Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York

Es difícil superar lo que hizo en su primera entrega pero no está mal por las calles de Nueva York y de nuevo tiene toques de humor, mensajes tiernos y la magia navideña de una de las ciudades que mejor se alumbra por estas fechas cada año.
Entretenida siempre de ver en Navidad.

Estos de Hollywood se las saben todas: Cogieron a un chavalito de lo más encantador y carismático en apuros y solo en casa, asediado por dos actores magníficos como ladrones patosos que recibiesen golpes y consiguieron un auténtico bombazo en taquilla. Lógicamente, cualquier excusa era buena para repetir, así que gracias a su éxito, ‘Solo en casa’ tuvo una secuela casi inmediata que volvió a perforar las taquillas de todo el mundo y, de paso, crear otro clásico navideño.

Si uno la ve con aspecto crítico, sin duda se dará cuenta de que sus responsables corrieron más bien pocos riesgos al hacerla… por no decir ninguno. La secuela en Nueva York sigue un esquema idéntico a la original, incluso en vez de vecino rarito tenemos a señora del parque «extraña» para dar mal rollo. Eso sí, tenían que estar de vuelta todos y, tras cubrir al crío de oro, Macauly Culkin repitió como Kevin para hacer de las suyas, esta vez, en un edificio de la gran ciudad.

Si uno la ve como lo que es, un gran y divertido espectáculo para toda la familia, va a terminar encantado. Es un filme tan entretenido como el original, con unos actores muy cómodos en sus respectivos roles puesto que ya saben lo que les toca hacer. Macauly es puro carisma y nos lleva en volandas con los gags y la acción.

Es una secuela de lo más estimable, que no desmerece a la original y que, incluso, puede completarla un poquito. Ideal para ver en familia en Navidad.

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Otra vez la familia McAllister se ha dormido el día en que salían de viaje por navidad, pero esta vez Kevin se separará de su familia en el aeropuerto, mientras él coge un avión rumbo a Nueva York su familia hace lo propio pero hacia Miami.

Más floja que la primera parte, supongo que por lo repetitiva que es y por esas conversaciones aburridas que hay en la película para que la trama esté encadenada, pese a ello también guardo gratos recuerdos de esta película y sobre todo por sus últimos veinte minutos muy divertidos para mí. Las dos las he visto con mis hijos en bluray y también a ellos se les hizo aburridilla esta segunda parte.

El terror de los cacos, sobre todo sin son tan cenutrios como estos dos, llega por error a Nueva York, mientras su familia se dirige a Florida para pasar las vacaciones navideñas. O dicho de otro modo, el esperado regreso de ese clásico moderno infantil que es pese a quien le pese "Sólo en casa" (1990). Original y segunda parte se mueven bajo el mismo esquema, misma batuta de Chris Columbus, un director muy comercial pero poco recocido, de hecho es imposible encontrar un trabajo malo suyo mientras que cuenta con unos cuantos títulos buenos o al menos aceptables, e idénticos protagonistas, encabezados por Macaulay Culkin y terminando por su hermano en la vida real, Kieran Culkin, pero en esta ocasión, tan sólo primo.

El caso es que lo único que prácticamente cambia es la casa familiar que aquí se convierte en la ciudad que nunca duerme. Si algo funciona no hay por qué cambiarlo pero también es verdad que en ocasiones se ve como un forzado plagio de la genuina sin que el guión se separa ni un milímetro de lo que vimos entonces. De todos modos, entretenimiento familiar del bueno adornado con una cálida banda sonora, ideal para ver en navidades, con sus partes tronchantes de porrazos tipo "El Coyote y el Correcaminos", pero con otras más tiernas, incluso profundas, como esa conversación en el desván del teatro. Notorio éxito comercial al ser la tercera más taquillera del mundo en 1992 pero por debajo de la uno, que fue la número dos.

Es exactamente lo mismo de la primera pero en Nueva York. No cambia prácticamente nada. Le doy un cinco por algunas buenas decisiones como la inclusión de Tim Curry y Rob Schneider y mantener a todo el reparto original, por mantener su genial banda sonora y porque al fin y al cabo ofrece lo que el público quiere ver; golpes y sentimentalismo navideño.

Por lo demás no aporta nada respecto a la primera parte. Nos hace un tour turístico por Nueva York y poco más. En mí opinión aunque vale para pasar un buen rato como película familiar, sí está ligeramente por debajo de su antecesora tanto por el guión, la banda sonora (perfecta en la primera parte) y los golpes (casi todo son los mismos que en la primera parte pero aumentados). Aquí todo ocurre de una manera más forzada. No obstante es muy entretenida.