47 Ronin: La leyenda del samurai
5.4
14,600
Acción. Drama. Fantástico
Basada en una leyenda japonesa. Siglo XVIII. Kai (Keanu Reeves) es un paria que se une a Oishi (Hiroyuki Sanada), el jefe de los 47 Ronin. Su objetivo es vengarse del traidor que mató a su señor y los condenó al destierro. Para recuperar el honor perdido, los guerreros emprenden una aventura que les obligará a superar duras pruebas. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2014
23 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca es buen augurio para una producción que se retrase la fecha de estreno, muchas veces consecuencia de problemas de pre-producción, rodaje o post-producción. A bote pronto, solo recuerdo un par de films que tras rodajes complicados llegasen a ser éxitos críticos o de taquilla, El Caso Bourne y Guerra Mundial Z. La Leyenda del Samurai: 47 Ronin empezó a rodarse a mediados de 2011, no llegando a las salas hasta los últimos días de 2013; ni idea de que clase de problemas tuvieron, pero según el no siempre fiable internet se rodaron escenas adicionales que hicieron que el presupuesto se fuese por las nubes. Según Box Office Mojo costó 175 millones de dólares (sin publicidad), recuperando 150 (ni 40 de ellos en USA).
Dirige Carl Rinsch, director de comerciales en su debut en el cine. Solo una estrella en el reparto, un Keanu Reeves desaparecido de las grandes producciones desde que estrenara en 2008 Ultimátum a la Tierra. Le secunda un reparto de procedencia japonesa entre los que destacan Hiroyuki Sanada (Sunshine), Rinko Kikuchi (Mapa de los Sonidos de Tokyo) y Tadanobu Asano (Ichi the Killer).
Adaptación de refilón de la leyenda de los 47 Ronin, samurais desterrados de su señor y su nobleza, que recuperaron el honor vengando la muerte de su amo. Esta sinopsis es más o menos, no tengo que ser conciso cuando los mismos guionistas de la película se han pasado por el forro la historia original, de ahí que hayan metido elementos sobrenaturales, o un personaje occidental para que una estrella USA pueda encabezar el reparto y atraer gente a las salas.
Se nota el dispendio de medios en 47 Ronin, apartados técnicos como el diseño de producción, la fotografía y los FX son fastuosos, y se nota en ellos cada dólar invertido. A ver, nada revolucionario ni que no se haya visto en cualquier otra producción con el mismo coste, y de todas manera, no justifican el pago de la entrada para ver esta insulsa cinta fantástica -de género, no de calidad-.
Esta leyenda de los 47 Ronin no ha sido plasmada en pantalla de manera que apasione, más que defecto de la historia -a veces solo esbozada-, de sus pocos definidos personajes, un protagonista que no se gana la simpatía, y la inserción de una ñoña subtrama que abarca mucha importancia, con amor imposible de por medio entre un Keanu Reeves -que parece ni se esfuerce en actuar- y una actriz oriental de la que me niego a buscar el nombre dado su paso por esta peli. Todo esto hace que la película de Carl Rinsch se alargue hasta las casi dos largas horas, y la verdad, muchos minutos sobran -cada maléfica charla entre la pareja de malos por dominar el mundo, frases más vistas que el tebeo-.
Respecto al debutante Carl Rinsch, se puede decir que tiene una puesta en escena vistosa porque dispone de dinero para ello, set pieces aparatosas con muchos efectismos y trucos de cámara, mucha pirotecnia y escenas de artes marciales realizadas sin mucho brío; pero siempre mejor esto que ver como los personajes se estancan en un sitio teniendo vacuos diálogos. De estos últimos, los personajes, salvar uno , el de un Hiroyuki Sanada que es el único personaje algo trabajado, el de Reeves bien podría haberse hecho el Harakiri.
Dirige Carl Rinsch, director de comerciales en su debut en el cine. Solo una estrella en el reparto, un Keanu Reeves desaparecido de las grandes producciones desde que estrenara en 2008 Ultimátum a la Tierra. Le secunda un reparto de procedencia japonesa entre los que destacan Hiroyuki Sanada (Sunshine), Rinko Kikuchi (Mapa de los Sonidos de Tokyo) y Tadanobu Asano (Ichi the Killer).
Adaptación de refilón de la leyenda de los 47 Ronin, samurais desterrados de su señor y su nobleza, que recuperaron el honor vengando la muerte de su amo. Esta sinopsis es más o menos, no tengo que ser conciso cuando los mismos guionistas de la película se han pasado por el forro la historia original, de ahí que hayan metido elementos sobrenaturales, o un personaje occidental para que una estrella USA pueda encabezar el reparto y atraer gente a las salas.
Se nota el dispendio de medios en 47 Ronin, apartados técnicos como el diseño de producción, la fotografía y los FX son fastuosos, y se nota en ellos cada dólar invertido. A ver, nada revolucionario ni que no se haya visto en cualquier otra producción con el mismo coste, y de todas manera, no justifican el pago de la entrada para ver esta insulsa cinta fantástica -de género, no de calidad-.
Esta leyenda de los 47 Ronin no ha sido plasmada en pantalla de manera que apasione, más que defecto de la historia -a veces solo esbozada-, de sus pocos definidos personajes, un protagonista que no se gana la simpatía, y la inserción de una ñoña subtrama que abarca mucha importancia, con amor imposible de por medio entre un Keanu Reeves -que parece ni se esfuerce en actuar- y una actriz oriental de la que me niego a buscar el nombre dado su paso por esta peli. Todo esto hace que la película de Carl Rinsch se alargue hasta las casi dos largas horas, y la verdad, muchos minutos sobran -cada maléfica charla entre la pareja de malos por dominar el mundo, frases más vistas que el tebeo-.
Respecto al debutante Carl Rinsch, se puede decir que tiene una puesta en escena vistosa porque dispone de dinero para ello, set pieces aparatosas con muchos efectismos y trucos de cámara, mucha pirotecnia y escenas de artes marciales realizadas sin mucho brío; pero siempre mejor esto que ver como los personajes se estancan en un sitio teniendo vacuos diálogos. De estos últimos, los personajes, salvar uno , el de un Hiroyuki Sanada que es el único personaje algo trabajado, el de Reeves bien podría haberse hecho el Harakiri.
13 de julio de 2015
13 de julio de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de esta película es leer la leyenda real que está detrás de la historia e imaginar por tu cuenta la vida en Japón a principios de 1700 con señores feudales que acaparaban todo el poder y cómo su pueblo les rendía tributo y obediencia.
La película se centra en las peleas de los samuráis y de los ronin (samuráis que han perdido el honor) con personajes mitológicos y provenientes de la brujería que hacen poco creíble cada la escena. No te queda claro ni los que mueren ni los que ganan ni por qué los perdedores no deciden vengarse de nuevo, cuando son muy superiores en número.
Las partes centrales de la película son un ir y venir de los personajes tratando de buscar no se sabe muy bien qué, rodeados de nuevo de espíritus y reinos mágicos que de nuevo resultan increíbles.
Quizá sirva para pasar una tarde de domingo sin pretensiones.
La película se centra en las peleas de los samuráis y de los ronin (samuráis que han perdido el honor) con personajes mitológicos y provenientes de la brujería que hacen poco creíble cada la escena. No te queda claro ni los que mueren ni los que ganan ni por qué los perdedores no deciden vengarse de nuevo, cuando son muy superiores en número.
Las partes centrales de la película son un ir y venir de los personajes tratando de buscar no se sabe muy bien qué, rodeados de nuevo de espíritus y reinos mágicos que de nuevo resultan increíbles.
Quizá sirva para pasar una tarde de domingo sin pretensiones.
15 de septiembre de 2020
15 de septiembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso. No es que yo no sea de los que se quejan por el abuso de efectos especiales, decorados grandiosos, croma verde y retoque digital en cada plano… es que suelo ser de los que opinan que cuanto más, mejor. Y, si las intenciones son buenas, puedo aceptar los anacronismos y licencias históricas. Pero una película que coge todo eso, lo mezcla y lo sirve así todo junto sin más es complicado que funcione. Es como una ensalada llena de cosas ricas en la que el sabor de una anula a otras y se pierde el sabor de algunos ingredientes… lo que en el fondo es una seña de inseguridad, de que la película no tiene claro su rumbo o qué quiere ser.
El punto de partida es prometedor. Un extranjero (un supuesto mestizo interpretado por Keanu Reeves, si alguien entiende el mestizaje que me lo explique por favor) en mitad de una cultura bastante endogámica (por no decir racista) y clasista como es la japonesa relegado a un estamento social a medio camino entre el siervo Azarías de los Santos Inocentes y la esclavitud. La película podría haber discurrido perfectamente por los cauces convencionales de una película de peleas y venganza, al estilo de “Shogun” o “El último Samurai” y habría sido resultona con esa buena ambientación de palacios japoneses, bosques relajantes, cerezos en flor, lagos de aguas calmas y ríos oscuros, samurais y soldados en sus pintorescas armaduras. Sin llegar a la desmesura de Kurosawa, “La leyenda del samurai” no escatima en atrezzo y figurantes, ofreciendo un colorista espectáculo visual digno de mención.
Pero, ah amigo, el chaval resulta que es hijo de demonios (o algo así) lo que abre la puerta a meter en la película todo o gran parte del imaginario mitológico nipón, todo un elenco de brujas, fantasmas, espectros y monstruos que llevan la película a un plano de fantasía que le sienta bastante bien. Al menos mientras se mantiene dentro de ciertos límites (una bruja por aquí, un cornamuso cuellilargo por allá…) que junto con los vistosos combates samurais y la filosofía del bushido llevan la película a un buen nivel de espectáculo e interés que dura más o menos hasta el final de la película. A partir de ahí, como si se hubieran acabado las ideas originales, empiezan a aparecer elementos de películas conocidas como “Piratas del Caribe”, “El Señor de los Anillos”, “El motorista fantasma” (?) o “Grupo Salvaje” que condimentan con demasiados ingredientes la conocida historia de los ronin buscando venganza contra los asesinos de su señor. Demasiados ingredientes, demasiado sabrosos y en demasiada cantidad, el resultado se hace indigesto. Y desconcertante, como esa bruja que usa el pelo como palillos para comer sushi (no puedo describirlo, hay que verlo).
Entretiene, porque con semejante despliegue de medios lo contrario sería impensable. Y hace pasar un buen rato. Pero te deja con ganas de ver un documental o una serie incomprensible de HBO.
El punto de partida es prometedor. Un extranjero (un supuesto mestizo interpretado por Keanu Reeves, si alguien entiende el mestizaje que me lo explique por favor) en mitad de una cultura bastante endogámica (por no decir racista) y clasista como es la japonesa relegado a un estamento social a medio camino entre el siervo Azarías de los Santos Inocentes y la esclavitud. La película podría haber discurrido perfectamente por los cauces convencionales de una película de peleas y venganza, al estilo de “Shogun” o “El último Samurai” y habría sido resultona con esa buena ambientación de palacios japoneses, bosques relajantes, cerezos en flor, lagos de aguas calmas y ríos oscuros, samurais y soldados en sus pintorescas armaduras. Sin llegar a la desmesura de Kurosawa, “La leyenda del samurai” no escatima en atrezzo y figurantes, ofreciendo un colorista espectáculo visual digno de mención.
Pero, ah amigo, el chaval resulta que es hijo de demonios (o algo así) lo que abre la puerta a meter en la película todo o gran parte del imaginario mitológico nipón, todo un elenco de brujas, fantasmas, espectros y monstruos que llevan la película a un plano de fantasía que le sienta bastante bien. Al menos mientras se mantiene dentro de ciertos límites (una bruja por aquí, un cornamuso cuellilargo por allá…) que junto con los vistosos combates samurais y la filosofía del bushido llevan la película a un buen nivel de espectáculo e interés que dura más o menos hasta el final de la película. A partir de ahí, como si se hubieran acabado las ideas originales, empiezan a aparecer elementos de películas conocidas como “Piratas del Caribe”, “El Señor de los Anillos”, “El motorista fantasma” (?) o “Grupo Salvaje” que condimentan con demasiados ingredientes la conocida historia de los ronin buscando venganza contra los asesinos de su señor. Demasiados ingredientes, demasiado sabrosos y en demasiada cantidad, el resultado se hace indigesto. Y desconcertante, como esa bruja que usa el pelo como palillos para comer sushi (no puedo describirlo, hay que verlo).
Entretiene, porque con semejante despliegue de medios lo contrario sería impensable. Y hace pasar un buen rato. Pero te deja con ganas de ver un documental o una serie incomprensible de HBO.
12 de enero de 2014
12 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película aparenta una línea argumental sencilla, pero para los amantes del anime puede que vean más allá y notar ese gustillo a éste pero a lo live action. No deja de ser una libre adaptación genéricamente documentada en lo que quiere contar pero tiene su punto. Recuerda a la mítica "Azumi" pero con una producción más vistosa cuyos fans creo que le encontrarán decente.
21 de marzo de 2015
21 de marzo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visualmente impecable, con unos paisajes, fotografía y vestuario exquisitos. Sería otra historia de venganza ante las injusticias a no ser por estar enmarcada dentro de la cultura japonesa, ello es lo que, desde mi punto de vista, falla para el espectador occidental, no estamos acostumbrados a entender esta concepción del honor y la justicia tan diferente a la nuestra- A ratos lenta. a ratos entretenida, pienso que no es un film imprescindible, pero se deja ver.
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