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Magnolia

Drama La película consta de nueve tramas paralelas ambientadas en el Valle de San Fernando, en Los Ángeles: un niño prodigio, el presentador de un concurso de televisión, un ex-niño prodigio, un moribundo, su hijo perdido, la mujer y el enfermero del moribundo. Son historias aparentemente independientes, pero que guardan entre sí una extraña relación. (FILMAFFINITY)
Críticas 251
Críticas ordenadas por utilidad
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9
10 de septiembre de 2011
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Magnolia” es una de las mejores películas que he visto en mi vida. Con un tono entre la tragedia y la comedia grotesca, construye con increíble ritmo un puzzle de situaciones y personajes que abarcan distintas experiencias y sentimientos que nos abruman en la vida urbana occidental.

Paul Thomas Anderson ha expresado varias veces su admiración por Robert Altman y por su film “Vidas cruzadas”, del que coge la idea de entretejer historias simultáneas de múltiples personajes. Pero mientras Altman parecía quedarse sólo con lo “sucio” del realismo literario de Raymond Carver sin contar con su componente humanista, Anderson tiene el mérito de alcanzar las más altas cotas de emoción y empatía hacia sus imperfectos personajes.

Claro que eso sólo sucede si entras en la película, y admito que ésta no es para todos los públicos, ni por el drama que trata ni por la forma en que lo hace. El propio Jason Robards (que interpreta al productor con cáncer terminal) reconoció que su primera reacción al leer el guión fue de rechazo total. Además, está filmado con un estilo fácilmente tachable de snob y postmoderno, que puede dar rabia a algunos espectadores. De hecho, a mí me dan rabia muchos films con ese estilo, por considerarlos totalmente fríos y huecos, pero este es el caso contrario.

Con el único vínculo (a veces forzado) de un concurso de televisión con niños, “Magnolia” cuenta las historias de varias personas marcadas a fuego por errores, frustraciones y traumas del pasado. La única excepción es el niño, que precisamente ahora está pasando por la experiencia que seguramente marcará toda su vida. Es imposible que alguien pueda quedarse indiferente ante el ir y venir de estos personajes en su desesperada búsqueda de una segunda oportunidad, de acabar con el pasado, tomar un nuevo rumbo en sus vidas, y redimirse. Porque, ¿quién no ha visto nunca frustradas sus aspiraciones? ¿Quién no ha hecho algo de lo que se arrepiente profundamente? ¿Quién no ha perdido o se ha alejado de alguien querido? ¿Quién no ha amado nunca, ni se ha sentido rechazado? ¿Quién no quiere una nueva oportunidad?

La película transmite todo estos sentimientos a través de un prisma de humor excéntrico que suaviza la tragedia. Y si son creíbles, es gracias a uno de los mejores repartos de la historia. Todos están geniales. Anderson incluso saca el máximo jugo de la incapacidad actoral de Tom Cruise.

Otra proeza del director es la de coger la canción “Wise up” de Aimee Mann, ya utilizada en la lamentable “Jerry Maguire”, y elaborar un playlist inolvidable con otras canciones de la cantante que parecen destinadas a la película.

Por supuesto, algunos elementos chirrían en un conjunto que considero magistral. Hay escenas y personajes secundarios que no acaban de encajar siempre, pero son detalles menores. La verdad es que si te metes en la película, no te das cuenta ni de cómo el montaje agilísimo y la fotografía hipnótica hacen que las tres horas de metraje pasen volando.
10
26 de enero de 2007
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya está bien de hacernos los machotes, de mirar a la gente por encima del hombro, de creernos lo que no somos. Paul Thomas Anderson echa al ruedo a un puñado de perdedores muy diferentes entre sí pero con un parecido en común, la necesidad de perdonar y ser perdonados, de amar y ser amados.
Un dirección sobresaliente del propio Anderson, uno de los mejores guiones de todos los tiempos y la sobrecogedora actuación de un grupo de actores dando lo mejor de si mismos forman el puzzle de este film, en el que Anderson baja a la tierra árida y seca que conforma la vida de la mayoría de nosotros. Devuelve a las personas toda su humanidad y a la vida toda su gracia y su dolor, dándonos 3 horas de una materia narrativa y visual estremecedora, que pincha en la piel y duele en el alma.
Porque ya va siendo hora de decirlo esto no es una película... es un milagro.
4
3 de febrero de 2010
35 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
El orden de los acontecimientos que suceden en "Magnolia" es erróneo.

Poco importa que se reúna a un reparto de campanillas si se hacen mal las cosas. Obligados a ir en contra del ritmo natural, ni Hoffman, ni Macy, ni Reilly ni Molina terminan de cuadrar su sitio y por encima, un Tom Cruise que podría haber sacado oro de la mina podrida de su personaje, lo reduce a un vocinglero repugnante al que no podemos creernos ni como vendealmas ni como su reverso humano y vulnerable: se nota demasiado que el actor hincó el diente al pastel con la cabeza puesta en las salchichas.

De Julianne Moore, actriz de talentoso potorro, sólo indicaré que todavía no he visto escena suya que me expliqué el porqué de su crédito artístico, como no sea que es por ser pelirroja de verdad, que a fin de cuentas tiene su aquel de especie protegida en Hollywood (quizás por eso la carrera de Nicole Kidman empezó a declinar en cuanto se cambió a rubia).

En la dirección tenemos a otro sobrevalorado sin límites, el señor Paul Thomas Anderson, autor que podría ser bastante mejor si no fuese por la costumbre de tratar de embutir a todas sus películas en el traje de obra maestra, incluso cuando claramente muchas de ellas no darían la talla ni con directores más hábiles que él. Normalmente sus películas se le quedan pequeñas a sus pretensiones ¿cuál es el método para solucionarlo? Inflarlas.

La impresión que deja ver "Magnolia" es la de un montón de naderías hinchadas y un final desproporcionado y grandilocuente que parece sacado de otra biblia. Lo dicho: el orden de los acontecimientos en "Magnolia" es erróneo. El carnaval nunca va después de la cuaresma. Americanos...
8
13 de junio de 2010
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los pétalos de la magnolia se abren hasta convertirse en un abanico de historias que se completan desde una atmósfera inquietante y opresora mientras van ganando sentido dramático, dentro de una estructura original y extraña, propia del sello marcado por Paul Thomas Anderson (“Pozos de ambición”), el director y guionista de este río de relatos que el director imagina con la soltura del que se apuesta todo sin el temor de perder nada en una importante jugada de poker. El realizador se atreve a ofrecer historias llenas de sentido mientras las acompaña con lo macabro de unas ilusiones que sorprenden por lo oportuno de las mismas. Aquí, todo es posible, y las casualidades que se suceden entre las historias de Magnolia forman parte del sentido más cotidiano de la razón de ser de un relato lleno de magia pero también de tristeza. Lleno de ilusiones y de angustia. Elevando la esperanza hasta un nivel surrealista.

Se cruzan o relacionan de alguna forma las historias de un aplicado policía de convicciones religiosas; una cocainómana que rechaza a su padre (un conocido presentador de programas de televisión); un moribundo asistido por un afable enfermero y la atractiva mujer del agónico personaje; un presentador y profesor de absurdos seminarios para ligar con las mujeres de la forma más chulesca, despótica y machista posible; un ex-niño prodigio atormentado por una vida que pasó de lo brillante a lo oscuro; otro niño prodigio, este actual, frustrado por verse como una marioneta a manos de su padre... y así sucesivamente, hasta formarse el conglomerado argumental de esta misteriosa película a través de más de tres horas de duración que consiguen hacerse llevaderas gracias a lo hipnótico de sus historias, pero que en ocasiones, el conjunto, podía haberse visto beneficiado de un recorte de minutos sobre las escenas más intrascendentes o deducibles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Magnolia es una historia de historias, un cuento sobre la muerte, la tristeza y la soledad, el abatimiento moral y la frustración. Un relato enfocado desde unos sombríos personajes instalados en las más diversas clases sociales y contando todos con algún tipo de problema o complejo que les supone un gran obstáculo para poder disfrutar de lo poco, o mucho, que les queda de vida. Los actores encargados de dar vida a tan variopintos personajes logran caracterizar estas vidas con calidad en términos generales, sobresaliendo por encima del resto los trabajos de John C. Reilly (“Boogie Nights”) y William H. Macy (“Fargo”), en los papeles de policía y ex-niño prodigio, respectivamente. Es destacable el trabajo de Tom Cruise (“Valkiria”), enmarcado dentro de un personaje -el profesor de seminarios de ligue- cuyo adjetivo más adecuado puede corresponderse al de flipado. A pesar de esto, el histrionismo con el que baña a su personaje, aunque obligado por la personalidad del mismo, se hace incómodo en ocasiones hasta parecer sobre-actuado. Julianne Moore (“Un hombre soltero”) carga de credibilidad a su personaje, la mujer del moribundo millonario, consumando así uno de los mejores papeles de esta cinta. Por otro lado, resultan muy gratas las apariciones de Philip Seymour Hoffman (“Antes que el diablo sepa que has muerto”) en su papel de enfermero, dejando clara la capacidad de este actor para desarrollar toda una serie de papeles (esta vez uno sentido y entrañable) que varía de manera sorprendente entre películas, convirtiéndose así en un intérprete sin etiquetas y válido para cualquier tipo de papel que se le presente.

La música de la película está compuesta por Jon Brion (“Embriagado de amor”) y acompañada por las canciones de Aimee Mann, cantautora estadounidense que vivió, con la incursión de sus temas en esta película, uno de los más gloriosos momentos de su carrera, estando nominada la banda sonora de Magnolia en diversas categorías. Además, una de sus canciones escenifica uno de los momentos más especiales y singulares de la cinta. La combinación del score de Brion con los temas de Aimee resulta esencial, pues la música cobra vital importancia dentro del conjunto al elevar de manera casi espiritual el sentido de muchas de las escenas en las que hace presencia. El sonido musical acompaña a las historias casi permanentemente a lo largo de la duración del metraje del film.
9
24 de agosto de 2011
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posiblemente la película más compleja en cuanto a narrativa que haya visto, nueve historias son muchas, quizás demasiadas para seguirlas en paralelo y la velocidad endiablada del inicio de la película hace que estés en un estado hinóptico/shock/nomeenterodenada que probablemente no beneficia a la película.

Eso sí, las interpretaciones son cojonudas y tiene algunos muy buenos momentos musicales y un buen in crescendo el conjunto. Las apariciones de Cruise aportan los momentos de risa inevitable con su delirante locura, en una película que rebosa sentimientos de todos los tipos, pues el mismo Cruise después en la entrevista está enorme y no precisamente hace gracia.

Las numerosas escenas secuencia que tiene la película son bastante bonitas y dan dinamismo y credibilidad a escenas complejas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La mayoría de la gente según leo, llama “pretencioso” a todo el tema de la famosa lluvia de ranas, personalmente no me ha parecido algo negativo, después de montar tal entramado y decir “pues ¿por qué no?” voy a hacer que empiecen a llover ranas y voy a poner un cartelito "¡sí! esto pasó" y que el niño prodigio diga "pues sí, quieran creerlo o no, esto pasó", ves una película y no te crees que pase tal o cual en la realidad porque dices "sólo pasa en las películas", o esto es "azar" (lo que se pretende contar al comienzo de la película) y otra vez azar y otra y otra, pero no, efectivamente todas esas frustraciones y peleas y remordimientos y redenciones y castigos morales y enfermedades y caídas en la droga… y más concretamente un padre que abusa de su hija, un padre que deja tirada a su familia, un niño que se siente atacado y controlado por los medios que lo tratan como un objeto etc etc… y hay reencuentros y hay cuentas pendientes... pasan continuamente en cada rincón del mundo y en todo momento.

Y es complicado seguir la película pero en realidad para entender el fondo del asunto no hace falta otro visionado (aunque sea lo primero que se me venía a la mente al acabarla, y aunque el mismo fuera a aportarme muchos datos interesantes que pasé por alto), porque al final más o menos ya sabes quiénes son todos, qué son y qué está pasando cada uno, al final en lo que se quiere centrar la película es en esos choques, que efectivamente comenzaron en el pasado (en la película se nombra varias veces lo del "pasado"), y finalmente el reencuentro, la búsqueda del perdón de unos y otros, y si se lo conceden o al revés.

Media película enterarse de ALGO es realmente difícil, entonces cuando van 2 horas... 2 horas y media... empiezas a ir entendiendo todo y se te agolpan los entendimientos y en medio de los entendimientos (palabra inventada) de repente empiezan a llover ranas, entonces dices "¿QUÉ? ¿PERO ESTO QUÉ COÑO ES?", pues ESO es Magnolia, lo creas o no...
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