La cordillera
5.5
4,071
Intriga. Drama
En una Cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, en donde se definen las estrategias y alianzas geopolíticas de la región, Hernán Blanco (Ricardo Darín), el presidente argentino, vive un drama político y familiar que le hará enfrentarse a sus propios demonios. Deberá tomar dos decisiones que podrían cambiar el curso de su vida en el orden público y privado: por un lado, una complicada situación emocional con su hija, y por otro, ... [+]
20 de octubre de 2017
20 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volví a sentir el asombro, sentado en mi butaca, arrebatado desde la primera imagen. Y no eran los efectos especiales o una banda sonora excesiva. Me gustó que, como en el cine de nuestros padres, era más lo que se daba a entender que lo que realmente se veía. Lo que pasaba en la pantalla desbordaba e iba más aprisa que lo que mi cabeza era capaz de asimilar.
Por último, y solo para mí, me gustó el orgullo de la película, en la que no se hacen guiños a una cultura yankee. Al revés, nuestro mundo emocional es más complejo y más rico. Y eso se evidencia en la magnífica película de Mitre.
Por último, y solo para mí, me gustó el orgullo de la película, en la que no se hacen guiños a una cultura yankee. Al revés, nuestro mundo emocional es más complejo y más rico. Y eso se evidencia en la magnífica película de Mitre.
22 de octubre de 2017
22 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera parte de la peli te mete dentro del gabinete del presidente de la república, y la cumbre americana de países, no tengo ni idea cómo serán por dentro estas cosas, pero resulta muy creíble y está muy bien contado.
Buenas interpretaciones, muy conseguido el ambiente en la estación andina.
Pero luego yo creo que el guión flojea y la historia no cierra bien, en la zona spoiler lo explico.
La periodista española chirría por todos lados, esa sí que no me la creo, y queda muy forzado para insinuar el lado oscuro del presidente.
Lo dicho, me gusta el pulso de la peli, pero la historia me parece un poco chorra.
Buenas interpretaciones, muy conseguido el ambiente en la estación andina.
Pero luego yo creo que el guión flojea y la historia no cierra bien, en la zona spoiler lo explico.
La periodista española chirría por todos lados, esa sí que no me la creo, y queda muy forzado para insinuar el lado oscuro del presidente.
Lo dicho, me gusta el pulso de la peli, pero la historia me parece un poco chorra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vale, el mal está presente, el personaje principal tiene una doble cara. Pero resulta que no es porque sea un político corrupto (muy burdo también lo de que los gringos llegan y le ofrecen dinero directamente, tampoco me resulta creíble), sino porque el demonio está mezclado en este asunto, no sabemos muy bien cómo. Igual que no sabemos muy bien porqué la hija tiene ese episodio psiquiátrico, y recuerda cosas que no ha vivido. Tampoco sabemos si son los poderes demoníacos del presidente los que matan a su yerno. En fin, una pena, porque el envoltorio está muy bien, y la peli se ve con interés, aunque en la última parte ya me pongo a mirar el reloj.
25 de octubre de 2017
25 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Presidir un país como Argentina tiene que ser un quilombo de tres pares de alfajores, pero Ricardo Darín se atreve con todo. En “La cordillera” lo veremos en medio de una conspiración política y bregar al mismo tiempo con un misterio familiar que puede salpicarle y llenarle de mierda hasta las cejas. Esta vez no hay lugar para el dulce de leche, porque todo es amargo como el mate.
Sin esforzarnos demasiado, se nos viene encima un alud de metáforas alpinas que describen lo que Santiago Mitre nos quiere contar en su película.
Con un impresionante paisaje de fondo —los andes chilenos—, se celebra una cumbre de presidentes latinonamericanos, que viviremos y sufriremos a través de Hernán Blanco (sí, blanco, como la nieve), una especie de Obama argentino, el hombre común, la esperanza blanca (sí, otra vez el blanco simbólico), el político que aparentemente no ha sido infectado aún por los males que aquejan a sus homólogos y que, precisamente por ello, acude a este evento con la etiqueta del elemento más débil, la cima menos alta de este macizo montañoso donde el Everest es el presidente de Brasil y el volcán a punto de erupcionar el de México.
El Mal existe. Eso le confiesa el mandatario argentino a una periodista española desplazada a la cumbre, y no tardaremos en verificar cuánta razón tiene. Para ello, el guion apuesta por un juego a medio camino entre el prestidigitador y el trilero, donde a veces nos muestra el truco y a veces solo el resultado, dependiendo de si la trama discurre por entresijos profesionales o familiares.
De la trama política nos enseña lo que de normal no vemos, lo que hablan los políticos en la intimidad, en una barra de hotel cubata en ristre o en un despacho donde las paredes son sordas; aquello que comparten o porfían cuando no se pavonean en público y despliegan el arte de la retórica hueca. De la trama personal, por el contrario, solo vemos sus avances y consecuencias a través del lado público de Darín, de su rostro y sus gestos, de las escenas que comparte con su hija, y del batiburrillo resultante en la mollera de esta tras someterse a una sesión de hipnosis.
Le falta una vueltecita para ser redonda, pero aun así es una película interesante e inquietante que, una vez más, reafirma algo que ya sabíamos: que lo que no se ve da más miedo que lo que está a la vista.
Más información en: http://ambigugarcia.blogspot.com.es/
Sin esforzarnos demasiado, se nos viene encima un alud de metáforas alpinas que describen lo que Santiago Mitre nos quiere contar en su película.
Con un impresionante paisaje de fondo —los andes chilenos—, se celebra una cumbre de presidentes latinonamericanos, que viviremos y sufriremos a través de Hernán Blanco (sí, blanco, como la nieve), una especie de Obama argentino, el hombre común, la esperanza blanca (sí, otra vez el blanco simbólico), el político que aparentemente no ha sido infectado aún por los males que aquejan a sus homólogos y que, precisamente por ello, acude a este evento con la etiqueta del elemento más débil, la cima menos alta de este macizo montañoso donde el Everest es el presidente de Brasil y el volcán a punto de erupcionar el de México.
El Mal existe. Eso le confiesa el mandatario argentino a una periodista española desplazada a la cumbre, y no tardaremos en verificar cuánta razón tiene. Para ello, el guion apuesta por un juego a medio camino entre el prestidigitador y el trilero, donde a veces nos muestra el truco y a veces solo el resultado, dependiendo de si la trama discurre por entresijos profesionales o familiares.
De la trama política nos enseña lo que de normal no vemos, lo que hablan los políticos en la intimidad, en una barra de hotel cubata en ristre o en un despacho donde las paredes son sordas; aquello que comparten o porfían cuando no se pavonean en público y despliegan el arte de la retórica hueca. De la trama personal, por el contrario, solo vemos sus avances y consecuencias a través del lado público de Darín, de su rostro y sus gestos, de las escenas que comparte con su hija, y del batiburrillo resultante en la mollera de esta tras someterse a una sesión de hipnosis.
Le falta una vueltecita para ser redonda, pero aun así es una película interesante e inquietante que, una vez más, reafirma algo que ya sabíamos: que lo que no se ve da más miedo que lo que está a la vista.
Más información en: http://ambigugarcia.blogspot.com.es/
18 de agosto de 2017
18 de agosto de 2017
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Sera una ironía en si misma comenzar una película nacional, en las que habitualmente no se entiende lo que se escucha, con un personaje gangoso, que no aporta nada a la trama? Desgraciadamente la película no despega nunca y cuando ilusiona de hacerlo, termina abruptamente. Los personajes secundarios no defraudan.
PD: Estimados críticos, desarrollar el arte de no hablar ni mal ni bien de una película, no es hacer critica, es hacer cine.
PD: Estimados críticos, desarrollar el arte de no hablar ni mal ni bien de una película, no es hacer critica, es hacer cine.
2 de octubre de 2017
2 de octubre de 2017
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película, thriller político perfectamente verosimil y sostenida por Ricardo Darí con la solvencia que te da un todorreno. Si trabajase en Estados Unidos ya tendría más de un Oscar.
Aparte de la lectura política, tiene la visión de presentar a un presidente como persona, con sus vivencias y problemas personales.
Aparte de la lectura política, tiene la visión de presentar a un presidente como persona, con sus vivencias y problemas personales.
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