Padre no hay más que uno 3

Más de lo mismo. Guión inconexo, actores perdidos y niños sobreactuados. Sólo lo salva 2 chistes a medio film, pero lo demás...
Errores de continuación evidentes, frases que no se corresponden, unos actores que dan vergüenza ajena y una historia que a veces se diluye o simplemente no se vislumbra.
En resumen, ésta es una mala película para hacer taquilla. Ni la recomendaría ni la volveré a ver, al menos sobrio.

¿Quién iba a decir que José Luis Torrente pasaría a ser este abnegado padre de familia? Ya llevamos tres partes de calidad descendente, y eso que la primera era bastante aceptable. O quizás nos pilló a todos en un momento en el que la acogimos con los brazos abiertos, por lo que todo el mundo sabe.
El argumento es prácticamente inexistente. Al igual que en las otras dos, es más una sucesión de chistes en plan programa de José Mota, que una historia estructurada. Eso no sería malo, pero es que ya no es tan graciosa ni de lejos. Por hacer comedia blanca familiar que no ofenda a nadie, Segura no se ha exprimido las neuronas demasiado con los chistes. Me parece que no me he reído ni una sola vez en toda la película, y eso no es decir mucho en favor de una comedia pura.
Por cierto, que el protagonismo se va ya directamente a los niños, que tienen que colaborar a contrarreloj para deshacer una trastada. Y aunque sigue Loles León y llega el bueno de Carlos Iglesias, los adultos están en segundo plano, para bien o para mal. Por no tener, apenas tiene “cameos” graciosos. Ni siquiera merece la pena mencionarlos. Que tenga ambientación navideña, pues da un poco igual, simplemente es otro contexto que en el fondo no la distancia de las anteriores a nivel argumental.
Es, simplemente, entretenida, pero con un nivel muy justo, casi como si la aparente obligación de Segura de hacer una película por año, le repercutiera en no poder dar lo mejor de sí mismo como humorista.
Por lo menos no llega a ser aburrida ni desastrosa. El problema es que le falta poco, y al parecer estoy poniendo el listón bajo en vista del resto de opiniones.
Eso no le ha impedido hacer una taquilla excelente. Pero bueno, para eso está “Atresmedia” ahí, para promocionarla a lo bestia. Tampoco es que haya mucha cosa interesante que ver en cines durante el triste verano de 2022.
Si sigue la tendencia y hay cuarta, puede ser mala sin paliativos, así que por mí que se quede así la cosa. Pero con esos beneficios, lo dudo mucho.

Esta saga está más que quemada.
La primera película me pareció súper fresca y divertida. Más de lo mismo de siempre de la comedia familiar, pero era graciosa, no se pide más para este tipo de película familiar.
La segunda ya me pareció mucho más floja, a pesar de todos esos actores que figuran como extras muy a lo Torrente. La historia no tenía el enganche ni los puntos de la primera, esta ya fue mucho más plana y convencional. Lo único que me hacía gracia era la niña que quería ser andaluza tirando de tópicos, pero que lo hacía genial y muy graciosa.
Pero esta tercera película es lenta, monótona, sin carácter cómico… me aburrió mucho y eso que la dejé de fondo.
Al terminar, amenaza con una cuarta entrega. Espero que se lo replantee y deje de torturar con esta agonía

Padre no hay más que uno 3 es la tercera entrega de la saga de comedia familiar creada por Santiago Segura, que vuelve a ponerse en la piel del sufrido Javier García, un padre de cinco hijos que tiene que lidiar con los problemas cotidianos de su familia numerosa. En esta ocasión, la trama gira en torno a las navidades, una época del año que se convierte en una pesadilla para Javier cuando los niños rompen una figurilla del belén de colección de su padre y tienen que encontrar una igual, mientras que su hija mayor rompe con su novio y su suegro se muda a su casa tras separarse.

La película sigue la fórmula de las anteriores entregas, con un humor blanco, inocente y previsible, que busca hacer reír a toda la familia con situaciones disparatadas y personajes caricaturescos. Sin embargo, el resultado es bastante flojo y repetitivo, ya que la película no aporta nada nuevo ni original al género, sino que se limita a reciclar los mismos chistes y gags de siempre, sin ninguna gracia ni ingenio. La dirección de Segura es plana y rutinaria, sin ningún alarde técnico ni visual, y el guion es pobre y simplón, sin ningún desarrollo ni profundidad de los personajes ni de la historia. El reparto está formado por actores conocidos del panorama cómico español, como Toni Acosta, Carlos Iglesias, Loles León o Leo Harlem, pero sus interpretaciones son exageradas y forzadas, sin ninguna naturalidad ni química entre ellos.

Padre no hay más que uno 3 es una comedia navideña que pretende ser un entretenimiento familiar, pero que se queda en un producto mediocre y aburrido, que no consigue arrancar ni una sonrisa al espectador. Es una película que solo gustará a los fans incondicionales de Segura y de su saga, pero que decepcionará a los que busquen una comedia fresca y divertida.

Tampoco es que "Padre no hay más que uno" (2019) y "Padre no hay más que uno 2" (2020) fueran el sumun de la comedia cinematográfica (ya les adelanto que "Fargo" (1996) o "Con faldas y a lo loco" (1959) no son precisamente), sin embargo la primera era capaz de aportar una trama de desarrollo ágil con bastantes detalles agudos y simpáticos (mientras que la segunda se nutría de una Loles León en su salsa que aprovechaba con delicia los instantes de sarcasmo atinado del guion). Esta tercera parte se denota un tanto innecesaria (menos para hacer caja con toda la familia, claro) pues ya no presenta un enredo mínimamente desatado como en el caso de sus predecesoras (la primera con esa caos reinante con el padre tratando de deshacer los berenjenales de sus hijos, la segunda con una suegra tratando de fastidiar en todo el personaje de Santiago Segura) y se conforma con hacer girar su trama en torno a una anécdota (la de cierta figurita del Belén) que importa poco al espectador e implica aun menos. Para colmo de males, y a excepción de un par contados con los dedos, todas las gracias, salidas y chistes son erráticos y dejados... más propios de una serie de Disney Channel o Clan TV (algo que puede divertir a la audiencia que no pase de los 7 años, pero que a la adulta que acompañe en el visionado a los más peques de la casa puede llegar a hastiar).

Y con ese guion tan limitadito y desaplicado... pues "Padre no hay más que uno 3" se sucede con cierto compás agradecido pero poco más (también ayuda que su metraje apenas supere la hora y media de duración), y esto se debe más a una realización activa (que no sobresaliente. Los planos son orgánicos pero usuales y rutinarios) con una puesta en escena confortable en sus decorados (muy cuidado todo el atrezzo, que resulta natural y acogedor a partes iguales. Y da lo mismo si hablamos de escenarios interiores navideños como de exteriores metropolitanos), un gran equilibrio en su refulgente iluminación, y con una cinematografía muy definida y acabada que tornan el visionado en algo acomodado que no hace daño a la vista. Los actores (adultos, que los niños actores siguen desubicados y sobreactuados en su mayor parte como en las dos partes anteriores) por su parte hacen lo que buenamente pueden, pero no tienen material con el que trabajar ni la risa ni la sonrisa.

Así pues tenemos una comedia que se hace tolerable pero no divertida, un entretenimiento demasiado superficial y mundano como para merecer en vistazo en un adulto. Eso sí, a los más peques de la casa puede que les guste (eso no lo discuto)... pero no es una película familiar de comedia para niños y adultos a la altura de "Mary Poppins" (1964), "Toy Story 2" (1999), "Buscando a Nemo" (2003) o "Rompe Ralph" (2012). Digamos que es más bien una "Shrek Tercero" (2007), una "Stuart Little" (1999) o una "Looney Tunes: De nuevo en acción" (2003), pues a nivel global acaba con el mismo mediocre resultado durante y tras su visionado.

Lo mejor: El catálogo de cameos de relumbrón que presenta.
Lo peor: Que su premisa es demasiado exigua como para dar un humor suficientemente potente.