Haz click aquí para copiar la URL

Belle Époque

Comedia. Romance Invierno de 1931. Fernando decide desertar del ejército y se refugia en una casa de campo, donde es bien acogido por Manolo, un pintor excéntrico que vive retirado debido a sus ideas políticas. El chico mantiene sucesivamente relaciones con las cuatro hijas de su protector (Rocío, Violeta, Clara y Luz), sin saber muy bien de cuál de ellas está enamorado. (FILMAFFINITY)
Críticas 61
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
5
15 de agosto de 2010
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Belle époque está hecha para eso, para "hacer reír", pero lo hace de la forma más burda, básica y denigrante, utiliza recursos como la histeria femenina, la doble moral católica, y sexo, sexo y más sexo. Es bastante predecible y la mayoría de las situaciones son forzosas, uno no percibe que le estén contando una historia, sino más bien se ve la obsesión del director por hacernos reír, aunque para eso su película deba terminar siendo un mamarracho.
6
1 de marzo de 2012
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me pude creer que ésta película ganara un Óscar, lo único que me gustó fue la actuación de Fernando Fernán Gómez pero lo demás...

Eso sí, Jorge Sanz se lo pasa en grande..

Bueno, los académicos sabrán pero a mi no me convence nada de nada
7
20 de agosto de 2021 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
301/11(15/08/21) Encantadora dramedia (de sutil ligereza) oscarizada española, con más de comedia que de drama, dirigida por Fernando Trueba, y escrita por él junto al más grande en guionista español Rafael Azcona (“El verdugo” o “Plácido”) y José Luis García Sánchez (“Pasodoble” o “Tranvía a la Malvarrosa”). Además del Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar (con ese maravilloso discurso de aceptación del director: “Me gustaría creer en Dios para agradecerle, pero solo creo en Billy Wilder, así que... gracias, señor Wilder”), ganó el Premio Goya a la Mejor Película junto con otros ocho Premios Goya y fue nombrada Mejor Película. Aunque la película que me ocupa tiene más de Lubitsch, mezclado con Buñuel (el inicio con lel enfrentamiento entre los dos guardia civiles es muy del cineasta de “Viridiana”) que al creador de “El apartamento”. El proyecto de la película nació en 1990 en un restaurante madrileño donde habitualmente solían hablar Fernando Trueba, de proyectos cinematográficos. La historia tiene una parte biográfica de Trueba pues el suegro del director se llama Manolo en la vida real, al igual que el suegro del protagonista, que como Trueba se llama Fernando. Y para representar esto lo mejor sin duda es su homérico plantel de intérpretes, sensacional con Fernando Fernán Gómez a la cabeza, Agustín González, Jorge Sanz, Chus Lampreave, Gabino Diego, Penélope Cruz, Maribel Verdú, Ariana Gil, Miriam Díaz Aroca, Mary Carmen Ramírez, Michel Galabrú, Jesús Bonilla, María Galiana, y más.

La cinta es un cálido cuento idealizado de un mundo inocente, donde reina la ilusión y las ganas de vivir, situando la acción entre el fin de la monarquía y el principio de la Segunda República de España en 1931, momento fugaz de ilusión y promesa de un mundo mejor. Donde el candor por el amor libre y el sexo campan a sus anchas, transcurriendo este vodevil coral en un lugar indeterminado (por aquello de que pueda ser cualquiera) donde reina la pasión por la vida, un lugar pintoresco retratado indudablemente influenciado por el Jean Renoir de “Una partida de campo” (gracias a la fenomenal y luminosa fotografía de José Luis Alcaine), pero también por el espíritu de parte de la filmografía de Eric Rohmer (“Pauline en la Playa” o “Le rayon vert” son prueba de ello), un Oasis que más parece un lugar en la mente que un sitio real, donde existe el librepensamiento, hay un cura republicano, donde por amor un carlista se cambia de bando, donde cuatro hermanas se solazan por poseer al zángano que ha aparecido, este se deja llevar cual picando de flor en flor, donde el padre de las ‘niñas’ las deja hagan su albedrio, ello enmarcado en este Edén en ninguna parte, todo ello con un humor que sale en momentos puntuales muy propio de Azcona (esas frases lapidarias de Fernán Gómez, los arranques de Agustín González, la ira de Chus Lampreave, la volubilidad de Gabino Diego, ese patetismo del cornudo encarnado por Michel Galabru, y más).

Provincial de España, 1931. El anciano artista Manolo (Fernando Fernán Gómez) acoge a un joven desertor del ejército realista. Fernando (Jorge Sanz) acepta felizmente, sobre todo cuando pone los ojos en las cuatro hijas de Manolo. Para su sorpresa, el niño de la corneta es seducido por cada uno de ellos, pero incluso en este remanso rural la etiqueta del amor es más sofisticada de lo que él aprecia.
Un relato que viniendo de Azcona no podían faltar los dardos mordaces a diferentes instituciones, desde el estado, la monarquía, al ejército (amén de la Guardia Civil), al matrimonio, y por supuesto a la Iglesia, ello siempre en un tono desenfadado, y con claro aire siempre melancólico, esto atomizado en su final y epilogo. Poniendo en valor la vida, el sexo, la amistad, y hasta la comida como placeres ‘Joie de vivre’. Dejándote en su devenir, sin demasiada profundidad, una mueca de sonrisa por sus situaciones que bordean en algún caso el absurdo, cuando no se zambullen orgullosas en él, merced a lo bien trenzado del fluir del guión, donde hay lugar por supuesto a diálogos y frases punzantes y divertidas. Una bucólica narración, donde nada posee verdadera intensidad dramática, todo acontece con un aire festivo cuasi-zarzuelesco, de hecho esto se remarca con cuando hace aparición (en un momento muy Lubitsch) la madre de las ‘niñas’ (Amalia a la que da vida Mary Carmen Ramírez), con esa entrada luminosa operística cantando frente a la casa y viéndose por las ventanas los habitantes exultantes de felicidad.

Una a ratos jocosa farsa, donde lo más débil es probablemente su núcleo central de los amoríos de estas jóvenes con el ‘zángano’ Fernando (termina importando poco con quien se quedara), es lo que hay en los márgenes, retratando una España revestida de optimismo, de liberalismo, de ganas de vivir, donde nada parece intenso, ello en un ambiente pastoral bucólico (para acentuarlo está la notable música de Antonio Duhamel interpretada por la Orquesta filarmónica de Madrid en Kirios Studios de Madrid; Las canciones fueron interpretadas por Mary Carmen Ramírez). Donde las tensiones políticas son tratadas de forma bufa. Aunque curiosamente la historia nos cuela muertes cruentas en su inicio y final (spoiler), pero tratadas de modo extraño.

La secuencia inicial digna de un retorcido Buñuel. El joven desertor del ejército Fernando (Jorge Sanz) es arrestado en un camino rural por dos guardias civiles, en realidad (el cabo) suegro (Juan José Otegui) y yerno (Jesús Bonilla). Mientras llevan al preso al calabozo discuten sobre los deberes un Guardia Civil, hasta que la cosa se va delas manos y en un ‘arrebato’ le dispara al otro, abrumado por el dolor del ‘arrebato’, se suicida (muy azconiano esto en su ácido humor que arremete contra el absurdo de las armas). Fernando se encuentra en medio de una dantesca escena y huye cariacontecido, llegando en la nocturnidad a un burdel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cinta tiene su fuerte en la composición e interpretación de varios de los personajes: Con ese pintor republicano que vive en una casona solo, pero que llena en el verano su casa de gente. Tipo de vuelta de todo, amante de la buena vida, que cuando lo conocemos está jugando a cartas en un prostíbulo, pero nos enteramos que él solo tiene erecciones con su mujer, y esta (cantante de zarzuela) le abandonó para irse con un rico promotor. Fernando Fernán Gómez da vida a este bon vivant carismático, arrollador, su lúcida mirada es la que nos pasea por este lienzo idealizado de como podría ser la vida, y él es quien tiene el foco de ese lánguido y nostálgico último plano, Sensacional; Tenemos a ese Manolo, desertor republicano que se destapa como un gran cocinero. Precisamente este personaje sobre el que pivotaran las cuatro hermanas, me ha resultado insulso, una veleta sin personalidad, se mueve casi como un Forrest Gump calenturiento, pero adoleciendo del encanto y simpatía de este, en una actuación plana de Jorge Sanz. Entiendo que este rol es una alegoría de los nuevos tiempos republicanos por venir; Miriam Díaz-Aroca como la hermana mayor resulta pasada de vueltas, muy teatral (su llantera es de lo más histriónica), no extraña nunca hiciera carrera en el cine; Ariadna Gil como la hermana lesbiana ‘machirulo’, da una actuación rígida, siempre de mal humor, seca, sin encanto, se puede ser gay y no por ello resultar antipática; Maribel Verdú como Rocío, está sensacional, con tremendo encanto, con una jugosa sub trama con un pretendiente atolondrado, con el que tiene desternillantes momentos, gracias ello a una excelente química con Gabino Diego; Y la hermana menor Clara, a la que da vida Penélope Cruz con 18 añitos, borda su papel con espontaneidad formidable, esos ataques de rabietas son muy frescos.

Y por supuesto están los otros secundarios, bordándolo una descomunal Chus Lampreave (da igual cuando leas esto); Un divertidísimo Gabino diego con un pusilánime enamorado, haciendo gala de aquello tan marxiano de ‘Estos son mis ideales, pero si no te gustan tengo otros); Y está el huracán Agustín González, arrollando con su impresionante cura republicano, con arranques de furia colosales (como ese inicio en que juega en un burdel a las cartas, alguien se lo recrimina y este responde? Aquí es donde hay que estar, donde está el Mal’, genial).

Spoiler:

Con lo de las muertes cruentas de principio y fin me refiero por supuesto a ese suicidio final del cura, no se sabe por qué, aunque el rol de Gabino Diego apunta su inquietud por el hecho pues ‘Con lo que le gustaba comer (¿?)!’.

El final transmite enrome tristeza, con ese Manoilo/Fernando Fernán Gómez yéndose en su coche de caballos solo de la estación, cuando hacía poco tenía su casa llena gentío. Como si con la llegada del sueño (la República) llegara la realidad de aquello que dijo Oscar Wilde o más o menos ‘Si hay algo peor que desear Algo y no tenerlo, es conseguirlo’.

Antes de escribir el guion, Trueba quiso enseñarles a Azcona y a García Sánchez Une partie de campagne de Jean Renoir para mostrar el tono que él deseaba en la película. De esta película, al igual que La regla del juego del mismo director, también coge los personajes principales quienes huyen de la ciudad en busca de un lugar bucólico en el que afloran los instintos.

El rodaje se realizó en Portugal entre el 5 de julio y el 26 de agosto de 1992. Trueba decidió hacerlo allí porque resultaba más barato que hacerlo en España (Trueba sólo pudo contar con un presupuesto de 160 millones de pesetas) y porque dicho país había sufrido menos cambios desde aquella época hasta la actualidad. La casa y el pueblo están situados en Arruda dos Vinhos, la estación en Ríos, la iglesia en Sobral de Monte Agraço y el río en Azambuja.

Me queda una bonita película, seguramente la mejor película de Fernando Trueba. Fuerza y honor!!!
5
29 de mayo de 2014 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
1º No creo que sea película para ganar un Óscar.

Dicho esto, el único actor a la altura Fernando Fernán-Gómez (71 años momento película), las chicas ¨pasables¨ Penélope Cruz (18 años), Ariadna Gil (23 años), Maribel Verdú (22 años) y Miriam Díaz Aroca (30 años) pero la actuación de Jorge Sanz (23 años) algo floja.

Película rodada en Portugal porque por aquel entonces, allí era más barato rodarla, y suscribo lo que escribió en el año 1994 The New York Times, 1 mes antes de la gala de los Óscars "impresión de que esta película es francesa en su espíritu".

La película empieza con intensidad pero acaba decayendo. Paisajes y luminosidad perfectos.
4
9 de marzo de 2024 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciertamente es una película muy bien hecha a nivel técnico y con una interpretación sobresaliente por parte de Agustín González y Fernando Fernán Gómez (como siempre), pero la película está totalmente sobrevalorada. El argumento es una auténtica estupidez y los actores jóvenes (en aquel momento) están ridículos, con interpretaciones forzadas y muy poco creíbles.

Se trata de una comedia erótica, pero con la idea de que fuera para todos los públicos, que triunfó por razones que no acierto a comprender.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para