Vi la película estando mal informado sobre su contenido. Tenía entendido que era una película de género de terror-satánico o algo parecido. De hecho estuve a punto de no verla por este motivo pues no me gusta ese tipo de películas.

La verdad es que la película es muy distinta a eso. Más bien es todo lo contrario. No es un peliculón, pero es de esas películas agradables que se dejan ver y te dejan buen cuerpo despúes de verla. Duran casi tres horas pero no se hace larga. La intepretación de Anthony Hopkins propia de su nivel eleva posiblemente el pulso de la película; lo mismo ocurre con la belleza y dulzura de la actriz principal Cliare Forlani. El espectador agradecerá el humor que en ciertos momentos surge de la película. Una película correcta y recomendable.

La película es preciosa en todos los sentidos. Primero valora el esfuerzo por lo que has creado durante toda una vida de sacrificios, y el rechazo a que otros lo compren y lo conviertan en lo que no es. Segundo, el perder la cabeza por alguien, enamorarse, ver que si nunca has sentido verdadero amor por alguien, es como no haber vivido. Tercero, el valor de ser una persona honrada, trabajadora, con ímpetu, con buen corazón, buenos sentimientos, ser una persona que llama la atención de la mismísima Muerte. Y, hablando de la muerte, cuarto, afrontar este terrible suceso, saber que está a punto de llegar tu hora y seguir luchando por aquello que crees.
Es una película excelente. Es larga, eso sí, pero ¿desde cuando es un problema que algo tan precioso dure más de la cuenta?

Quedé atónita ante semejante basura. Puedo soportar las malas películas, las que están mal hechas, las aburridas y hasta las más soeces y burdas. Pero no puedo tolerar bajo el menor concepto las que son pretenciosas y engreídas. Este horrible film jamás debió haberse filmado, es una de las peores torturas que ví en mi vida. Lo siento profundamente porque Hopkins es mi actor favorito y por eso la aguanté hasta el final pero es un nefasto producto made in Hollywood absolutamente procaz y falto de creatividad. Un tipo se entera de la manera más estúpida que se va a morir y se le presenta en persona la muerte para ayudarlo a dirimir sus asuntos finales. Y ahí se vienen las reflexiones del futuro difunto sobre lo que hizo y cómo lo hizo y a quién se lo hizo y a ver si puede dejar todo en orden así sus herederos puedan disfrutar de un velorio bonito. Basura regurgitada de la industria más comercial del cine, nefasta y pestilente adolece del mínimo buen gusto.

Ni grandes moralinas baratas de la muerte, la vida, el amor...

Ni grandes burlas ante el hecho de que la muerte se enamora....

Ni grandes suspiros por los cabellos rubios que caen sobre el rostro de Pittt...

Ni grandes lamentos por lo que una estrella del cine de probada reputación (Hopkins) se ve oblidado a hacer cuando no hay mejores papeles...


Nada, nada de eso. Sólo un día como otro cualquiera en el que no te apetezca salir de casa, en el que te acurruques en un sillón y te dejes llevar, en el que encender un cigarro (añorada época de fumadora) y te surtas de la mejor compañía para ver ésta peli (tu hermana), para ver una obra sin más pretensiones que entretenerte. Un "pastelito" que a todo el mundo, de vez en cuando le gusta paladear. Una película que te deja como nueva cuando, con los ojos bien rojos de la llorera y el sofá lleno de kleenek, te vas a la cama.

Basado en el “remake“ del film de Mitchell Leisen, “Death Takes a Holiday” (1934) y esta a su vez de la reflexiva y negra comedia teatral “La muerte de vacaciones”, escrita por Alberto Casella.

Es la historia de cómo la muerte se toma unas vacaciones en la vida para aprender y experimentar las sensaciones, sentimientos, alegrías y penurias por los que atraviesan los seres humanos.

La principal acción de la historia comienza a desarrollarse cuando un hombre que personifica a la muerte llega repentinamente a casa de William “Bill” Parrish (Anthony Hopkins), un hombre que se acerca a su 65 cumpleaños, pero tiene el final de su vida muy cerca.

Es entonces cuando la propia muerte le ofrece un trato a Bill; le concederá un poco más de tiempo de vida si a cambio le permite estar a su lado en el mundo terrenal para disfrutar de los placeres y tropiezos de los que día a día son partícipes los seres humanos.

Las cosas se complican cuando la muerte, que adopta el nombre de Joe Black (Brad Pitt), y Susan (Claire Forlani), la hija menor de William, se enamoran.

La película tuvo un presupuesto $90 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $143 millones, además recibió siete nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano dos de ellos.

Como nota curiosa: el cantante Jon Bon Jovi se inspiró en la película "Meet Joe Black" para escribir la canción "Thank you for Loving me".