Ágora
6.5
66,992
Aventuras. Romance
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
12 de octubre de 2009
12 de octubre de 2009
40 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy el único que vivió una soporífera noche de cine con esta película ya que ví a mi alrededor a más de una persona echando una cabezadita además del desfile de personas que prefirieron irse a dormir a casa antes de tiempo.
un punto porque es de Amenabar.
otro punto porque es cine Español.
y otro punto por los cincuenta millones de euros de presupuesto.
Señores, películas bien ambientadas con tantos recursos hay muchas, citas históricas más, pero lo más importante es contar una história, trate el tema que trate, que atrape al espectador y le haga sentir.
Amenabar, con todos mis respetos, menudo TOSTÓN de película te has montao.
un punto porque es de Amenabar.
otro punto porque es cine Español.
y otro punto por los cincuenta millones de euros de presupuesto.
Señores, películas bien ambientadas con tantos recursos hay muchas, citas históricas más, pero lo más importante es contar una história, trate el tema que trate, que atrape al espectador y le haga sentir.
Amenabar, con todos mis respetos, menudo TOSTÓN de película te has montao.
8 de julio de 2010
8 de julio de 2010
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flojilla versión laica de "Quo vadis?" en el que los leones rugientes son sustituidos por cristianos vociferantes y los mártires por los pobrecitos paganos. Incluso tiene moraleja final como los "peplums" de los años 50 y 60.
Lo peor: La ambientación histórica. Está repleta de errores. Mucho peor que cualquier película yanqui sobre la época romana.
- Soldados romanos del siglo I cuando se supone que estamos en el siglo IV.
- La biblioteca que ardió fue una pequeña biblioteca, el Serapeo. Además Alejandría la fundó Alejandro Magno y su arquitectura era de estilo griego y no imitación Egipto antiguo. La Gran Biblioteca fue destruida por los musulmanes en el VII. Se dice que el califa Omar lo justificó diciendo que si lo que decían los libros estaba en el Corán, eran inútiles porque lo repetían. Y si lo que decían iba en contra, entonces eran heréticos. En ambos casos merecían ser destruidos.
- Hipatia murió con 60 años. Y no fue una trinidad científica (Kepler, Galielo y Copérnico en un solo cuerpo de mujer). ¿Por qué no sale un hidroscopio? Además, creía en los dioses romanos. Ser pagana no significa ser atea.
- La escultura de la Loba Capitalina es medieval. No existía en el siglo IV
Lo mejor:
- Rachel Weisz.
- Cómo se inicia el conflicto. Un claro ejemplo de ir a por lana y salir trasquilado
Amenabar debía de haberse vuelto a ver "Espartaco" de Stanley Kubrick para aprender como se hace un "peplum" laico como Dios manda.
Lo peor: La ambientación histórica. Está repleta de errores. Mucho peor que cualquier película yanqui sobre la época romana.
- Soldados romanos del siglo I cuando se supone que estamos en el siglo IV.
- La biblioteca que ardió fue una pequeña biblioteca, el Serapeo. Además Alejandría la fundó Alejandro Magno y su arquitectura era de estilo griego y no imitación Egipto antiguo. La Gran Biblioteca fue destruida por los musulmanes en el VII. Se dice que el califa Omar lo justificó diciendo que si lo que decían los libros estaba en el Corán, eran inútiles porque lo repetían. Y si lo que decían iba en contra, entonces eran heréticos. En ambos casos merecían ser destruidos.
- Hipatia murió con 60 años. Y no fue una trinidad científica (Kepler, Galielo y Copérnico en un solo cuerpo de mujer). ¿Por qué no sale un hidroscopio? Además, creía en los dioses romanos. Ser pagana no significa ser atea.
- La escultura de la Loba Capitalina es medieval. No existía en el siglo IV
Lo mejor:
- Rachel Weisz.
- Cómo se inicia el conflicto. Un claro ejemplo de ir a por lana y salir trasquilado
Amenabar debía de haberse vuelto a ver "Espartaco" de Stanley Kubrick para aprender como se hace un "peplum" laico como Dios manda.
12 de octubre de 2009
12 de octubre de 2009
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ágora no logra, creo, traspasar el restringido umbral que separa lo bueno o muy bueno de lo excepcional. Hay pasión y toda las maestría del mundo en esta película pero en el centro del ágora... falta el punto de garra o de alma necesario" (Borja Hermoso: Diario El País)
Este extracto de la crítica de Borja Hermoso sería un buen resumen de mi impresión sobre la película, pero ahora voy a intentar comentarlo con mis palabras y explayarme un poco más.
Amenábar es un director con talento, un gran visionario con oficio y buen hacer, y se ha sabido hacer un hueco en el panorama ya no sólo español, sino internacionalmente (y se seguirá haciendo seguramente). Su último proyecto hasta la fecha, ha generado gran expectación, sobretodo porque es bastante inusual para el cine español esta clase de superproducciones.
Teniendo claro que, sin entrar en si es mejor o peor película, es un triunfo para el cine español y su reconocimiento más allá de sus fronteras y que personalmente, sin haber visto la obra de Trueba que va a representarnos este año en los Oscar, yo pienso que la Academia debería haber elegido Ágora para representarnos, para dar una buena imagen de España como industria cinematográfica, y porque además hubiera tenido grandes bazas a su favor como Rachel Weisz, el idioma (está rodada en inglés) y que Amenábar ya es más o menos conocido internacionalmente tras "Los Otros" y "Mar Adentro".
Pero dejando este apartado de lado, voy a centrarme en la película en sí.
Como aciertos se nota el esmero de Amenábar en el plano estético, con una fotografía muy cuidada y planificada en cada detalle. Además se nota que se ha documentado sobre la época y el personaje por datos e iconografía que les rodea (no hablo de veracidad y demás porque no tengo los conocimientos necesarios para argumentar a favor o en contra). Aunque algún plano peque de preciosista y bastante gratuito narrativamente hablando, en general este aspecto es de lo mejor de la película.
La duración, que para la mayoría de gente sobrepasar la hora y media ya es aburrir, a mi no se me ha hecho larga ni pesada, sabe mantener la atención en ese aspecto.
El tema tratado, aparte de ser original (sobretodo en una producción española) es bastante interesante. La irracionalidad del ser humano y su aparente autodestrucción, basándose en creencias que alaba o impugna a su antojo, mercadeando con ellas o lapidándolas según le convenga, y lastrando el progreso cultural y filosófico. Alejandro no oculta su ateismo, y muestra su visión de que las religiones crean fanáticos y que la historia está llena de guerras y barbaridades humanas en nombre de las sagradas escrituras o los dioses de cada uno.
La música acompaña bien, sin destacar pero tampoco sin desmerecer.
(El papiro continua en el spoiler)
Este extracto de la crítica de Borja Hermoso sería un buen resumen de mi impresión sobre la película, pero ahora voy a intentar comentarlo con mis palabras y explayarme un poco más.
Amenábar es un director con talento, un gran visionario con oficio y buen hacer, y se ha sabido hacer un hueco en el panorama ya no sólo español, sino internacionalmente (y se seguirá haciendo seguramente). Su último proyecto hasta la fecha, ha generado gran expectación, sobretodo porque es bastante inusual para el cine español esta clase de superproducciones.
Teniendo claro que, sin entrar en si es mejor o peor película, es un triunfo para el cine español y su reconocimiento más allá de sus fronteras y que personalmente, sin haber visto la obra de Trueba que va a representarnos este año en los Oscar, yo pienso que la Academia debería haber elegido Ágora para representarnos, para dar una buena imagen de España como industria cinematográfica, y porque además hubiera tenido grandes bazas a su favor como Rachel Weisz, el idioma (está rodada en inglés) y que Amenábar ya es más o menos conocido internacionalmente tras "Los Otros" y "Mar Adentro".
Pero dejando este apartado de lado, voy a centrarme en la película en sí.
Como aciertos se nota el esmero de Amenábar en el plano estético, con una fotografía muy cuidada y planificada en cada detalle. Además se nota que se ha documentado sobre la época y el personaje por datos e iconografía que les rodea (no hablo de veracidad y demás porque no tengo los conocimientos necesarios para argumentar a favor o en contra). Aunque algún plano peque de preciosista y bastante gratuito narrativamente hablando, en general este aspecto es de lo mejor de la película.
La duración, que para la mayoría de gente sobrepasar la hora y media ya es aburrir, a mi no se me ha hecho larga ni pesada, sabe mantener la atención en ese aspecto.
El tema tratado, aparte de ser original (sobretodo en una producción española) es bastante interesante. La irracionalidad del ser humano y su aparente autodestrucción, basándose en creencias que alaba o impugna a su antojo, mercadeando con ellas o lapidándolas según le convenga, y lastrando el progreso cultural y filosófico. Alejandro no oculta su ateismo, y muestra su visión de que las religiones crean fanáticos y que la historia está llena de guerras y barbaridades humanas en nombre de las sagradas escrituras o los dioses de cada uno.
La música acompaña bien, sin destacar pero tampoco sin desmerecer.
(El papiro continua en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los problemas vienen cuando a este tema tan interesante no se le pone, no ya la pasión necesaria en el proyecto, que si se le nota, sino la intensidad y "llama" necesaria para que el espectador pase de disfrutar a interactuar en la misma película. Lo que se dice "vivir" la película, vamos.
Esto no se consigue por dos principales motivos. Uno es que no veo a Amenábar detrás de lo que se cuenta, me parece impersonal, y creo que la grandiosidad y comercialidad del proyecto no está reñida con dejar un sello autoral en tu obra. Bien podría ser una de Spielberg, del cual es Amenábar admirador. Pero resulta que yo venía a ver a Alejandro, no a Steven.
El otro motivo es la difusa definición y profundidad de los personajes, estando los tres principales más o menos representados por ciertos ideales (Hipatia la libertad y la cultura, Davo el deseo y la pasión y Orestes el poder y la ambición) pero ninguno de ellos traspasa la pantalla, y los secundarios están diluidos y son meras letras en el guión.
Así pues estamos ante una buena obra, pero que dejaba intuir que detrás podría haber y podía haber sido una obra sublime, pero se ha quedado en buena en rasgos generales. Que ya quisieran ser así la mayoría, es cierto, pero Ágora daba para más, con lo cual queda un regusto a descafeinado.
Ni mucho menos fallida, pero sólo aprovechada al 65%.
Esto no se consigue por dos principales motivos. Uno es que no veo a Amenábar detrás de lo que se cuenta, me parece impersonal, y creo que la grandiosidad y comercialidad del proyecto no está reñida con dejar un sello autoral en tu obra. Bien podría ser una de Spielberg, del cual es Amenábar admirador. Pero resulta que yo venía a ver a Alejandro, no a Steven.
El otro motivo es la difusa definición y profundidad de los personajes, estando los tres principales más o menos representados por ciertos ideales (Hipatia la libertad y la cultura, Davo el deseo y la pasión y Orestes el poder y la ambición) pero ninguno de ellos traspasa la pantalla, y los secundarios están diluidos y son meras letras en el guión.
Así pues estamos ante una buena obra, pero que dejaba intuir que detrás podría haber y podía haber sido una obra sublime, pero se ha quedado en buena en rasgos generales. Que ya quisieran ser así la mayoría, es cierto, pero Ágora daba para más, con lo cual queda un regusto a descafeinado.
Ni mucho menos fallida, pero sólo aprovechada al 65%.
7 de octubre de 2009
7 de octubre de 2009
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver la película sólo puedo aplaudir al gran genio que es Amenábar. Ha hecho un gran salto sin red y ha salido ileso. La película destila maestría de principio a fin. Nada sobra ni nada falta en este gran fresco de la complicada Alejandría del siglo IV d.c. Es irrreprochable la parte técnica de la película,ningúnb decorado canta como en otras películas de este estilo,los planos que se han añadido digitalmente están perfectamente incluídos y no desentonan con el resto. Los planos de luchas entre cristianos y paganos o entre los primeros y los judios son excelentes, muy bien rodadas,la angustia y el caos en la que la ciudad estaba sumergida nos llegan. Amenábar saber reflejar magníficamente la progresiva locura y degeneración que se va apoderando de la ciudad, todo ello apoyado por una maravillosa banda sonora de Darío Marianelli. Pero no sólo consigue manifestar ese dominio en el plano épico sino también en el más íntimo. La película está llena de momentos emocionantes y que son genialmente sutiles. Esto es debido al gran talento del director para dirigir actores. Por supuesto que Rachel Weisz está perfecta en el papel de la filósofa, se nos hace cálida y cercana aunque aparentemente el carácter obsesivo en relación a su amor por el saber y su poco interés por el sexo nos la pudiera hacer aparecer como fría y distante y no es así, la dota de una gran humanidad.Es de una gran inteligencia esos momentos en los que ella se cuestiona y refuta sus conocimientos y en ningún momento resulta aburrido lo que nos cuenta. Y no sólo ella está espléndida,el resto de actores están magníficos igualmente (a destacar el joven actor Max Minghella que compone un personaje torturado entre dos frentes).
La sensación que deja el precioso final de la película es demoledor:Significa el triunfo de la sinrazón y la barbarie sobre la cultura y el saber que tomó cuerpo en una de las primeras mujeres sabias de la historia.El fanatismo genera estos demonios.
Amenábar ha conseguido sumergirnos en un fascinante viaje hacia uno de los momentos más importantes y cruciales de nuestra historia con una minuciosidad y un talento impresionates.
La sensación que deja el precioso final de la película es demoledor:Significa el triunfo de la sinrazón y la barbarie sobre la cultura y el saber que tomó cuerpo en una de las primeras mujeres sabias de la historia.El fanatismo genera estos demonios.
Amenábar ha conseguido sumergirnos en un fascinante viaje hacia uno de los momentos más importantes y cruciales de nuestra historia con una minuciosidad y un talento impresionates.
20 de junio de 2011
20 de junio de 2011
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No creas en cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo sabio. No creas en cualquier cosa porque provenga de la autoridad de maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con tus propias experiencias y que después de una ardua investigación se manifieste de acuerdo con tu razón, y conduzca a tu propio bien y al de todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a ello”. (Buddha)
Esta película, como cualquier otra, no puede ser fiel a los hechos exactos que ocurrieron por allá por el siglo IV en Egipto y en Roma (o en cualquier otro siglo), primero, por el simple hecho de que toda narración histórica es inexacta, dado que está viciada por limitaciones presenciales, interpretaciones personales, posición ideológica, tendencias morales, prejuicios arraigados, capacidad descriptiva… Después porque, todo escritor, al plantearse la estructura dramática de la historia que quiere contar, siempre sentirá que modificar algunos hechos de tal o cual manera, favorecerá sus propósitos. Y ni que decir de los diálogos ¿cómo lograr rigor histórico en ellos? Finalmente, durante una filmación, la adherencia al guión depende del presupuesto, del plan de rodaje, de las locaciones conseguidas, y otras circunstancias a veces insuperables.
“ÁGORA” es ficción. Toda película es ficción (en mayor o menor grado) al ser realidad fragmentada y/o modificada en algún aspecto. Lo que me gusta de ella es lo que cuenta y como lo cuenta. Me parece muy atinado que, en época de oscura subvaloración femenina, Alejandro Amenábar y su co-guionista Mateo Gil, hayan elegido imponer a una mujer (significativa metáfora de philo-sophia), para anteponer el conocimiento y la indagación, al dogma arcaico y deshumanizado que imponían las religiones en aquellos tiempos… y siglo tras siglo.
Me resulta valiente y oportuno que salga a la luz una expresión concreta y efectiva de la violencia y la infamia que, durante cientos de años, se ha promovido desde los altares católico-cristianos, judíos o musulmanes.
Me conmueve esa irresistible vitalidad de Hipatia (la primera filósofa, matemática y astrónoma que existió en aquel azaroso siglo IV d. de C.), con esa fidelidad a la razón, en búsqueda incesante de conocimiento e insumisa ante dogma alguno. Aprecio la tambaleante, pero aguerrida sucesión de cambios que se producen en el esclavo Davus, tan fácil adepto como decidido rompedor de ciclos, cuando su conciencia deja de estar de acuerdo.
Aspectos como estos, más la impecable puesta en escena, la cuidada fotografía, la atractiva banda sonora… y esa magnética presencia de la adorable Rachel Weisz, me merecen dejar de lado cualquier reparo y dar un fuerte aplauso a esta película.
Esta película, como cualquier otra, no puede ser fiel a los hechos exactos que ocurrieron por allá por el siglo IV en Egipto y en Roma (o en cualquier otro siglo), primero, por el simple hecho de que toda narración histórica es inexacta, dado que está viciada por limitaciones presenciales, interpretaciones personales, posición ideológica, tendencias morales, prejuicios arraigados, capacidad descriptiva… Después porque, todo escritor, al plantearse la estructura dramática de la historia que quiere contar, siempre sentirá que modificar algunos hechos de tal o cual manera, favorecerá sus propósitos. Y ni que decir de los diálogos ¿cómo lograr rigor histórico en ellos? Finalmente, durante una filmación, la adherencia al guión depende del presupuesto, del plan de rodaje, de las locaciones conseguidas, y otras circunstancias a veces insuperables.
“ÁGORA” es ficción. Toda película es ficción (en mayor o menor grado) al ser realidad fragmentada y/o modificada en algún aspecto. Lo que me gusta de ella es lo que cuenta y como lo cuenta. Me parece muy atinado que, en época de oscura subvaloración femenina, Alejandro Amenábar y su co-guionista Mateo Gil, hayan elegido imponer a una mujer (significativa metáfora de philo-sophia), para anteponer el conocimiento y la indagación, al dogma arcaico y deshumanizado que imponían las religiones en aquellos tiempos… y siglo tras siglo.
Me resulta valiente y oportuno que salga a la luz una expresión concreta y efectiva de la violencia y la infamia que, durante cientos de años, se ha promovido desde los altares católico-cristianos, judíos o musulmanes.
Me conmueve esa irresistible vitalidad de Hipatia (la primera filósofa, matemática y astrónoma que existió en aquel azaroso siglo IV d. de C.), con esa fidelidad a la razón, en búsqueda incesante de conocimiento e insumisa ante dogma alguno. Aprecio la tambaleante, pero aguerrida sucesión de cambios que se producen en el esclavo Davus, tan fácil adepto como decidido rompedor de ciclos, cuando su conciencia deja de estar de acuerdo.
Aspectos como estos, más la impecable puesta en escena, la cuidada fotografía, la atractiva banda sonora… y esa magnética presencia de la adorable Rachel Weisz, me merecen dejar de lado cualquier reparo y dar un fuerte aplauso a esta película.
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