La duda
6.8
24,561
Drama. Intriga
En 1964, en una parroquia del Bronx, un apasionado y carismático sacerdote, el padre Flynn (Seymour Hoffman) intenta cambiar las rígidas normas del colegio, que durante años han sido celosamente salvaguardadas por la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una estricta directora que cree firmemente en el poder de la disciplina. Soplan vientos de cambio político; prueba de ello es que el colegio ha aceptado al primer alumno negro, ... [+]
31 de enero de 2009
31 de enero de 2009
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estas películas que se apoyan sobre todo en un guión bien hilvanado al menos te dejan un buen sabor de boca. Otra cosa es si tienen un valor artístico. En ésta puede, pero facilón.
El film empieza con Seymour Hoffman desde el púlpito sermoneando sobre la duda, sin mucha altura teológica la verdad. No la encontrarán a lo largo de la película. Y luego todo se mueve en una teatral e infalible mezcolanza de chismorreos, dudas, certezas subjetivas, caracteres ambiguos y antipatías personales. Vamos, que todo el peso recae en la actuación. Y lo sostienen.
Seymour Hoffman como siempre, nunca falla.
Amy Adams lo hace bastante bien como la aparentemente dúctil monjita.
Viola Davis hace una aparición estelar en los pocos minutos que tiene en pantalla.
El film empieza con Seymour Hoffman desde el púlpito sermoneando sobre la duda, sin mucha altura teológica la verdad. No la encontrarán a lo largo de la película. Y luego todo se mueve en una teatral e infalible mezcolanza de chismorreos, dudas, certezas subjetivas, caracteres ambiguos y antipatías personales. Vamos, que todo el peso recae en la actuación. Y lo sostienen.
Seymour Hoffman como siempre, nunca falla.
Amy Adams lo hace bastante bien como la aparentemente dúctil monjita.
Viola Davis hace una aparición estelar en los pocos minutos que tiene en pantalla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Y que opinará esta vez Gilbert de su "querida" Meryl? se preguntará alguno.
Bueno, pues iba esta vez con la mejor predisposición y dispuesto a entonar el "mea culpa" a la mínima. Pero... voy a ser bueno. "No comment".
Bueno, pues iba esta vez con la mejor predisposición y dispuesto a entonar el "mea culpa" a la mínima. Pero... voy a ser bueno. "No comment".
27 de enero de 2009
27 de enero de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuándo uno esta seguro de la verdad de las personas?¿A quién creer? Esta es la sensación que generan las dudas, y lo cierto es que la película se mueve en estos baremos durante todo el metraje. El peso de la historia recae sobre las interpretaciones de todos los actores centrandose en sus miradas, expresiones y palabras, la fuerza de cada uno, el carácter, etc.
Sin duda, y esto es de lo poco de lo que no se duda, esta película posee un excelente guión interpretado de manera magistral por Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman. Podemos decir que nos encontramos ante una Notable película cargada de una gran tensión psicológica acerca de la credibilidad en las personas, las creencias y la fe. Un mar de dudas donde a veces es complicada la solución.
No puedo terminar sin destacar a titulo individual a Meryl Streep que deja demostrado una vez más que es una de las mejores actrices de todos los tiempos, capaz de interpretar cualquier tipo de género y siempre aportando una gran personalidad a sus películas. Ella, en este film, al igual que su compañero Philip Seymur Hoffman, da la fuerza a la pelicula ya que esta basa su historia en ellos, es una pelicula de actores, donde se puede ver capacidad interpretativa de cada uno. Me sorprendió gratamente por su entretenimiento y tensión. Recomendada sin duda.
Sin duda, y esto es de lo poco de lo que no se duda, esta película posee un excelente guión interpretado de manera magistral por Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman. Podemos decir que nos encontramos ante una Notable película cargada de una gran tensión psicológica acerca de la credibilidad en las personas, las creencias y la fe. Un mar de dudas donde a veces es complicada la solución.
No puedo terminar sin destacar a titulo individual a Meryl Streep que deja demostrado una vez más que es una de las mejores actrices de todos los tiempos, capaz de interpretar cualquier tipo de género y siempre aportando una gran personalidad a sus películas. Ella, en este film, al igual que su compañero Philip Seymur Hoffman, da la fuerza a la pelicula ya que esta basa su historia en ellos, es una pelicula de actores, donde se puede ver capacidad interpretativa de cada uno. Me sorprendió gratamente por su entretenimiento y tensión. Recomendada sin duda.
19 de abril de 2009
19 de abril de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces, por nuestros errores del pasado, nos sentimos tan débiles, tan malvados y de tan poca valía, que nos esforzamos, inconsciente o conscientemente, en probar que otros son culpables para poner así un poco de luz a nuestras propias sombras. Si puedo comprobar que, otro, ha hecho peores cosas que yo, lo mío pierde su peso, y de paso, me erijo como justiciero ante una sociedad que me exaltará por mi arrojo y dejará de fijarse en mi lado oscuro, porque ahora está viendo a un condenado.
El peligro está en que, por el afán de limpiar mi imagen, el menor detalle lo convertiré en sospecha; un pequeño indicio lo vestiré de prueba; y si es necesario, exageraré las evidencias para acelerar el proceso... y así, nacerá la calumnia, uno de los actos más inicuos de que puede ser víctima un ser humano, y ¡ay de aquel que decide gestarla, sentirá 100 veces el dolor que cause a un inocente!
¡Cuánta compasión merecen los calumniadores! Tienen tan vacío su propio corazón, que hacen el mal sin entender las consecuencias. Así que, si eres víctima de uno de ellos, no te sacies en la venganza, porque estarás dando prueba de que no eres mejor que él, y quizás, entonces, parecerá merecido tu sufrimiento.
La magnífica historia que nos cuenta, John Patrick Shanley (director, autor de la obra y guionista), recrea, a la perfección, el camino que suele trazar la calumnia. Cuando algunos miembros de una institución son cuestionados y condenados por actos dehonestos, el paradigma inquisidor de una sociedad primaria, lleva a considerar a Todos sus miembros, culpables por simple réplica. Les ha pasado a los ejércitos, a los policías, a los partidos políticos… y ahora a los sacerdotes.
La monja, Aloysius Beauvier, rectora del colegio Saint Nicholas, ubicado en el Bronx de Nueva York, está padeciendo una rigidez moral y un afán de compostura tan extrema que, para la psicología moderna, es premisa segura de que aspira a tapar las sombras de su vida.
Un comentario sospechoso que le hace, la hermana James, la pone en camino de probar a toda costa la culpabilidad del sacerdote de su parroquia, el cual se ha ganado, con afectuosidad y franca entrega, el cariño de los muchachos.
Con un eficaz planteamiento, dotado de intensos diálogos, oportunas anécdotas, y cuentos harto aleccionadores que dan realce a los sermones, la película nos siembra la malsana duda y no es nada raro que muchos tomen posición desde el comienzo.
“La duda puede ser un vínculo poderoso y auténtico al igual que la certeza”, dice el sacerdote Flynn, y en esto tiene razón. La duda puede llegar a meterse tan hondo en nuestras entrañas, que, en ausencia de una revelación absoluta de la verdad, pesa más en la mente y en el corazón de muchos seres humanos, que lo que pueda decirse con los mejores argumentos.
Un justo llamado a administrar bien la lengua, para que de pronto las plumas no vuelen con el soplo del viento y después se torne imposible recogerlas.
Otro brillante momento en la carrera actoral de, Meryl Streep, y, Philip Seymour Hoffman.
El peligro está en que, por el afán de limpiar mi imagen, el menor detalle lo convertiré en sospecha; un pequeño indicio lo vestiré de prueba; y si es necesario, exageraré las evidencias para acelerar el proceso... y así, nacerá la calumnia, uno de los actos más inicuos de que puede ser víctima un ser humano, y ¡ay de aquel que decide gestarla, sentirá 100 veces el dolor que cause a un inocente!
¡Cuánta compasión merecen los calumniadores! Tienen tan vacío su propio corazón, que hacen el mal sin entender las consecuencias. Así que, si eres víctima de uno de ellos, no te sacies en la venganza, porque estarás dando prueba de que no eres mejor que él, y quizás, entonces, parecerá merecido tu sufrimiento.
La magnífica historia que nos cuenta, John Patrick Shanley (director, autor de la obra y guionista), recrea, a la perfección, el camino que suele trazar la calumnia. Cuando algunos miembros de una institución son cuestionados y condenados por actos dehonestos, el paradigma inquisidor de una sociedad primaria, lleva a considerar a Todos sus miembros, culpables por simple réplica. Les ha pasado a los ejércitos, a los policías, a los partidos políticos… y ahora a los sacerdotes.
La monja, Aloysius Beauvier, rectora del colegio Saint Nicholas, ubicado en el Bronx de Nueva York, está padeciendo una rigidez moral y un afán de compostura tan extrema que, para la psicología moderna, es premisa segura de que aspira a tapar las sombras de su vida.
Un comentario sospechoso que le hace, la hermana James, la pone en camino de probar a toda costa la culpabilidad del sacerdote de su parroquia, el cual se ha ganado, con afectuosidad y franca entrega, el cariño de los muchachos.
Con un eficaz planteamiento, dotado de intensos diálogos, oportunas anécdotas, y cuentos harto aleccionadores que dan realce a los sermones, la película nos siembra la malsana duda y no es nada raro que muchos tomen posición desde el comienzo.
“La duda puede ser un vínculo poderoso y auténtico al igual que la certeza”, dice el sacerdote Flynn, y en esto tiene razón. La duda puede llegar a meterse tan hondo en nuestras entrañas, que, en ausencia de una revelación absoluta de la verdad, pesa más en la mente y en el corazón de muchos seres humanos, que lo que pueda decirse con los mejores argumentos.
Un justo llamado a administrar bien la lengua, para que de pronto las plumas no vuelen con el soplo del viento y después se torne imposible recogerlas.
Otro brillante momento en la carrera actoral de, Meryl Streep, y, Philip Seymour Hoffman.
24 de enero de 2009
24 de enero de 2009
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, me animé a ver la película porque intuía un duelo interpretavo entre dos actores que se comen la pantalla como son Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman. Ninguna decepción en este sentido, puesto que ambos son grandes, inmensos y atrapan a lo largo del metraje. Amy Adams es una tercera actriz digana en este juego de la duda.
Una película con múltiples lecturas, un guión sólido que muchas veces pretende insinuar más que mostrar abiertamente y que con eso logra su propósito.
Una película con múltiples lecturas, un guión sólido que muchas veces pretende insinuar más que mostrar abiertamente y que con eso logra su propósito.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después de ver la película, sigo teniendo la duda. Es evidente que el personaje de Seymour Hoffman destaca más simpatías que el de la monja interpretada por Streep. Tiene a su favor su carácter afable y su visión progresista de la Iglesia mientras que la monja es antipática y conservadora. Aún así es imposible posicionarse del todo por uno o por otro. Incluso con la revelación del final en el que descubrimos que la Hermana tendió una trampa al Sacerdote, a mí me sigue quedando la duda...
20 de febrero de 2009
20 de febrero de 2009
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Patrick Shanley, veterano dramaturgo, guionista y hasta compositor, lleva al formato de la pantalla grande su propia obra teatral, “Doubt”, galardonada con varios de los premios literarios más reconocidos.
El drama se centra en varios frentes, ahondando en el enfrentamiento entre una visión retrógrada y severa de la religión, de la moral y de la conducta, y una perspectiva abierta, sustentada en la comunicación, el diálogo y el fluir espontáneo y recíproco del afecto. Por otro lado, también presenta el eterno problema de la intolerancia, del racismo, de las desigualdades y del maltrato tanto físico como psicológico.
El problema que no dejo de percibir en el desarrollo de la película es que, exceptuando algunos pasajes de gran carga reflexiva, crítica y afectiva, el resto lo veo bastante plano, algo insulso y los temas que aborda no son tratados con la suficiente profundidad ni la dedicación que requieren. Al finalizar, me quedé con la sensación de “¿y esto es todo?”
Los personajes me saben a poco, incluso Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, quienes no dan de sí todo lo que pueden llegar a dar (que es mucho). Aparte de los interesantes sermones del padre Flynn, la ambigüedad e intriga respecto a su presunta implicación o inocencia en la acusación que la estricta y fría hermana Aloysius Beauvier le imputa, y el dilema en torno a un chico desamparado y discriminado, no hay apenas más detalles dignos de consideración. Y en cuanto al papel de Amy Adams, pues creo que resulta casi invisible y que se desaprovecha esa línea.
Muchas veces la invernal ceguera del espíritu se empeña en anular los brotes de la primavera y desterrarlos.
En un mundo podrido donde todo el mundo quiere dañarte o borrarte del mapa… aquél que te ofrece una mano amistosa y comprensiva se convierte en un dios.
Y por último, la reacción de la madre del muchacho me hace pensar en la desesperación de algunas personas apaleadas que se agarran al más mínimo gesto de cordialidad como a una tabla de salvación, porque es lo único bueno que van a obtener de su paso por este valle de lágrimas.
El drama se centra en varios frentes, ahondando en el enfrentamiento entre una visión retrógrada y severa de la religión, de la moral y de la conducta, y una perspectiva abierta, sustentada en la comunicación, el diálogo y el fluir espontáneo y recíproco del afecto. Por otro lado, también presenta el eterno problema de la intolerancia, del racismo, de las desigualdades y del maltrato tanto físico como psicológico.
El problema que no dejo de percibir en el desarrollo de la película es que, exceptuando algunos pasajes de gran carga reflexiva, crítica y afectiva, el resto lo veo bastante plano, algo insulso y los temas que aborda no son tratados con la suficiente profundidad ni la dedicación que requieren. Al finalizar, me quedé con la sensación de “¿y esto es todo?”
Los personajes me saben a poco, incluso Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, quienes no dan de sí todo lo que pueden llegar a dar (que es mucho). Aparte de los interesantes sermones del padre Flynn, la ambigüedad e intriga respecto a su presunta implicación o inocencia en la acusación que la estricta y fría hermana Aloysius Beauvier le imputa, y el dilema en torno a un chico desamparado y discriminado, no hay apenas más detalles dignos de consideración. Y en cuanto al papel de Amy Adams, pues creo que resulta casi invisible y que se desaprovecha esa línea.
Muchas veces la invernal ceguera del espíritu se empeña en anular los brotes de la primavera y desterrarlos.
En un mundo podrido donde todo el mundo quiere dañarte o borrarte del mapa… aquél que te ofrece una mano amistosa y comprensiva se convierte en un dios.
Y por último, la reacción de la madre del muchacho me hace pensar en la desesperación de algunas personas apaleadas que se agarran al más mínimo gesto de cordialidad como a una tabla de salvación, porque es lo único bueno que van a obtener de su paso por este valle de lágrimas.
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