No es meramente una película de pura acción, porque además de los elementos claros y concisos que promete cualquier película de acción, ésta además se permite tocar el tema moral de los asesinos a sueldo, así como de los agentes secretos en la defensa de sus compañeros de armas en el ejército, e incluso del arrepentimiento como moneda de salvación.

Reparto de lujo con tres actores muy diferentes que independientemente cumplen a la perfección con su papel, dejándote el regusto de que aunque no es una obra especialmente estimable, lo giros de tuerca del guión te han hecho pasar un rato agradable que justifica tu inversión en la butaca, pues francamente es puro espectáculo.

Un 8 para esta notable película de acción.

Que Jason Statham (un actor cuyo carisma está muy por encima de las mediocres cintas de acción que suele protagonizar), Clive Owen (uno de mis actores favoritos) y Robert De Niro (cuyo papel se reduce a poco más que un simple cameo) compartan cartel es ya motivo suficiente para interesarse por este trabajo.

Sin embargo, no sabía a qué atenerme. ¿Sería ésta otra de esas tonterías tipo Transporter o The Mechanic? ¿O tal vez una película de acción más adulta y seria? Pues bien, yo me esperaba lo segundo, sobre todo teniendo en cuenta que se basaba en hechos reales, pero lamentablemente me equivocaba.

Puede que los amantes de la acción pura y dura disfruten con esta cinta, más aún si tenemos en cuenta su fantástico trío protagonista, pero los demás nos tendremos que conformar con un par de escenas realmente destacables, con un Clive Owen dando empaque a unos diálogos que no lo tienen y con un Robert De Niro que parece habérselo pasado bomba (nunca mejor dicho). Pues bien, he de decir que no es suficiente.

“Asesinos de Elite” es otro desperdicio de violencia gratuita sin nada nuevo que aportar dentro de un genero ya cansino por tanto repetirse. Lo que es lamentable es la actuación del gran De Niro dentro de un papel de secundario anodino que nada aporta en el engrandecimiento de la historia. Asesinos matando a otros asesinos, sin que sepamos muy bien el porque lo hacen. Locaciones internacionales que tratan de realzar una pobre película que en ningún momento es capaz de levantar vuelo.

Dejando a un lado las obligaciones cronológicas de la novela en la que se basa, parece no ser casualidad la ambientación en los años 80 de "Killer Elite". Y es que una de las vertientes protagonistas de un pequeño sector del cine de acción de los últimos años intenta poner su punto de mira en las décadas que el rigor estilístico era fundamental para confeccionar un producto notable. Grandes películas de las pasadas décadas de los 70 y 80 lograban un empaque visual tan atractivo que potenciaban aún más su calidad artística.

Los aciertos de "Killer Elite" se fecundan desde un principio en la forma de aprovechar el carisma de su tridente de protagonistas. La película comienza con una escena de acción perfectamente rodada, incidiendo en primera instancia en la estrecha relación de De Niro y Statham como antiguas figuras del crimen venidas a menos, que se enfrentan a sus últimos días de su profesión. Este es el leve toque crepuscular de la cinta, que bien podría verse como un pequeño gran guiño al cine de Sam Peckinpach, cuya "The Killer Elite" (titulada aquí "Los Aristócratas del Crimen" siendo una película injustamente menospreciada por la opinión general) nada tiene que ver con la película que nos ocupa. El personaje de Clive Owen protagoniza una trama paralela que acabará antagonizando la historia principal, observando esa relación de respeto-admiración que sienten los personajes principales a pesar de la confrontación tremendamente hostil de la que son protagonistas (y que los convertirán en meras víctimas de los hechos).

Aunque no pierda interés en ningún momento, la película avanza de forma plana y algo estirada, sufriendo los estadillos de acción (aunque se agradezca la realización lejana de los clichés actuales) de la carencia de un efecto "punch" para engrandecer el resultado final. El fallo se evidencia aún más al no esconder en ningún momento su intención estilística, que la acaba acercando más a la imitación que de la asimilación de sus más que evidentes influencias. Así, vemos como también se intenta ahondar en la psicología del personaje de Statham, como si de un Friedkin o un Mann se tratase, que lamentablemente acaba sirviendo para ofrecer un desenlace final de aspecto demasiado pusilánime, haciendo que la visión global de la película se acerque a la extraña mezcla, para nada desmerecedora, de la macarrada y las ínfulas de autor.

Este es un caso curioso porque resulta una buena combinación de intriga internacional y de acción, sin excederse en ninguna (bueno, tal vez un poco en las habilidades y en los escrúpulos del personaje de Statham). El film no es tan enrededado ni denso, ni para tomarlo tan en serio, como aquellos que tratan de operaciones y contraoperaciones secretas del tipo de Red de mentiras o Syriana, lo que lo hace más disfrutable. Tiene en sus escenas de acción el inconfundible estilo de Statham, pero más recatado y creíble.