Todo lo que fallaba en la quinta parte de la mano de Tommy Gunn aquí fluye de la mano de Adonis Creed. Porque como muy bien dice el personaje de Jordan, “por mis venas fluye la sangre de un Creed”. Y Aunque en principio reniegue de su apellido y se haga con el de Johnson, el hijo cinematográfico del ahora miembro del comité olímpico Carl Wheaters, no puede ocultar su destino.

Mención aparte merece ese comienzo tan El club de la lucha. Se agradece comenzar desde otro punto de partido. La calle, la pobreza… no son siempre el motivo por el que luchar por un sueño. Se justifica fácilmente por guión pero aquí el inconformismo laboral del protagonista acerca más la figura de su padre.

Stallone brilla con luz propia en la cinta. Si bien, se podría decir que el guión ayuda a que el personaje alcance su más que probable reconocimiento posterior por parte de la industria (nominado a Globos de Oro, People Choice Award y una posible entrada en los Oscar) el actor de Alto o mi madre dispara y Copland hace una interpretación llena de cariño y humanidad.

Sylvester y Rocky han ido de la mano durante todas estas décadas: el inicio desde abajo que cambia con una oportunidad increíble, el posterior crecimiento, el estatus de estrella, la caída, el negar a aceptar el paso del tiempo y su espíritu de supervivencia.

Porque Rocky es dar un paso adelante y golpear. Todas esas lecciones de vida en pequeñas frases dichas por alguien que como diría “tiene el cerebro distraído” han llevado a convertir al personaje de Balboa en más que un icono pop y una leyenda del séptimo arte.

El semental italiano ha conseguido lo que pocos personajes han hecho en el cine. No levantar ninguna suspicacia ni odio. Esa humanidad tontorrona le ha granjeado el favor del público y su reconocimiento.

Creed no es una excelente película pero sí una buena, muy buena quizás para los fans de la saga. Tiene sus errores: la historia de amor del pequeño Creed en busca de su Adrian particular hace aguas por todas partes, la banda sonora repleta de hip hop hace añorar al gran Bill Conti y la ausencia de un villano como tal quita trascendencia a la estructura de la película de caída+entreno+combate final.

Eso sí, la cosa al final se queda un poco abierta y me deja con una duda importante...

Obviamente mi duda recae en Rocky, cuyo personaje está afectado por esa especie de cáncer. Yo estaba dudando si el final de la película sería su muerte, pero al parecer el tema queda un poco en el limbo.

Mucho mejor ese momento subiendo de nuevo esas míticas escaleras pero esta vez con cierto cansancio. Como pasa el tiempo, ¿eh?

Y a todo esto, ¿veremos secuela?