraje en Mel Gibson. En lo bien que contaría ese director al que detesto como persona, pero adoro como cineasta, la historia de esta musa histórica, pero real y humana. Mucho más cercana de lo que aquí se nos presenta. Mucho menos fría y gélida.
En el plano artístico la película roza extremos también. Tiene apartados en los que destaca de manera maravillosa-su banda sonora me parece absolutamente perfecta- mientras que en otros, es irregular completamente. La infografía es maravillosa y algunos escenarios son totalmente tangibles mientras que en otros el cartón piedra canta lo indecible, a lo producción televisiva de sábado tarde.
Y las interpretaciones, bueno, del montón. Ni siquiera Rachel Weisz, a la que adoro sobremanera y que desde luego es lo mejor de la cinta está brillante. Correcta pero no perfecta. Como toda la película.
En resumen, los planteamientos son tan grandes que resultan prácticamente imposibles de cumplir y su metraje se hace pesado a ratos. Una lástima.
Lo mejor: Banda sonora y Rachel.
Lo peor: La sensación de quiero y no puedo es constante. Los alejamientos-acercamientos al globo terrestre, pedantes e innecesarios.
He leido que Amenábar trataba de acercarnos al mundo de la ciencia desde una óptica espiritual, epatando con las mismas emociones sentidas hace siglos, milenios y a kilómetros de distancia. Y "Ágora", desgraciadamente no emociona en ninguno solo de sus minutos. Responde correctamente de esos 50 millones invertidos y la documentación, trabajo duro, está conseguidísima, más en los pequeños detalles que en los grandes. Pero no, no emociona. Y eso, tratándose de la historia de una mujer no sólo apasionante, sino apasionada, se convierte en el gran fracaso de la cinta.
Hipatia, hija de Teón, no sólo supone una revolución a nivel científico y cósmico, sino, y eso si está retratado perfectamente en "Ágora", a nivel social. Su posición relevante e influyente en la jerarquía social de un Egipto bajo dominación romana 1700 años atrás, movida básica y fundamentalmente por su amor al conocimiento, al saber, la convirtieron no hace muchos siglos en algo así como una heroína exótica inspiradora del derecho a la igualdad de géneros.
Y si, un personaje como Hipatia merecía una adaptación al cine más emocionante, más apasionada. No he parado de pensar en sus dos horas y pico de metraje en Mel Gibson. En lo bien que contaría ese director al que detesto como persona, pero adoro como cineasta, la historia de esta musa histórica, pero real y humana. Mucho más cercana de lo que aquí se nos presenta. Mucho menos fría y gélida.
En el plano artístico la película roza extremos también. Tiene apartados en los que destaca de manera maravillosa-su banda sonora me parece absolutamente perfecta- mientras que en otros, es irregular completamente. La infografía es maravillosa y algunos escenarios son totalmente tangibles mientras que en otros el cartón piedra canta lo indecible, a lo producción televisiva de sábado tarde.
Y las interpretaciones, bueno, del montón. Ni siquiera Rachel Weisz, a la que adoro sobremanera y que desde luego es lo mejor de la cinta está brillante. Correcta pero no perfecta. Como toda la película.
En resumen, los planteamientos son tan grandes que resultan prácticamente imposibles de cumplir y su metraje se hace pesado a ratos. Una lástima.
Lo mejor: Banda sonora y Rachel.
Lo peor: La sensación de quiero y no puedo es constante. Los alejamientos-acercamientos al globo terrestre, pedantes e innecesarios.
17 de noviembre de 2009
17 de noviembre de 2009
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo influyen las malas críticas. Aunque en el caso de Ágora, casi le hacen un favor, porque cuando vas a verla con la predisposición que te crean, te sorprende para muy bien. Bajo mi punto de vista, ni es fría, ni es aburrida, y mucho menos se columpia históricamente. Sólo hace falta documentarse un poco para comprobarlo.
Ya sea en forma de religión, de ignorancia, de prejuicios contra el cine español, prejuicios políticos, o incluso los propios prejuicios de los críticos, está claro que la intolerancia está atacando injustamente a esta excelente película.
Y lo único que están haciendo es dar la razón a Amenábar, que lo ha bordado haciendo un bellísimo filme histórico donde se refleja una etapa de la Historia bastante desconocida para muchos. Entiendo que guste más o menos, pero algunas malas críticas son incomprensibles o les faltan los argumentos necesarios para sostenerlas. Me huele a boicot. Imagino que en ésto tienen mucho que ver los poderes fácticos que se han dado por aludidos, que tienen todavía tantísimo peso en nuestra sociedad y que se están moviéndo para boicotearla. La Historia está ahí, y por mucho que pongan el grito en el cielo, no la van a borrar. Porque si de algo puede presumir esta película es de una excelente documentación, cuidada en todos y cada uno de sus detalles.
Amenábar se confirma de nuevo como un genial cineasta. Con Ágora ha logrado realizar una gran película que, teniendo el aspecto de una superproducción de las grandes, es a la vez poco comercial y reflexiva.
Gracias, Amenábar por descubrirnos esta parte de la Historia de forma tan imparcial, y de paso por ofrecernos ese espectáculo tan hermoso, no sólo para la vista sino para la conciencia. Vayan desde aquí mis felicitaciones por el enorme trabajo, así como mi total adhesión ética a la causa.
Ya sea en forma de religión, de ignorancia, de prejuicios contra el cine español, prejuicios políticos, o incluso los propios prejuicios de los críticos, está claro que la intolerancia está atacando injustamente a esta excelente película.
Y lo único que están haciendo es dar la razón a Amenábar, que lo ha bordado haciendo un bellísimo filme histórico donde se refleja una etapa de la Historia bastante desconocida para muchos. Entiendo que guste más o menos, pero algunas malas críticas son incomprensibles o les faltan los argumentos necesarios para sostenerlas. Me huele a boicot. Imagino que en ésto tienen mucho que ver los poderes fácticos que se han dado por aludidos, que tienen todavía tantísimo peso en nuestra sociedad y que se están moviéndo para boicotearla. La Historia está ahí, y por mucho que pongan el grito en el cielo, no la van a borrar. Porque si de algo puede presumir esta película es de una excelente documentación, cuidada en todos y cada uno de sus detalles.
Amenábar se confirma de nuevo como un genial cineasta. Con Ágora ha logrado realizar una gran película que, teniendo el aspecto de una superproducción de las grandes, es a la vez poco comercial y reflexiva.
Gracias, Amenábar por descubrirnos esta parte de la Historia de forma tan imparcial, y de paso por ofrecernos ese espectáculo tan hermoso, no sólo para la vista sino para la conciencia. Vayan desde aquí mis felicitaciones por el enorme trabajo, así como mi total adhesión ética a la causa.
13 de octubre de 2010
13 de octubre de 2010
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Superproducción española realizada por Alejandro Amenábar. El guión, de Amenábar y Mateo Gil, explica una historia de base histórica que combina elementos reales y de ficción. El film se rueda en escenarios construidos en Malta y en localizaciones reales de la isla, con un presupuesto global de 73 M USD. Producido por Fernando Bovaina y Álvaro Augustín, se proyecta por primera vez en público el 17-V-2009 (Cannes). La acción dramática tiene lugar en Alejandría (Egipto, Imperio Romano), en el año 391 (expolio de la Biblioteca) i 415 o 416.
La película se sustenta en un guión elaborado con convicción y empeño, muy pensado, cuidado con esmero y trabajado con un notable esfuerzo personal. Focaliza la atención en un personaje histórico, la astrónoma y matemática Hipatia (Weizs), caracterizada con los rasgos básicos que de la misma constan en documentos y crónicas. La reconstrucción de la ciudad se ha realizado en base a un estudio riguroso. El rodaje incorpora una pléyade de recursos que Amenábar maneja y combina con la habilidad y versatilidad que le caracterizan. Es una obra ambiciosa, valiente y espectacular, que merece ser vista con atención e interés.
Desarrolla un discurso pedagógico, pensado para el gran público (público objetivo del film), que exalta la tolerancia, la transigencia, la búsqueda del conocimiento, la racionalidad, la libertad de pensamiento, el amor al saber y la duda como método de búsqueda de la verdad. Por otro lado, condena la intransigencia, los extremismos, el fanatismo, el dogmatismo, la ignorancia, los fundamentalismos, el dirigismo ideológico y las teocracias. Completa su propuesta con la defensa del pluralismo como sistema racional y pacífico de convivencia de ideologías, culturas, opiniones, creencias y credos religiosos diversos. Condena la violencia en todas sus formas y manifestaciones. La propuesta de ética cívica que formula se basa en el conocimiento del ser humano, la naturaleza de las cosas y las necesidades de convivencia del ser humano.
Refuerza sus proposiciones con símbolos diversos, como la elipse en relación al pluralismo por la pluralidad de focos que tiene y la diversidad de distancias de su periferia respecto a éstos. El círculo representa la perfección por la armonía de sus formas, su regularidad y equilibrios. Los viajes de la cámara por el espacio son posiblemente una metáfora del paso del tiempo y de su relatividad. La narración es fluida, ágil y rica en medios y recursos expresivos. La interpretación de Weizs es adecuada y convincente. La acompaña con naturalidad y saber hacer el veterano Michael Lonsdale.
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La película se sustenta en un guión elaborado con convicción y empeño, muy pensado, cuidado con esmero y trabajado con un notable esfuerzo personal. Focaliza la atención en un personaje histórico, la astrónoma y matemática Hipatia (Weizs), caracterizada con los rasgos básicos que de la misma constan en documentos y crónicas. La reconstrucción de la ciudad se ha realizado en base a un estudio riguroso. El rodaje incorpora una pléyade de recursos que Amenábar maneja y combina con la habilidad y versatilidad que le caracterizan. Es una obra ambiciosa, valiente y espectacular, que merece ser vista con atención e interés.
Desarrolla un discurso pedagógico, pensado para el gran público (público objetivo del film), que exalta la tolerancia, la transigencia, la búsqueda del conocimiento, la racionalidad, la libertad de pensamiento, el amor al saber y la duda como método de búsqueda de la verdad. Por otro lado, condena la intransigencia, los extremismos, el fanatismo, el dogmatismo, la ignorancia, los fundamentalismos, el dirigismo ideológico y las teocracias. Completa su propuesta con la defensa del pluralismo como sistema racional y pacífico de convivencia de ideologías, culturas, opiniones, creencias y credos religiosos diversos. Condena la violencia en todas sus formas y manifestaciones. La propuesta de ética cívica que formula se basa en el conocimiento del ser humano, la naturaleza de las cosas y las necesidades de convivencia del ser humano.
Refuerza sus proposiciones con símbolos diversos, como la elipse en relación al pluralismo por la pluralidad de focos que tiene y la diversidad de distancias de su periferia respecto a éstos. El círculo representa la perfección por la armonía de sus formas, su regularidad y equilibrios. Los viajes de la cámara por el espacio son posiblemente una metáfora del paso del tiempo y de su relatividad. La narración es fluida, ágil y rica en medios y recursos expresivos. La interpretación de Weizs es adecuada y convincente. La acompaña con naturalidad y saber hacer el veterano Michael Lonsdale.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
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La música ofrece un tema principal que reproduce las formas de una cantata religiosa conventual católica. Añade subrayados sonoros y en ocasiones distorsiones acústicas portadoras de significados específicos. Las imágenes son claras y luminosas, se hace uso esporádicamente de la cámara en mano, abundan los planos picados y contrapicados (escenas multitudinarias) y son gratificantes los movimientos hiperbólicos de grúa.
Pese al esfuerzo del realizador y a la corrección del relato, el film resulta frío, falto de fuerza dramática y poco emotivo, como ponen de relieve la mayoría de críticos y comentaristas que han valorado la obra. Pese a todo, se trata de una obra interesante por la historia que explica, la época que analiza, la divulgación que establece de la figura de la protagonista y las referencias que contiene a hechos de actualidad.
La música ofrece un tema principal que reproduce las formas de una cantata religiosa conventual católica. Añade subrayados sonoros y en ocasiones distorsiones acústicas portadoras de significados específicos. Las imágenes son claras y luminosas, se hace uso esporádicamente de la cámara en mano, abundan los planos picados y contrapicados (escenas multitudinarias) y son gratificantes los movimientos hiperbólicos de grúa.
Pese al esfuerzo del realizador y a la corrección del relato, el film resulta frío, falto de fuerza dramática y poco emotivo, como ponen de relieve la mayoría de críticos y comentaristas que han valorado la obra. Pese a todo, se trata de una obra interesante por la historia que explica, la época que analiza, la divulgación que establece de la figura de la protagonista y las referencias que contiene a hechos de actualidad.
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