He visto... El Caballero Verde (PrimeVideo)...
https://www.filmaffinity.com/es/film389512.html

Un 2. Y es que me he aburrido, no me ha despertado interés, he llegado a dormirme varias veces, creo que está llena de simbolismos que no pillo, además, el protagonista no me cuadra, porque muy británico no me parece para la época artúrica. Y para colmo, en FilmAffinity veo que está valorada en 6,3, con nota moda de 7, seguido de 6 y de 8 a no mucha distancia.

El caso es que yo, a Gawain, le tengo un montón de cariño, por el cómic de El Principe Valiente, de Hall Foster, donde era un personaje alegre y dicharachero, que llegó a tener de escudero a este personaje nórdico.

Y me he encontrado a un personaje que no me cuadra como caballero británico por su aspecto. Además, el personaje actúa como un crío irresponsable, sin dignidad ni compromiso. Y lo meten en una historia que me parece mediocre. Además, la afronta sin ambición y sin pensar. Le plantean un reto, y en vez de pensar y resolver de forma simple (podía haber cortado una hoja) lo hace de forma drástica, prepotente y cobarde.

Me ha defraudado tanto y en tantos sentidos, que, acompañado de la pátina de magia, misticismo, y encantamientos, en un clima húmedo, frío y sombrío, que no sé cómo describir la sensación de decepción.

Y afronta el desempeño de su misión con cobardía. Cobardía reiterada en cada sorpresa que le esperaba en el camino, actuando como un adolescente descerebrado.

En fin, que no me ha gustado una mierda. Me ha aburrido soberanamente. Me ha destrozado un personaje al que amaba desde mi juventud, al punto que lo defiendo utilizando la negación. Y todo para contarme algo que ni me ha entretenido, ni me ha interesado.

En fin... la recomiendo porque parece que a la gente le gusta, aunque yo no sepa por qué.

A ver, si hasta en cierto modo es bonita, un nuevo anuncio de colonias medieval, pero, no tiene y no hay.
Lo que más me molesta, además de ese Arturo al estilo Lo Pan de "Golpe en la pequeña China" que me pone de los nervios, es la sensación de una película metida en un cubo de pegamento, frenada hasta el extremo para poder estirarla los minutos necesarios. Pero aún más que eso, la premisa (spoiler).
Técnicamente está bien, pero la historia está terriblemente planteada, busque lo que busque el director, permitiendo que los que buscan ser especiales digan que está llena de mensajes maravillosamente hilados. En mi opinión no, pero me alegro que haya gente que la ha visto y eso le haya proporcionado alegría.

"Well done, my brave knight. Now... off with your head." - The Green Knight

Las leyendas forjadas en los mitos artúricos siempre son interesantes, pero la forma en que el director, David Lowery, nos sumerge en esta época medieval llena de magia, traiciones, honor, cobardía, romances y promesas es digna de mención.

El Caballero Verde (The Green Knight, 2021) es una obra reflexiva sobre lo que significa ser un caballero y el legado que uno debe perdurar. Está disponible desde ya en PrimeVideo.


Halagos:

+ Dev Patel es un actorazo y el resto no le van a la zaga.
+ El diseño de producción hace que el lore que envuelve todo el viaje de Sir Galwain sea maravilloso.
+ Menudo score se ha currado el compositor Daniel Hart.
+ La presentación de El Caballero Verde.

Bilis:

- Mal lo vas a pasar si no te gustan las historias lentas.
- Puede que veas un entretenimiento hueco si no entras en la historia.

Entresijos express:

* Está basada en el romance del siglo XIV "Sir Gawain y el Caballero Verde".
* Lowery se ha inspirado en películas como Excalibur (1981) y Willow (1988).
* La escena que ocurre en la Tabla Redonda con El Caballero Verde no usa efectos digitales.

La cinta de David Lowery comienza de forma interesante al mostrarnos el fatídico encuentro entre el aspirante a caballero Gawain y una extraña criatura llamada el caballero verde. La ambientación, la recreación, el vestuario y el decorado cumplen su función con creces al trasladarnos a los tiempos del rey Arturo. La fotografía y los paisajes son soberbios. Algunas escenas parecen cuadros. La belleza estética lo impregna todo. Y tal vez ese sea el mayor problema de la cinta.


Tanto se intenta cuidar el punto de vista estético que se descuida lo más importante en una película, el argumento. Desde un punto de vista meramente estético es preciosa pero no estamos hablando de un cuadro. Estamos hablando de una cinta de 130 minutos de duración y eso no es suficiente para dejarnos pasar por alto su disparatada historia y los agujeros negros que está presenta. El guion hace aguas por todos lados, lo mires por donde lo mires. Acabé la película tan confundida que no comprendí ni siquiera el final. Me entere de más leyendo las críticas de otros usuarios que en su visualizado. De hecho, tengo que reconocer que las propias criticas están mucho mejor que la película.


Y es que la historia que se nos adapta es un poema. Resulta prácticamente imposible adaptar un poema a una supuesta epopeya de aventuras de 130 minutos de duración. Digo supuesta epopeya porque el viaje del protagonista no tiene nada de aventuras, de hecho, lo que ocurre durante su transcurso tiene más que ver con la metafísica o la poesía.


El elenco de actores también nos depara algunas apariciones estelares como la del joven Berry Keoghan al que conocimos en ‘’El sacrificio de un ciervo sagrado’’, la de la fantástica Alicia Vikander o la de Dev Patel ‘’Slumdog millonaire’’. Nuevamente podemos decir que el elenco de actores hace todo lo posible para sacar la cinta adelante. Sin embargo, no es suficiente. Porque como ya he mencionado la historia es una ida de la olla. No tiene una introducción, un nudo y un desenlace claros. Además, la duración es excesiva. En algunos momentos se hace muy pesada.


Una verdadera pena. Tenía buena pinta.

Los amantes de las películas raras están de enhorabuena: David Lowery les ofrece con “El caballero verde” un engendro a medio camino entre lo random y lo bizarro, entre lo absurdo y lo abstracto que hará las delicias de aquellos que disfrutan de lo atípico y consideran desafiante entender qué ha querido decir tal director al sobreexplotar la paleta de rojos en tal secuencia o qué simbolizaba el silencio de la lechuza mientras un duende acariciaba un lobo muerto. En ese sentido, la película tiene mucho de rompecabezas con momentos que hacen de David Lynch un director costumbrista.

“El caballero verde” se enmarca en algún punto de un ciclo artúrico que, por suerte o por desgracia, bebe de demasiadas fuentes y tiene demasiadas interpretaciones como para poder hablar de un único canon. El lado bueno, es que eso constituye una fuente de oportunidades para quien se vea con la creatividad de buscar nuevos enfoques, pero tiene la parte negativa de iluminados que quieren hacer pasar por artúricos elementos genéricos o de saldo. Como ejemplo, el poema de “Sir Gawain y el Caballero Verde”, en el que se basa la película y que poco tiene que ver con la idea que todos tenemos en mente de Arturo, Merlín o Camelot y que, realmente, no es más que una fantasía con fines divulgadores (difundir el ideal de caballero de la época) usando cameos de personajes famosos por motivos puramente comerciales.

“El caballero verde” elige no tomar la versión más atractiva del mundo artúrico sino que propone algo diferente en un Camelot decadente con un Rey Arturo envejecido y una Tabla Redonda en la que el criterio de admisión parece haber descendido bastante. Así la cosas, el poema medieval plantea la llegada de un misterioso caballero que propone un arriesgadísimo desafío que pondrá a prueba los valores caballerescos, o lo que queda de ellos, en el reino. El sobrino del rey, Gawain, acepta el reto y emprende un viaje que llevará al límite su virtud y sus creencias. La premisa no es, en sí misma, ni buena ni mala. De hecho, pensado en términos de un relato corto, hasta puede funcionar como una forma entretenida de difundir una moraleja. El problema de la película está en la interpretación que Lowery hace de la fuente y su manera de traducirlo a la pantalla con un estilo tan afectado y personalista que se pasa de rosca hasta convertir momentos trágicos en sketches de Martes y Trece.

De entrada, “El caballero verde” llama la atención por una puesta en escena aparatosa y artificial. Tan cuidadosamente preparada, como hortera, que busca llamar la atención del espectador y hacerle partícipe de un mundo irreal y que, claramente, es la proyeccón de lo que el poema inspiró en la mente del director independiemente de que fuese una lectura acertada o no. Desde el principio queda claro que es un mundo que no está sujeto a las leyes del tiempo y de la física, sino que todo es posible si Lowery lo ha imaginado. Así, Camelot es una fusión imposible de estilos arquitectónicos, la solidez del románico junto a diseños góticos de gigantescas dimensiones que cualquiera puede intuir que superan lo sostenible estructuralmente, pero que se mantienen en pie por la magia del cine. O del teatro, porque aunque discurra en entornos amplios propios de la gran pantalla, el ritmo y la entonación de los diálogos es más afectadamente teatral.

Si el entorno evoca lo onírico, Lowery toma otra decisión personalista y elige al hindú Dev Patel para el papel de Gawain, hijo de la hermana del rey, también de rasgos orientales. Entiendo que la intención, nuevamente, es romper con la realidad y con los modelos clásicos y trasladar la obra a un ‘territorio Lowery’ en el que el espectador pueda aparcar tranquilamente la historia y alabar cada decisión técnica del director. La elección es controvertida más allá de lo estético: Patel no es mal actor, pero para un único registro (hindú alelado de buen corazón), lo que no es una crítica a sus capacidades (tiene un registro interpretativo más que yo), pero sí a su desempeño en una obra como esta. En su defensa, el ritmo de la película es escaso y su sentido argumental, nulo, por lo que no estropea nada.

Así que en este punto, cuando apenas han pasado cinco minutos de metraje, la película empieza a oler raro. Concretamente a personalismo, a narcisismo. A «voy a dar yo la verdadera visión de la Edad Media del Rey Arturo, porque si no lo hago yo no lo va a hacer nadie». Los diálogos se hacen pastosos, confusos, con personajes que hablan sin decir nada hasta que llega el plato fuerte, el desafío del Caballero Verde, narrado de una forma tan psicodélica que tiene momentos cómicos que dan a entender que o Lowery no ha entendido el concepto general o es un cachondo. Más detalles en SPOILER-1.

A partir de ahí la película sigue los pasos de Gawain en busca de su destino. El desarrollo es asistólico y cuesta mantenerse concentrado o, como mínimo, despierto. Gawain se enfrenta a pruebas que, descritas en la Wikipedia tienen sentido, pero Lowery aborda con una mezcla de la absurdez de “Los caballeros de la mesa cuadradra” y el buen gusto de una gala de Jose Luis Moreno. La cosa, poco a poco va dejando de tener sentido, a medida que nos adentramos en el ‘Territorio Lowery’ con momentos de desbarre como SPOILER-2 y SPOILER-3 o indescifrables como SPOILER-4.

Es en el desenlace donde la película recupera algo de pulso, con un viaje distópico de cierto nivel que logra sintetizar ideas bastante complejas en poco tiempo. Tiene cierto mérito, pero la cosa dura lo que dura el viaje, que no es mucho. En cuanto la película vuelve a la realidad, vuelven las extravagancias y el anticlímax. Mira que ha habido productos malos sobre Arturo, pero ésta es lo puto peor porque vale que la historia es algo complicada, pero está contada de la peor manera posible por alguien empeñado en trasmitirnos su visión, no un argumento. En el lado bueno, no pasará a la historia: es un truño verdoso fácil de olvidar, como si nunca hubiese existido.