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La colina de la hamburguesa

Bélico Guerra de Vietnam, 1969. Narra los infernales combates que enfrentaron al ejército americano y a los soldados del Vietcong por la toma de una colina. La división 101, formada principalmente por soldados novatos, fue la encargada de intentar ocupar esa colina, arrebatándosela al enemigo. (FILMAFFINITY)
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7
16 de febrero de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
A Doi A Bia se la conocía tradicionalmente como "El monte de la bestia agazapada" debido a su forma y posición, un terreno árido, escarpado, de más de 900 metros y oculto por la espesa jungla, matorrales de bambú y varios escalones de tierra.
La Guerra de Vietnam la convirtió primero en la colina 937, más tarde en "Hamburger Hill"...

Durante unos 10 días se alargó allí un enfrentamiento entre los enemigos del ejército de Vietnam del Norte y varias tropas que comprendían divisiones de infantería de aerotransporte, de marina y regimientos de caballería. Ahora entendemos el disgusto del soldado Motown cuando se entera de su inevitable regreso al valle de A Sau, desde donde se erigía esa colina que al término de su captura acabó alfombrada con más de setenta cadáveres de jóvenes que fueron enviados para nada, ya que no se trataba de un punto de especial atención estratégica, por mucho que formase parte de una operación mayor ("Apache Snow"), cuyo objetivo era impedir al ejército norvietnamita el traslado de suministros desde Laos...
La productora Marcia Nasatir quería llevar esta historia al cine, y el guionista Jim Carabatsos, que también combatió en Vietnam en caballería, sentía auténtica repulsión por las recientes películas que explotaban el tema de dicha guerra, en especial "Apocalypse Now" por la pésima imagen sobre los jóvenes norteamericanos. John Irvin, que realizó documentales en el mismo lugar en 1.969, se unió con la esperanza de poder "Honrar el espíritu de aquellos muchachos que no pidieron estar allí" a este proyecto rechazado por casi todo Hollywood debido a la impopularidad del tema (y es que aún nada se sabía de "Platoon"...).

Así que el director se encuentra en Filipinas rodando una accidentada producción independiente a la que Paramount tardará mucho en prestar atención y con un puñado de actores que no han hecho prácticamente nada y cuyas caras seguirán pasando desapercibidas para la inmensa mayoría (a excepción de Dylan McDermott, Don Cheadle y Steve Weber). Eso es lo que quería Carabatsos, reunir un reparto coral sin estrellas en él para que la sensación de sangre nueva fuera la misma dentro y fuera del film, y se aprecia esta frescura y riesgo.
Irvin, un artesano que tan bien sabe trabajar en el género de acción, no empieza con prólogos evocadores o "flashbacks" melancólicos. Empezamos en el centro del peligro, entre las balas, la espesa jungla, el polvo levantado por los helicópteros, la sangre que sale a borbotones de los estómagos de los heridos. Nos han lanzado al Infierno de cabeza, así debieron sentirse los chicos que fueron a Vietnam a que los mataran; al numeroso elenco lo iremos conociendo no por una molesta voz "en off", sino por sus interacciones: el uso de un diálogo poco "sofisticado" refuerza el realismo que quiere el director, y se nota que Carabatsos estuvo en la guerra, porque sabe cómo han de hablar tanto los veteranos como los reclutas.

Todas las conversaciones y conflictos que se irán produciendo entre los compañeros de ese 3.er batallón de la división 101 resultan confusos, muy patéticos en ocasiones, fuera de lugar o excesivos en su dramatismo. Se trataba de jóvenes que habían sido vapuleados mental y emocionalmente en un lugar horrible lejos de sus familias; es imposible que su forma de pensar y proceder fuesen lógicas. Irvin y Carabatsos tampoco rompen la atmósfera para viajar a las estancias de los altos mandos e informarnos de las operaciones, los planes de ataque y las quejas como en tantas películas se hace.
Nosotros nos quedamos cerca de los hombres del sargento Frantz y escuchamos sus ilusiones, tonterías o recuerdos de una época mejor, a veces alcanzando instantes desgarradores (el mensaje grabado de la novia de Beletsky). No hay un estilo tan perfeccionista como en las futuras "La Chaqueta Metálica" o "Corazones de Hierro", el británico apuesta por lo directo, la acción abrasiva, cámara en mano o en espacios reducidos, impidiendo las vías de escape, para hacernos a la idea de esa sensación de amenaza que pende sobre las cabezas de los protagonistas, y que toma forma cuando finalmente son destinados al ataque de la colina 937.

No veremos las decisiones del general Melvin Zais, quien lejos de aceptar la derrota siguió enviando soldados el 18 de Mayo a tomar un lugar sin interés y casi totalmente a ciegas por culpa del impracticable paisaje y las terribles condiciones climáticas, mientras los helicópteros aliados, debido a un error de las órdenes, aniquilaron a muchos hombres (aquello debería de haberse llamado Operación "Suicida" o "El Día de los Mártires"). Tampoco las reacciones negativas del pueblo americano tras publicar la revista Life fotos de los soldados destrozados en la colina...
No, la cámara de Irvin se queda siempre con el equipo de Franz, y capta de primera mano lo que debe ser un combate cara a cara con un enemigo situado en una posición superior. Es el efecto del barro que se nos mete en los ojos, el olor de la carne muerta que nos atasca las fosas nasales y ver el pecho abierto lleno de metralla de uno de esos pobres personajes con quien hemos compartido ciertas intimidades, un realismo doloroso que alcanza una cierta belleza cruda, y las interpretaciones de los actores ayuda a creer en ello. Lo peor es que la colina fue abandonada poco después de su captura, ejemplo de lo absurda que era esa maldita guerra...

Una lástima que Paramount no se decidiera a estrenar el film rápidamente. Irvin, Carabatsos y compañía tuvieron que esperar a la aceptación masiva de la obra de Stone para poder ver la suya en cartelera.
Y aunque nunca logró una popularidad tan grande como aquélla o la hazaña de Kubrick siempre fue muy apreciada entre los veteranos de guerra...el público a quien realmente iba dirigida.
7
25 de marzo de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Un notable film bélico, basado en un terrible hecho real, la agónica toma de una colina conocida como "Hamburguesa" por parte de la división 101 del ejercito de EE.UU. durante la guerra de Vietnam, dicha división era formada en su mayoría por soldados novatos que eran adiestrados por los sobrevivientes más antiguos, o mejor dicho por quienes sobrevivían.

Una película que a pesar de contar con una estupenda dirección de John Irvin, un sensible guion de James Carabatsos, un reparto excelente y una ambientación espectacular lastimosamente ha caído casi que en el olvido, opacado por títulos similares y es una pena porque tiene valores estéticos, actorales y en especial porque posee un poderoso mensaje anti militar y a modo de homenaje a quienes perdieron su vida ahí.

Y en este punto quiero hacer hincapié, porque la historia que vemos, no tiene un protagonista absoluto, es un film coral en donde apreciamos no a un simple pelotón de soldados, sino a un conjunto de personas (jóvenes en su mayoría) con personalidades diferentes que de forma inevitable tienden a chocar.

Pero cuando digo "chocar" me refiero a que si bien inicialmente pelean entre ellos por distintas razones, mantienen un grado de respeto mutuo, y ese no es otro que compartir un destino en común, la muerte en un sitio alejado de su familia, y por razones que ni siquiera conocían o entendían siquiera.

Además y eso se deja notar desde la camaradería y la relación de amistad que se va estableciendo entre todos ellos y nos ayuda a entender el respectivo punto de vista de cada uno de ellos sobre el conflicto, creando una particular empatía hasta casi que podamos sentir el abandono, miedo y terror que sintieron sus protagonistas.

Sobre el reparto se dejan ver unos certeros Dylan McDermott y Steven Weber como líderes de su división, el primero es el que lleva un personaje con una pesada carga psicológica y moral sobre sus hombros y el segundo de aparente frialdad, lleva el mismo peso y dolor aunque lo disimula un poco mejor.

Tambien se dejan ver Anthony Barrile, Timothy Patrick Quill, Michael Dolan, Michael Boatman, Don James Courtney B. Vance (impresiona la convicción de sus diálogos) Tim Quill, Tommy Swerdlow y la presencia de un joven Don Cheadle.

Destacar la dirección fotográfica del veterano Peter MacDonald y las notas musicales de Phillip Glass en la banda sonora, además de que se dejan escuchar algunos artistas icónicos como Percy Sledge, Waylon Jennings, Otis Redding, Country Joe and the Fish o The Animals que acompaña con su "We Gotta Get Out This Place" uno de los momentos más memorables de la cinta.

Una cinta a reinvindicar.
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spoiler:
Hay escenas que te duelen de verdad porque te llegas a encariñar con cada uno de los soldados y es una pena porque casi todos mueren.

Otro de los puntos mas crueles de la cinta es cuando por error los helicópteros americanos masacran a los suyos sin darse cuenta.

Es casi como un gigante esa colina, pues el Vietcong hace casi imposible que la división 101 pueda alcanzar su objetivo de llegar a la cima, y aunque al final del largometraje lo hace, es demoledor ver que se ha pagado un precio demasiado alto, una cantidad casi incontable de cadáveres de ambos bandos.
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