La ciudad de las tormentas
Bélico. Acción. Thriller
En 2003, durante la ocupación de Bagdad por tropas estadounidenses, al oficial Roy Miller (Matt Damon) y a su equipo les encargan la misión de buscar armas de destrucción masiva. Registran escondite tras escondite, a cual más peligroso, pero en vez de letales agentes químicos, descubren un elaborado plan que cambia el rumbo de su misión. Rodeado de agentes con objetivos contradictorios, Miller intenta averiguar la verdad a partir de una ... [+]
13 de marzo de 2010
13 de marzo de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me ha gustado la película, no es un peliculón, pero si es otra buena película con Matt Damon a la cabeza. Es una pena que todavía no haya visto la oscarizada “En Tierra Hostil”, porque podría comparar entre las dos visiones de la misma guerra.
La película recuerda mucho a la saga Bourne, giros de guión, intriga, tiroteos, persecuciones…Por cierto, he de decir que no me ha gustado especialmente verla en el cine porque la verdad es que la cámara marea bastante estando en la gran pantalla, de modo que creo que la disfrutaré mas una vez la vea en la televisión
En fin, buena película, buen argumento, buen Matt Damon, buenos secundarios (yo personalmente quiero destacar a Freddie), pero una cámara demasiado movida, sobretodo durante las escenas de acción. Además, nos ofrece una buena crítica de la guerra de Irak, un tema que siempre es interesante.
La película recuerda mucho a la saga Bourne, giros de guión, intriga, tiroteos, persecuciones…Por cierto, he de decir que no me ha gustado especialmente verla en el cine porque la verdad es que la cámara marea bastante estando en la gran pantalla, de modo que creo que la disfrutaré mas una vez la vea en la televisión
En fin, buena película, buen argumento, buen Matt Damon, buenos secundarios (yo personalmente quiero destacar a Freddie), pero una cámara demasiado movida, sobretodo durante las escenas de acción. Además, nos ofrece una buena crítica de la guerra de Irak, un tema que siempre es interesante.
14 de marzo de 2010
14 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco después de “The Hurt Locker”, de Kathryn Bigelow, volvemos a la guerra de Irak de la mano del nervioso Paul Greengrass con “Green Zone” en la que nos cuenta, de forma sencilla, lo que la mayoría de la gente ya sabe o sospecha: que la excusa pública para iniciar una guerra (ya sea la de Irak o cualquier otra pasada, presente o futura) no es el motivo real. Es decir, que es mentira.
Y con esta base argumental, Greengrass teje una historia-torbellino, poniendo en medio de este al pobre Matt Damon que interpreta a un oficial del ejército norteamericano con prejuicios morales que le impulsan a meter las narices donde no debe.
Correteando con cámara subjetiva por las callejuelas nocturnas de una Bagdad muy bien conseguida y alternando estas secuencias con los consabidos planos ultracortos, una vez que el espectador ha desistido de captar detalles porque la película no le deja un momento de respiro, advierte que esta historia hiperdinámica es un collage entretenido que mantiene el interés de principio a fin, aunque se salga de la sala algo mareado y con la vista borrosa.
Memorable el tiroteo de la parte final.
Y con esta base argumental, Greengrass teje una historia-torbellino, poniendo en medio de este al pobre Matt Damon que interpreta a un oficial del ejército norteamericano con prejuicios morales que le impulsan a meter las narices donde no debe.
Correteando con cámara subjetiva por las callejuelas nocturnas de una Bagdad muy bien conseguida y alternando estas secuencias con los consabidos planos ultracortos, una vez que el espectador ha desistido de captar detalles porque la película no le deja un momento de respiro, advierte que esta historia hiperdinámica es un collage entretenido que mantiene el interés de principio a fin, aunque se salga de la sala algo mareado y con la vista borrosa.
Memorable el tiroteo de la parte final.
14 de marzo de 2010
14 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Greengrass retoma el tipo de película que mejor se le da hacer. Rodada en España, Marruecos y Reino Unido, nos traslada a Bagdad con un despliegue técnico impresionante, en un estilo semidocumental próximo al de "United 93" -al que se le perdona incluso el mareo de la cámara en mano-, y nos trae la continuación de esos hechos históricos. Primero reconstruyó la odisea de uno de los vuelos de los atentados del 11-S en una hipótesis muy probable, para ahora recrear en clave de trepidante thriller bélico otra realidad que pretendió ser su consecuencia: la invasión de Irak.
Se trata de una ficción con personajes principales imaginados. Esto es cierto. Pero también se nos presenta sobre un contexto veraz. Contexto que a diferencia de la recientemente multipremiada "En tierra hostil" -la cual daría igual que se desarrollase en Irak que en Tombuctú- va más allá superando la mera acción: describe acontecimientos políticos de fondo, muestra la complejidad de una población dividida entre chiíes, suníes y kurdos, las atrocidades empleadas en las improvisadas prisiones de guerra -inevitable que a la memoria vengan Abu Ghraib o Guantánamo-, y los sentimientos encontrados de un pueblo que se debate entre amores y rencores al que fue su dictador Sadam y no menos odio a quienes consideran invasores antes que liberadores.
Película valiente cuya base real no sólo se encuentra en la inspiración en un libro no de ficción como es "Vida imperial en la Ciudad Esmeralda: dentro de la Zona Verde de Irak" de Rajiv Chandrasekaran, periodista de "The Washington Post", sino que está en lo visto por televisión y publicado en todo el mundo para quien no quiera cerrar los ojos. Hechos tan consabidos que resulta pueril que nos repitan a estas alturas: las armas de destrucción masiva iraquíes no existían en 2003 y se hizo creer lo contrario.
No obstante, bien está que nos refresquen la memoria y se avive la de quien no se hubiera enterado. Sobre todo si además se hace con un guión hábil que centra los hechos en el personaje del soldado interpretado con soltura por Matt Damon logrando absorber la atención del espectador y creando inquietud sobre lo que le depara. Y aunque, tras un contundente diálogo final entre el subteniente Miller y el agente del Pentágono Poundstone, se es lo suficientemente prudente como para dejar abierto el que la cúpula política de EE.UU. estuviese detrás, muchos esperaremos ver al realizador dirigiendo otra entrega de todo esto como thriller judicial donde los responsables políticos estadounidenses y no estadounidenses de aquella invasión se sienten en un banquillo de acusados.
Algo que para vergüenza de los supuestos valores de Occidente y escarnio ante las generaciones futuras que repasen la historia del siglo XXI, aún es una lamentable utopía que no nos impide dormir tranquilos mientras siete años después sigue muriendo gente como consecuencia de aquello. Mentir sigue siendo fácil para el poderoso dentro y fuera de la ciudad esmeralda.
Se trata de una ficción con personajes principales imaginados. Esto es cierto. Pero también se nos presenta sobre un contexto veraz. Contexto que a diferencia de la recientemente multipremiada "En tierra hostil" -la cual daría igual que se desarrollase en Irak que en Tombuctú- va más allá superando la mera acción: describe acontecimientos políticos de fondo, muestra la complejidad de una población dividida entre chiíes, suníes y kurdos, las atrocidades empleadas en las improvisadas prisiones de guerra -inevitable que a la memoria vengan Abu Ghraib o Guantánamo-, y los sentimientos encontrados de un pueblo que se debate entre amores y rencores al que fue su dictador Sadam y no menos odio a quienes consideran invasores antes que liberadores.
Película valiente cuya base real no sólo se encuentra en la inspiración en un libro no de ficción como es "Vida imperial en la Ciudad Esmeralda: dentro de la Zona Verde de Irak" de Rajiv Chandrasekaran, periodista de "The Washington Post", sino que está en lo visto por televisión y publicado en todo el mundo para quien no quiera cerrar los ojos. Hechos tan consabidos que resulta pueril que nos repitan a estas alturas: las armas de destrucción masiva iraquíes no existían en 2003 y se hizo creer lo contrario.
No obstante, bien está que nos refresquen la memoria y se avive la de quien no se hubiera enterado. Sobre todo si además se hace con un guión hábil que centra los hechos en el personaje del soldado interpretado con soltura por Matt Damon logrando absorber la atención del espectador y creando inquietud sobre lo que le depara. Y aunque, tras un contundente diálogo final entre el subteniente Miller y el agente del Pentágono Poundstone, se es lo suficientemente prudente como para dejar abierto el que la cúpula política de EE.UU. estuviese detrás, muchos esperaremos ver al realizador dirigiendo otra entrega de todo esto como thriller judicial donde los responsables políticos estadounidenses y no estadounidenses de aquella invasión se sienten en un banquillo de acusados.
Algo que para vergüenza de los supuestos valores de Occidente y escarnio ante las generaciones futuras que repasen la historia del siglo XXI, aún es una lamentable utopía que no nos impide dormir tranquilos mientras siete años después sigue muriendo gente como consecuencia de aquello. Mentir sigue siendo fácil para el poderoso dentro y fuera de la ciudad esmeralda.
16 de marzo de 2010
16 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía recelo sobre este filme debido a que es sobre la guerra de Irak (la última película que vi sobre este tema no me gustó). Después de llevarme una tremenda decepción en todos los sentidos con la cinta de Kathryn Bigelow, me pensé bastante si acudir al cine a ver esta propuesta. De entrada, quiero decir que más o menos me he encontrado con lo que me esperaba, o sea, un thriller de acción entretenido y de corte comercial. Pero con una sorpresa, pues he visto como el filme pone el dedo en la llaga para mostrar como los altos funcionarios de Washington y del Pentágono mintieron, manipularon pruebas, y tergiversaron la verdad sobre el motivo de la guerra: las armas de destrucción masiva. Esto no me lo esperaba ni por asomo. Paul Greengrass ha sido valiente, y a pesar de que es cine palomitero y una película estadounidense, ha dicho la puñetera verdad sobre la invasión. No se ha cortado ni un pelo para decir que los motivos para iniciar la guerra fueron una farsa, una mentira urdida solamente con la finalidad de tener la excusa para derrocar al régimen de Saddam Husein. Así que bravo por el director de este filme, la ex de James Cameron debería tomar buena nota de como hacer una película entretenida en vez de un tedio soporífero, y de como contar la verdad en vez de difundir la basura fascista yanki que nos quiso colar en su sobrevaloradísimo filme. "En tierra hostil" nos quiso vender la moto de que los soldados americanos eran buenas personas que ayudaban a los iraquíes aunque fueran unos desagradecidos (si es que la gente se enfada por cualquier cosa, ¡si sólo habían invadido su país por la cara!), y que los iraquíes eran malos y ponían bombas, por eso tenían que estar las tropas allí (eso sin nombrar al tarado de mierda que prefería estar en Irak jugándose la vida en lugar de estar con su mujer y su hijo). En fin... me ciño ahora en exclusiva a la cinta que he visto. ¿Qué nos ofrece "Green Zone"?. Ante todo es un filme muy entretenido, dura casi dos horas pero se te pasa el tiempo volando, y ya se sabe lo que eso significa. Matt Damon es una garantía para este tipo de propuestas a caballo entre el thriller y la acción. Interpreta muy bien a un alférez del ejército asignado a la búsqueda de las armas de destrucción masiva. Me gustó más en la saga "Bourne", aunque aquí tiene un papel similar y no lo hace nada mal. El metraje tiene sus dosis justas de acción, tiroteos, persecuciones y demás métodos para hacer su pulso narrativo de lo más fluido. Y su ambientación es muy buena, asombrosa diría yo, tienes la sensación de estar en una Bagdad de posguerra en todo momento. Para terminar, quiero señalar un aspecto negativo de la película: su mareante cámara siempre moviéndose. No me gusta la dichosa cámara al hombro para los momentos de acción, puedo tolerarla en el cine de autor o en producciones de bajo presupuesto, pero no en un producto de este tipo.
20 de marzo de 2010
20 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película de acción que a pesar de un punto de partida trillado y que no anticipa nada nuevo (la guerra de irak y las armas de destrucción masiva), gracias a su ritmo frenético y trepidante, una historia redonda, perfecta y planeada y construida hasta el último detalle y unos actores en estado de gracia (especialmente matt Damon) nos mantiene pegados al asiento durante una hora y media.
Matt nos hace olvidar sus interpretaciones de Bourne y nos hace ver su papel polifacético para todo tipo de papeles de acción, augurándole un gran futuro en este genero.
A veces marea un poco el uso excesivo de la cámara subjetiva, especialmente en secuencias tranquilas, pero es el único defecto de esta película.
En los últimos tramos tiene secuencias especialmente afortunadas (ver spoiler) y que encajan como un guante con la situación actual, con su correspondiente carga crítica hacía la política en general y norteamericana en particular, pero sin que esto lastre la acción ni la historia en ningún momento.
Matt nos hace olvidar sus interpretaciones de Bourne y nos hace ver su papel polifacético para todo tipo de papeles de acción, augurándole un gran futuro en este genero.
A veces marea un poco el uso excesivo de la cámara subjetiva, especialmente en secuencias tranquilas, pero es el único defecto de esta película.
En los últimos tramos tiene secuencias especialmente afortunadas (ver spoiler) y que encajan como un guante con la situación actual, con su correspondiente carga crítica hacía la política en general y norteamericana en particular, pero sin que esto lastre la acción ni la historia en ningún momento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Impagable una de las escenas finales donde se ve lo que había previsto el agente de la CIA norteamericano, las distintas facciones iraquies tirándose los trastos a la cabeza, mientras el enlace americano y el presidente titere traído por ellos (un iraqui que había permanecido 30 años en el exilio y totalmente desconocedor de la situación del país) ven discurrir los acontecimientos con cara de poquer y totalmente conscientes de tener la situación fuera de control.
También sorprende, cuando tras ser abatido a tiros el general iraquí y cuyas últimas palabras habían sido "no se confien, aunque hayan ganado la batalla de irak y ocupado el país la guerra no acaba mas que comenzar para ustedes", como digo tras ser abatido, se ve un plano general de Bagdad repleto de explosiones, disparos y revueltas, lo que casa perfectamente con la situación actual de país y desmonta toda la parafernalia yanqui de ocupación y su falso, demagógico e interesado intento (petroleo por medio) de construir una democracia desde 0 (a su propia manera y sin tener en cuenta para nada a los iraquies, claro).
También sorprende, cuando tras ser abatido a tiros el general iraquí y cuyas últimas palabras habían sido "no se confien, aunque hayan ganado la batalla de irak y ocupado el país la guerra no acaba mas que comenzar para ustedes", como digo tras ser abatido, se ve un plano general de Bagdad repleto de explosiones, disparos y revueltas, lo que casa perfectamente con la situación actual de país y desmonta toda la parafernalia yanqui de ocupación y su falso, demagógico e interesado intento (petroleo por medio) de construir una democracia desde 0 (a su propia manera y sin tener en cuenta para nada a los iraquies, claro).
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