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La gran belleza

Comedia. Drama En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
Críticas 302
Críticas ordenadas por utilidad
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9
18 de noviembre de 2013
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra que trasciende su pura imagen pirotécnica para narrar la historia de una ciudad vieja y decadente, un hombre viejo y decadente y una soledad compartida en la nada. Todos somos nada y cuando esto se asimila como la única realidad cierta, toda nuestra percepción y actitud ante la vida cambia, nuestra esencia cambia... El problema es que la mayoría nos creemos algo.
3
25 de enero de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El autor de esta película tenia que decidirse entre escribir sobre la nada o suicidarse, y decidió currarse la nada... Ante la ausencia de inspiración, decidió escribir sobre la falta de ella. A nivel artístico esto es apreciable y valorable. A nivel entretenimiento sobran 110 minutos de película. Dice el protagonista que a una determinada edad ya no estas dispuesto a perder tu tiempo en cosas que no quieres hacer. Partiendo de eso, una película aburrida que va sobre el aburrimiento para que te sientas aburrido, por sí misma es prescindible. El mayor aprecio que puedo hacer al autor es decirle que a los 15 min dejé de ver su película porque no queria perder el poco tiempo que me queda de vida viendo cosas que no quiero ver... Por desgracia el tiempo lo perdí y puedo concluir que los 10 primeros minutos hipnotizan, esas imágenes sobre la nada y la ausencia del diálogo para remarcar la nada son brillantes... Lo es también el haber conseguido una fotografía de concurso en cada fotograma del film. Después haz honor al guión y disfruta tu tiempo con algo que quieras hacer.
10
14 de marzo de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un film poco accesible. No es para cualquiera. No se trata de un film convencional y no se la recomiendo a nadie que vaya al cine simplemente a distraerse o a pasar la tarde. Esta película es diferente, no creo que tenga un éxito masivo de público. Eso sí, a quienes guste, les gustará muchísimo. Es de las que no se olvidan, de las que quieres volver a ver al día siguiente de haberla visto.

Se trata de una película arriesgada. El director y coguionista, Paolo Sorrentino, se ha jugado todas sus fichas a un sólo número, y se nota mucho. Se nota que ha puesto el alma en la película y ha hecho exactamente lo que quería hacer. La película es él, no es un trabajo más, da la sensación de haberse vaciado en ella y se ha dejado llevar mucho más por la inspiración que por los cánones cinematográficos. Todo eso trasciende y le llega al público, es una película con alma.

“La gran belleza” hace honor a su título y es mucho más que una película, es todo un espectáculo. Un ejercicio de estilo, innovadora, rompiendo moldes, jugando constantemente a la creación audiovisual. Sin duda es pretenciosa, maravillosamente pretenciosa. Excesiva, excéntrica, extravagante, por supuesto, pero deliciosa, diferente, porque a pesar de su potencia visual y su barroquismo, la película bucea en las escenas, no se queda en lo superficial, no es sólo una sucesión de imágenes espectaculares, la excentricidad formal tiene un motivo, no es gratuita. Hay que tener un gran contenido para retratar de esa manera la “comedia de la nada”, el vacío de la vida.

Es inevitable acudir a Federico Fellini y a “La dolce vita”. Los paralelismos son demasiados como para no aludir a ello, pero no se trata en absoluto de un remake, ni de una actualización de la historia. Hay aromas de Fellini en esta película, es innegable, y la historia tiene mucho que ver con “La dolce vita”, evidentemente. Pero Sorrentino es capaz de homenajear a Fellini y al mismo tiempo componer su obra de un modo totalmente personal, saliendo airoso de la enorme dificultad que supone acercar tu película a una de las obras maestras de Fellini. Como en “La dolce vita”, también en “La gran belleza” la ciudad de Roma es una actriz más del reparto, una de las protagonistas de la película. Una ciudad decadente, con unos personajes decadentes en una sociedad decadente. Roma es la ciudad perfecta para albergar esta historia.

Pero para protagonistas, Toni Servillo. El actor que da vida a Jep Gambardella está sencillamente imponente. Más que actuar, parece vivir el papel. La naturalidad con la que se desenvuelve y la atracción que inspira en el espectador esta especie de David Niven a la italiana son tremendas. Los secundarios también son de gran categoría, pero Toni Servillo lo eclipsa todo, ha nacido para ser Jep Gambardella.

La música me parece otro gran acierto de la película. Está en perfecta armonía con la imagen porque es igual de heterogénea y bella que ésta. Pasea por lo clásico y lo moderno, desde Bizet hasta Damien Jurado pasando por la pachanga discotequera. Una banda sonora que seguramente escuchada en casa, desprendida de la película no diga tanto, pero dentro de ella la enriquece enormemente.

Los personajes de la película son una especie de parada de los monstruos, cada uno más raro que el anterior, hasta el punto de que Jep Gambarella termina siendo el más normal de todos. Está la editora enana, está el amigo enamorado de una mujer que lo maltrata y que termina abandonando Roma porque Roma “le ha decepcionado” (curiosamente, se llama Romano), está la artista conceptual Talia Concept, usada por el director para ridiculizar el arte contemporáneo (junto con una niña que pinta cuadros derramando botes de pintura sobre un lienzo y restregando luego las manos sobre él), una especie de Teresa de Calcuta que pretende subir las escaleras del Vaticano de rodillas teniendo más de cien años y una inacabable fauna freak de hombres y mujeres decadentes que luchan contra la vejez y la muerte a golpe de fiesta, alcochol, cocaína e inyecciones de botox.

“La gran belleza” tiene un arranque frenético, con planos secuencia cortísimos, continuos travellings y la cámara siempre juguetona, como si fuera un animal curioso que quiere mirar en todas partes, y un montaje un tanto atropellado que sin embargo produce un resultado francamente bueno. Luego el ritmo se va relajando, los travellings disminuyen y todo se va posando, aunque la película te sigue sorprendiendo continuamente hasta el final.

Las fiestas, el sexo y todo el mundo dionisíaco que vive Jep es un refugio. Cuando se acaba la fiesta, Gambardella mira al techo y ve el mar, y recuerda a su gran amor, aquella mujer que le abandonó y todavía se sigue prenguntando por qué. La mirada triste del protagonista al hablar de ello nos desvela que lo que perdió le importa demasiado, tanto que nunca tendrá una vida plena y satisfactoria, por muy bonito envoltorio que le ponga. Y queda claro que todos estamos solos, aunque nos propongamos vivir acompañados, y que, por mucho que tengamos, no somos nada. A partir de esa aceptación, la percepción de la vida por parte de Gambardella cambia. “El descubrimiento más notable que he hecho es que no puedo perder el tiempo en cosas que no me apetece hacer”, dice Jep.

En definitiva, me he enamorado de esta película. Es un torrente de imágenes exuberantes, una película que te atrapa, te envuelve por sus escenas cautivadoras adornadas por un mundo luminoso y sombrío a la vez (la fotografia es inmejorable) que junto con la banda sonora te llevan en volandas por ese viaje lleno de contrastes y choques visuales que nos proporciona “La gran belleza”. Poesía hecha cine.

http://keizzine.wordpress.com/
4
15 de octubre de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sucesión de bellas (no lo dudo) secuencias, con una fotografía, interpretación y montaje magníficos, PERO desconectadas unas de otras, cuyo orden podría ser otro totalmente distinto y el resultado final sería el mismo: la nada. Está muy bien que el director quiera hablar de la frivolidad y de la nada, pero sin una historia personal que vaya avanzando a cuyo alrededor se muestre esa frivolidad, a mí se me hace pesadísima. En mi humilde y concreta opinión, la peli está estancada desde el principio, no avanza y por eso podría haber acabado una hora antes o una después perfectamente; a propósito, larguísima. Muy mala espina me dan las películas a las que se les puede cambiar infinidad de veces las secuencias, eliminarlas o sustituirlas y no se resiente. Para colmo, un escritor (no se sabe realmente si frustrado o no) al que no vemos nunca escribir (ni intentarlo) y que nos lo tenemos que creer por verborrea y no por lo más grande en el cine: las imágenes. Una película bellamente filmada pero repetitiva, sin historia que avance, lo que para mí es lo fundamental en cualquier relato, incluso en un chiste.
3
28 de octubre de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que conste que si no hubiera leído las rutilantes críticas de esta película, sus premios y su nota, nunca la hubiera visto porque se nota que "La gran belleza" va a ser un tostón de campeonato, empezando por un argumento totalmente insípido, que efectivamente no va de nada. Y por desgracia, así es. Sin embargo, como digo, se llevó el Oscar, el Globo de Oro y el BAFTA a la mejor película de lengua no inglesa, además de nueve premios David di Donatello, incluyendo mejor director y actor, lo que vendría a ser los Goyas españoles pero a la italiana, entre otros galardones. Con todo, el reconocimiento que más me ha llamado la atención es su inclusión entre las 100 mejores películas del siglo XXI, por parte de la BBC, básicamente porque me han dado ganas de hacer yo mismo esa lista. Me lo apunto en la agenda, a ver para cuando. En cualquier caso antes de entrar al trapo, para que os hagáis una idea de la pasta, estando en Italia nunca mejor dicho, de la que está hecha "La gran belleza", la obra vendría a ser una mezcla entre "La dolce vita" (1960) de Fellini y "El Gatopardo" (1963) de Visconti. Pero si los originales están ya mal, la copia es evidente que igual.

Dicho lo cual, alguna virtud tiene esta película. Por ejemplo, me ha gustado la banda sonora, la realización no es mala, para durar 142 minutos no es muy aburrida e incluso tiene algún diálogo con cierta intención, aunque perdido en medio de la vacuidad. El problema de "La gran belleza" no es que ese mundo de la ¿alta sociedad? sea irreal por grotesco, estos son frikis, aquí nadie se acerca al poder ni a la élite de ningún tipo, que también, sino que Sorrentino da palos de ciego porque no cuenta con un argumento y como no existe no puede desarrollar las ideas que le rondan por la cabeza. A lo sumo las toca de pasada pero de una forma muy obvia y superficial. Como es habitual en el cine moderno, no hay historia sino una especie de collage de situaciones y escenas, pinceladas de un cuadro abstracto, pero que rehuye y se niega a componer la figura. Una película, como una novela, tiene que estar compuesta por una serie de escalones que te van llevando de un sitio a otro hasta alcanzar la cima, es decir, aquello que el director pretende. Aquí no existe progresión, ni un encadenamiento de los hechos, de tal forma que todo lo que sucede pasa porque sí.
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