Que pena, lo que podría haber sido. Tiene un cartel que promete, un trailer muy cañero y un gran mito del comic a su merced, pero claro, he aquí la pena: no han sabido sacarle el partido que podrían. ¿Que la peli está muy bien? Sí ¿Que tiene efectos especiales muy muy buenos y salvajes? Por supuesto (aunque en escenas bastante bastante limitadas) Pero aun así no termina de convencerme, se queda a medio camino. Le falta esa chispa de la que disponía esa excepcional primera parte. Hecho en falta demonios, más calavera, más peleas y un mejor argumento. Nicolas Cage interpreta a al perfección el caracter (en mi opinión erroneo) que le han dado en esta entrega al motorista. Del resto del reparto no destaco a nadie mas, solamente un desperdicio total del personaje de Idris Elba. A pesar de esto sí que está entretenida, pero solamente para incondicionales del cómic, del personaje en general y de este tipo de películas. Como dice el refrán: Segundas partes...

Johnny Blaze (Nicolas Cage) es un motociclista acróbata que se esconde en Europa Occidental debido a que hizo un contrato con un hombre llamado Roarke (Ciarán Hinds) y a cambio recibió una maldición que lo obliga a transformarse en un vengador justiciero en llamas. Ahora es encontrado para que salve a un niño y a su madre del mismo que lo engaño con el contrato.

Vuelve el motociclista acróbata Johnny Blaze (Nicolas Cage). Después de luchar en "Ghost Rider" (2007) contra Mephistopheles (Peter Fonda), vuelve de nuevo a presentarle otra agenda engañosa, pero ahora como Roarke (Ciarán Hinds). En esta secuela intentara librarse de una vez y para todas de tan leonino contrato.

Lo mejor del film son los efectos especiales con que cuenta la película, ¡puro entretenimiento!, por lo demás se parece a uno más de tipo B o bajo presupuesto por su desenfocada dirección y la historia un poco confusa. La actuación de Christopher Lambert fue tan breve, que el personaje no se puede recordar en la trama.

La película tuvo un presupuesto de $57 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $133 millones, además recibió tres nominaciones a diferentes premios en festivales de cine.

Para empezar, hemos de aclarar que ‘Ghost Rider: Espíritu de venganza’ no es una secuela en el sentido más estricto de la palabra, algo que ya se dejaba entrever a tenor de las informaciones difundidas desde antes de su estreno en cines. Sin embargo, nos encontramos ante una evidente continuidad con respecto a la adaptación anterior: la presencia de un más convincente y comedido Nicolas Cage en el reparto repitiendo el papel Blaze, lo que quiere decir que la película pretende ser más bien un híbrido entre secuela y re-interpretación del personaje que un reboot absoluto. Algo así como ya sucedió con ‘El Increíble Hulk’ de Louis Leterrier.

En esta ocasión, David S. Goyer, que vuelve a repetir labores de guionista, dota al relato de un tono mucho más oscuro y siniestro, logrando que esta nueva adaptación sea bastante más cercana al personaje de las viñetas y de su verdadera mitología. De hecho, esta visión más oscura del motorista procede de la miniserie de cómics ‘Ghost Rider: Autopista al infierno’, del que la película toma como referencia. Afortunadamente, ahora todas y cada una de las intervenciones del motorista fantasma resultan verdaderamente imponentes y contundentes, nunca sin dejar de lado ciertos ápices de humor negro (que nunca paródico) y violencia (aunque en el film menos de la deseada) que hacían gala en la citada miniserie de cómics. De este modo, nos encontramos con una cinta mucho mejor que la primera versión de hace cinco años, pero sobre todo, mucho más fiel y mejor adaptada de lo que fue aquella, aunque insisto, se echa en falta algo más de violencia (quizás para captar el mayor número de público posible), sobre todo teniendo en cuenta que la película vino firmada bajo el sello de Marvel Knights, productora que ya se hizo cargo de la ultra-violenta 'Punisher: War Zone'.

Al respecto del "Motorista Fantasma" cabe decir que si en la primera ocasión la calavera ardiente dejaba bastante que desear en determinados momentos, ahora el nuevo motorista luce como un verdadero espectro infernal de ropa y calavera chamuscadas debido a las llamas, y cuyo cráneo calcinado goza de un aspecto infinitamente más verosímil y poderoso. Este rediseño también ha sido aplicado a la motocicleta de Blaze, la cual para nada resalta en la pantalla por su ‘elegancia’ y belleza (como sí sucedió con al anterior), y sí por su estilo sucio, tétrico y quemado.

En definitiva: Los que quedaron altamente defraudados con la primera película, verán en esta segunda entrega un remiendo más que interesante y decente. Y si os gustó la primera a pesar de ser conscientes de sus limitaciones, la segunda os gustará aún más. Eso si, que los detractores de la descerebrada ‘Crank’ no se alarmen, porque en esta ocasión los realizadores Mark Neveldine y Brian Taylor han sabido contenerse y alejarse de las parafernalias y excesos de aquella. Afortunadamente.

-Lo mejor: El nuevo diseño del motorista fantasma. También las espectaculares y llameantes secuencias de acción, todo un espectáculo visual que supera con creces a lo visto en la anterior película. El clímax en general, bastante serio, siniestro y mucho más acorde con el concepto de Ghost Rider.

-Lo peor: Un guión más simplón de lo deseado y unas 3D que aportan poco al resultado visual final.

-Más en: www.cineycine.com

He de decir que nunca me ha defraudado Marvel y siempre he sido un poco generoso en cuanto a la puntuación de las tres que he citado, pero ya me he hartado, ninguna de las tres anteriores las vi en el cine y para colmo para una que veo (Gratis por un sorteo, porque yo no pagaría por este bodrio) nos sale rana. La cinta tiene todas las características de cine de serie B, hay quien dice que no pasa nada, pero sí pasa, un cine de este género y caraterísticas e incluso con el presupuesto no puede considerarse de serie B, pero esta cinta lo ha conseguido. Bueno, lo han conseguido los directores de la saga Crank y Gamer, las dos puntuadas rondando el 5. No acabo de entender a la gente que pone verde a Nicolas Cage pero haber si se enteran y leen un poquito, porque lo que no saben es que está haciendo tantos bodrios y tostones porque debe muchísimo dinero a Hacienda y tiene que conseguirlo aceptando cualquier papel que le ofrezcan, todos sabemos que antes hacía buenas películas como Kick Ass, La búsqueda, Leaving Las Vegas, etc. Lo siento, no acabo de pillar el personaje estúpido del niño y el papel heroico de la Violante Placido (que lo único que sabe hacer en El Americano es estar desnuda casi toda la película). El único que más o menos se salva es Idris Elba porque de un poquito de humor y acción a la cinta. Yo no sé si me estaré equivocando pero la gente que me conoce sabe que hay muy pocas películas que no me gusten y que sea una de Marvel es una sorpresa. Escenas sin sentido, descomposiciones de comida, un demonio Heavy, un niño flipao haciendo preguntas absurdas, y para como nos ponen escenas animadas. Que sí Taylor y Neveldine, que os vayais a hacer Crank 3 porque para esto no valeis. En fin, una historia absurda, de la que sólo mejoran los efectos especiales, las interpretaciones estúpidas, personajes sin sentido, curas tatuados y para colmo el final que me reí bastante. Lo único que sale airoso es que entretiene que es lo mínimo que tiene que hacer una película.
Nota: 2'8.

Para que nos entendamos: el argumento de esta nueva aventura del motorista fantasma debió escribirse en la servilleta de un bar y nunca jamás fue revisado con posterioridad. Y por ahí se desangra este bodrio inaceptable. Nada está bien contado, ni tiene sentido, ni sirve de nada, ni consigue remotamente interesar al espectador.

El resto de los elementos de la película -que es barata pero ello no tiene por qué resultar un obstáculo, como todo buen aficionado sabe- se van contaminando de esa pobreza argumental, de esa indolencia del guión, al punto de que incluso el rodaje, la música, la fotografía y el montaje parecen descuidados, poco técnicos, y en algún momento incluso con pinta de trabajo de fin de curso para una escuela de cine. Así, ocurre que ni tan siquiera la estética del motorista -el último bastión- la salva del desastre. Y Nicholas Cage, que ultimamente rueda cualquier cosa, pulula por la pantalla como un elemento más del paisaje tratando de imponer presencia, lo cual nunca logra al verse obligado a no decir otra cosa que tonterías.

Para remate, el espectador que acude a esta película claramente entregado, pues en otro caso no iría, y que pasa noventa minutos soportando el destrozo indecente y sistemático de un excelente, incluso mítico, personaje de cómic, se encuentra con una resolución final de la aventura tan torpe y lamentable que le provoca sonrisillas de nerviosa incredulidad.

Un telefilme caro diseñado para satisfacer a los muy aficionados del "rider" -lo cual no consigue- que debió ir directamente al mercado del DVD. Poco más. Nada más.

¡¡¡¡Quiero mi dinero!!!!