Original y muy peculiar película de vampiros. Un cura obsesionado con las ganas de hacer el bien y cumplir siendo fiel a las leyes de la iglesia, se ofrece voluntario a ser un conejillo de índias de un experimento médico para intentar obtener la vacuna de un virus mortal, junto con otros muchos voluntarios que van pereciendo, él es el único que consigue salir con vida o más bien resucita y se convierte en un vampiro, singular y pecador que necesita sangre para poder sobrevivir, a partir de ahí, visita con frecuencia a una familia, la cual conocía antes de la transformación y establece una relación profunda, sentimental y sexual con la joven de la familia, añadir que el hermano de la chica tiene una cara de estúpido que dan ganas de trocearlo en pedacitos, poco a poco todos los personajes irán cuesta abajo y sin frenos hacia una decadencia absoluta. El cura cada vez irá siendo más malvado y diabólico con un apetito cada vez más voraz y sembrando el mal a su alrededor. Recomendada, sobre todo a los amantes del cine de vampiros, su argumento es una locura, denso, raro pero sobre todo excitante y divertido con un toque gore y sádico que le sienta como un guante. Me ha gustado la película, muy interesante y entretenida. Para mi gusto, totalmente recomendable.

Sólo puedo decir que, sin lugar a dudas, es lo peor que he visto de este señor junto con su corto incluido en Three extremes. Me ha parecido un despropósito narrativo, aparte de presentar unos personajes absolutamente deslavazados. Le salva su, como siempre, inventiva formal, que le hace componer esporádicos planos de gran belleza estética, pero ni siquiera en este plano raya a su nivel habitual, pues estos "brotes" de magia visual son más escasos que nunca y no compensan el resto de debilidades.

No le retiro mi confianza, pues su carrera es más que sólida a estas alturas, y sigue siendo uno de mis directores favoritos, pero esta vez, en mi opinión, le ha salido un pastel bastante incomestible.

Cuando la nueva y esperada película del reconocido director Coreano terminó llegué a la conclusión de que me había gustado. Antes, quizás por la mitad del film, pensé que las cosas se le habían ido de las manos y algunos elementos delirantes me dieron ese temor que se siente cuando uno esta por descubrír que está frente a una película fallida. Gracias a dios enseguida se encamina y termina cerrando muy bien todos los elementos. Excelentes actuaciones, sobre todo de la chica protagonista, seguramente gracias a que su papel es mucho más rico en matices que el de Song Kang-ho. Excelente estética, buenos efectos especiales (a la altura de Hollywood), guion interesante (donde el vampirismo pasa a ser una cuestión secundaria) y un carisma muy "humano" terminan de armar un film recomendable.

La historia de un vampiro se puede resumir en la búsqueda de la inmortalidad acompañada por el amor; su insaciable sed de sangre, pues de ahí depende su supervivencia y la lucha contra los humanos que quieren destruirlo. En “Thirst” es el mismo cuento pero con características diferentes de lo que resulta un film un tanto original.

En esta película se encuentra de todo como en botica. Hay una mezcla de comedia, drama, romance, religión, suspenso, terror, vampiros, sexo, etc., etc. Pero esto no explica su larga, muy larga duración. Evidentemente le sobran escenas que por momentos la hacen tediosa.

Sin embargo, es muy interesante, con muy buena banda sonora, gran fotografía y excelentes actuaciones.

Thirst es una película insuficiente, y lo es porque el señorito Park Chan-wook tiene un nivel demasiado elevado como para realizar esta producción que esta sedienta de algo más. Quizá sea injusto que, solo por poner muchas esperanzas en el director coreano, su película esté condenada a triunfar, y solo por eso cualquier cosa que se desvíe de lo que esperamos consigue hacer que acabe por no gustarnos la película.

La extrañez del director además llega en una época donde los romances vampíricos están perjudicando al género más que ensalzarlo, y no, no estamos ante una historia tan original e incluso tierna como Déjame Entrar, estamos ante una película más inquietante y rara que macabra y bonita.

Una de las cosas que más daño hacen a esta película es su excesivo metraje, injustificado ya que lo que se cuenta bien se podria haber contado en unos cien minutos. No hay grandes sorpresas y mucho menos mensajes metafóricos propios del cine asiático (mucho más si tiene pinceladas de cine de terror). Thirst es una película difícil de ver, pero no porque sea profunda, si no porque se hace larga.

Gana unos cuantos puntos de cara al final cuando se muestra la carga que llevan los personajes a partir de cierto punto en la película, pero el tedioso metraje hace que la atención se disipe pronto. Para colmo, el final es bastante similar al del cómic 30 Días de Oscuridad, y además es esperable casi desde la mitad de la película.

Thist no es una mala película, tan solo bastante pesada y poco original, muy por debajo del nivel del gran Park Chan-wook.