Tres metros sobre el cielo
2010 

4.7
23,598
Romance. Drama
En Barcelona, dos jóvenes que pertenecen a mundos opuestos se conocen. Ella, la dulce Babi (María Valverde), es una chica de clase alta que vive en un entorno tan protegido como poco excitante. Él, Hugo (Mario Casas), conocido como el duro "H", es un chico impulsivo e irresponsable, aficionado a las peleas y a las carreras ilegales de motos. Esta es la crónica de un amor inicialmente imposible que arrastrará a ambos a un frenético viaje ... [+]
6 de diciembre de 2010
6 de diciembre de 2010
32 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del director de 'Fuga de cerebros' no esperábamos nada de nada. Ese tío va a lo que va. Hasta el momento, a hacer cine para los adolescentes sin ningún ánimo de aleccionar, pero sí con el de atiborrar al público joven con los recursos más proclives para convertir al espectador en lo más parecido a un ser inerte. Comparado con lo que ha hecho hasta ahora, el cine de Pedro Lazaga o el de Antonio Ozores es de autor. Sin menospreciar a los jóvenes que van en masa a ver este tipo de películas. Digamos que pecan de inocentes. Seguramente, si hubiera visto hace algunos años '3 metros sobre el cielo' habría caído en la trampa que plantea la película de cara al público, que es la facilidad que tiene para dejarte prendado (como se enamora uno de una actriz) de María Valverde, y lo mismo le ocurrirá a los que les seduzca el musculoso Mario Casas.
Lo que me sorprendió de verdad fue ver en los títulos de crédito a Ramón Salazar firmando la adaptación de la novela de Federico Moccia. Podría haberlo hecho con pseudónimo -pienso- si quería mantener la reputación que tenía como cineasta, porque, desde luego que conmigo de momento la ha perdido. La verdad es que partiendo del best-seller italiano no había gran cosa que hacer, porque no es que sea ninguna maravilla. Es más bien lo que vemos en la película contado con palabras, y arrasó entre los adolescentes a principios de 2000 al igual que su adaptación cinematográfica en 2004. Si comparamos entre ambas, la versión española es tremendamente similar en cada secuencia a esta anterior, pero -aún si cabe- más burda y empalagosa que la italiana. Digamos que los personajes chulos y macarras pasan de jugar a hacer flexiones en el suelo en una, para hacerlo en barras de hierro y durante más tiempo en la otra. ¡Qué sanos y deportistas son hoy en día los jóvenes! Y qué motos tan bonitas tienen para hacer carreras. Ese rollo en Italia puede colar, pero en el puerto de Barcelona yo lo que veo es más bien a unos chavales con tunning y no con el formato Harley. Lo de la policía sacando fotos en la portada de los periódicos es todo un puntazo, y los flashbacks y explicaciones de por qué un chico pasa de sacar "sobres" en física y (o) química a ser el más gamberro de la city son de todo menos convincentes.
Los personajes parecen haber salido de un cómic, por lo menos. Y esas niñas-bien enamoradizas (María, te están encasillando y pareces no querer darte cuenta…), con una mentalidad más cercana al reformatorio que de la universidad. Aunque, pese a ello, la cinta es muy políticamente correcta con el tema sexual e incluso con el moral. Por cuestión de abrirse al público, supongo. '3 metros sobre el cielo' es, descaradamente, otro ejemplo paradigmático de la falsedad de los retratos de la juventud en el cine español actual. ¡Viva el cine quinqui de los 80!
(continúa en el spoiler por falta de espacio...)
Lo que me sorprendió de verdad fue ver en los títulos de crédito a Ramón Salazar firmando la adaptación de la novela de Federico Moccia. Podría haberlo hecho con pseudónimo -pienso- si quería mantener la reputación que tenía como cineasta, porque, desde luego que conmigo de momento la ha perdido. La verdad es que partiendo del best-seller italiano no había gran cosa que hacer, porque no es que sea ninguna maravilla. Es más bien lo que vemos en la película contado con palabras, y arrasó entre los adolescentes a principios de 2000 al igual que su adaptación cinematográfica en 2004. Si comparamos entre ambas, la versión española es tremendamente similar en cada secuencia a esta anterior, pero -aún si cabe- más burda y empalagosa que la italiana. Digamos que los personajes chulos y macarras pasan de jugar a hacer flexiones en el suelo en una, para hacerlo en barras de hierro y durante más tiempo en la otra. ¡Qué sanos y deportistas son hoy en día los jóvenes! Y qué motos tan bonitas tienen para hacer carreras. Ese rollo en Italia puede colar, pero en el puerto de Barcelona yo lo que veo es más bien a unos chavales con tunning y no con el formato Harley. Lo de la policía sacando fotos en la portada de los periódicos es todo un puntazo, y los flashbacks y explicaciones de por qué un chico pasa de sacar "sobres" en física y (o) química a ser el más gamberro de la city son de todo menos convincentes.
Los personajes parecen haber salido de un cómic, por lo menos. Y esas niñas-bien enamoradizas (María, te están encasillando y pareces no querer darte cuenta…), con una mentalidad más cercana al reformatorio que de la universidad. Aunque, pese a ello, la cinta es muy políticamente correcta con el tema sexual e incluso con el moral. Por cuestión de abrirse al público, supongo. '3 metros sobre el cielo' es, descaradamente, otro ejemplo paradigmático de la falsedad de los retratos de la juventud en el cine español actual. ¡Viva el cine quinqui de los 80!
(continúa en el spoiler por falta de espacio...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un truco para saber muchas veces si una película vale o no, es la función de los actores secundarios. Que le pregunten sino a Berlanga. Aquí no sirven para nada, son meros pasmarotes, por muchas desgracias que les puedan suceder. La cámara solo está pendiente de la pareja protagonista, de una historia de amor que no desata pasión ni emoción, únicamente devoción por los detalles más melosos. Y es que en el cine no hace falta ser verosímil, como ya proclamaba Hitchcock, pero sí hay que ser creíble o, por lo menos, respetable.
23 de marzo de 2012
23 de marzo de 2012
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
La razón por la que critico esta basura, está en que mucha gente la considera como la mejor película de amor de todos los tiempos, y a mí personalmente, me ha llegado a ofender.
Esta apasionante película te enseña que para conseguir a la típica chica inteligente, tienes que ser un chico malo, es decir, tienes que ser un machista ultra violento que ha dejado los estudios y que para colmo, tiene una moto.
Razones para ver esta película (ironía):
1.El chico se pasa toda la película rompiendo cosas para intimidar a la chica a la que quiere, e incluso le llega a pegar.
2.Hay una escena en la que nos muestran a Mario Casas estudiando (sin gomina y con una sudadera) para que veamos lo pollo que era antes. Después (al dejar los estudios) es todo un triunfador que solo hace que enseñar músculos con sus mini camisetas, en su súper moto de chico malo.
3.Mario Casas (el chico malo) sigue rompiendo más y más cosas hasta el punto que la película nos pretende enseñar que el machismo no es algo malo, que incluso es bonito y que si las intenciones son buenas, puede ser una historia de amor perfecta.
4.Trepidantes escenas de carreras de motos a 10km/h.
5.Más escenas machistas.
6.Previsible al 100%. Si miras esta película, te sentirás como un auténtico mentalista que todo lo sabe.
Y… básicamente la película no es nada más.
Reacción al ver esta película: Millones de adolescentes que se enamoran de Mario Casas y automáticamente quieren un “chico malo” en su vida, permitiendo así toda clase de maltrato (tanto psicológico como físico) con la escusa de… “me pega pero porque me quiere”.
Esta apasionante película te enseña que para conseguir a la típica chica inteligente, tienes que ser un chico malo, es decir, tienes que ser un machista ultra violento que ha dejado los estudios y que para colmo, tiene una moto.
Razones para ver esta película (ironía):
1.El chico se pasa toda la película rompiendo cosas para intimidar a la chica a la que quiere, e incluso le llega a pegar.
2.Hay una escena en la que nos muestran a Mario Casas estudiando (sin gomina y con una sudadera) para que veamos lo pollo que era antes. Después (al dejar los estudios) es todo un triunfador que solo hace que enseñar músculos con sus mini camisetas, en su súper moto de chico malo.
3.Mario Casas (el chico malo) sigue rompiendo más y más cosas hasta el punto que la película nos pretende enseñar que el machismo no es algo malo, que incluso es bonito y que si las intenciones son buenas, puede ser una historia de amor perfecta.
4.Trepidantes escenas de carreras de motos a 10km/h.
5.Más escenas machistas.
6.Previsible al 100%. Si miras esta película, te sentirás como un auténtico mentalista que todo lo sabe.
Y… básicamente la película no es nada más.
Reacción al ver esta película: Millones de adolescentes que se enamoran de Mario Casas y automáticamente quieren un “chico malo” en su vida, permitiendo así toda clase de maltrato (tanto psicológico como físico) con la escusa de… “me pega pero porque me quiere”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando terminé de ver este cúmulo de estiércol, TODAS las chicas que la habían visto conmigo, estaban tristes porque la chica pija y el chico malo no acaban juntos.
Teniendo en cuenta que Mario Casas se pasa toda la maldita película destrozando cosas delante de la protagonista (para no pegarle a ella), la asusta, le pega, le aparta del camino del camino de los estudios, e incluso se juega su vida en carreras ilegales, no entiendo porque la gente desea que los dos acaben juntos.
Teniendo en cuenta que Mario Casas se pasa toda la maldita película destrozando cosas delante de la protagonista (para no pegarle a ella), la asusta, le pega, le aparta del camino del camino de los estudios, e incluso se juega su vida en carreras ilegales, no entiendo porque la gente desea que los dos acaben juntos.
14 de enero de 2011
14 de enero de 2011
62 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
3MSC es una película dirigida exclusivamente al público juvenil. Dos guapos actores, Mario Casas y María Valverde (ambos notables en sus papeles), basado en la novela que tanto éxito ha cosechado de Federico Moccia. Historia de amor típica de chico malo conoce chica buena y... tenemos el combinado perfecto pata reventar taquillas. (Sí, suena duro decir esto, pero es la cruda realidad)
Cómo película pensada en todo momento para un determinado tipo de público, como es el juveníl, creo que lo justo sería juzgarla sin olvidar esto. Porque la película no pretende ser algo que no es. Saben lo que quieren contar, saben cómo hacerlo y a quíen va dirigido. Y esto es algo que parece no haber tenido en cuenta los críticos a la hora de juzgarla. No les ha gustado, por tanto, no se molestan en ir más allá.
Me explico. Es una historia simple y cargada de tópicos que busca de manera directa el efectismo y la cursilería. Sí. Con unas secuencias (como la carrera de motos) filmada de manera verdaderamente espantosa se mire por donde se mire. Sí. Unos flash backs cargados de cortes que no hay por donde cogerlos. Sí. Un protagonistas violento al que elevan como mártir del romanticismo. Sí, también. ¿Y qué? Si lo que se pretende es llegar al público juvenil y no optar a los premios de la Academia.
El director; Fernando Gonzalez Molina ha conseguido algo imprescindible , que es conectar con el espectador. En el prólogo nos presentan a los dos protagonístas mediante un montaje paralelo realmente bueno. A él (Mario Casas) nos lo dibujan con carácter agresivo y ritmo acelerado. Con ella (María Valverde) al contrario, con imágenes mas pausadas y luminosas mientras se viste. Todo ello acompañado con una deliciosa música que combina a la perfección con las imágenes.
Y con los personajes recién presentados, comienza la película donde se encuentran por casualidad. Y en ese mismo momento algo se acciona... Ya estás dentro de la historia, cómo en una nube... algunos deseando sentir el primer amor de igual manera, otros recordando lo que costó tanto olvidar, el estar a 3MSC.
Cuenta a la perfección el sentimiento irracional, inocente y pasional del primer amor. Donde todo lo vives multiplicado por 10, tanto lo bueno, como lo malo, donde todo lo magnificas. Con la experiencia te das cuenta que ese estado no es más que una enajenación mental. Ya... pero sabes que no volverás a sentir lo mismo, ya no volverás a estar a 3MSC.
Cómo película pensada en todo momento para un determinado tipo de público, como es el juveníl, creo que lo justo sería juzgarla sin olvidar esto. Porque la película no pretende ser algo que no es. Saben lo que quieren contar, saben cómo hacerlo y a quíen va dirigido. Y esto es algo que parece no haber tenido en cuenta los críticos a la hora de juzgarla. No les ha gustado, por tanto, no se molestan en ir más allá.
Me explico. Es una historia simple y cargada de tópicos que busca de manera directa el efectismo y la cursilería. Sí. Con unas secuencias (como la carrera de motos) filmada de manera verdaderamente espantosa se mire por donde se mire. Sí. Unos flash backs cargados de cortes que no hay por donde cogerlos. Sí. Un protagonistas violento al que elevan como mártir del romanticismo. Sí, también. ¿Y qué? Si lo que se pretende es llegar al público juvenil y no optar a los premios de la Academia.
El director; Fernando Gonzalez Molina ha conseguido algo imprescindible , que es conectar con el espectador. En el prólogo nos presentan a los dos protagonístas mediante un montaje paralelo realmente bueno. A él (Mario Casas) nos lo dibujan con carácter agresivo y ritmo acelerado. Con ella (María Valverde) al contrario, con imágenes mas pausadas y luminosas mientras se viste. Todo ello acompañado con una deliciosa música que combina a la perfección con las imágenes.
Y con los personajes recién presentados, comienza la película donde se encuentran por casualidad. Y en ese mismo momento algo se acciona... Ya estás dentro de la historia, cómo en una nube... algunos deseando sentir el primer amor de igual manera, otros recordando lo que costó tanto olvidar, el estar a 3MSC.
Cuenta a la perfección el sentimiento irracional, inocente y pasional del primer amor. Donde todo lo vives multiplicado por 10, tanto lo bueno, como lo malo, donde todo lo magnificas. Con la experiencia te das cuenta que ese estado no es más que una enajenación mental. Ya... pero sabes que no volverás a sentir lo mismo, ya no volverás a estar a 3MSC.
21 de agosto de 2015
21 de agosto de 2015
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué bonita es la amistad. A veces. Y qué ganas de romperla cuando te aseguran que “Drome, vamos a ver «3 metros sobre el cielo». Te gustará”. Algo así. No recuerdo las palabras exactas, intento olvidarlas. Aclaro en este punto, por si hay dudas entre las quinceañeras que frecuentan los textos de esta película, que mi nombre verdadero no es ‘Dromedario’, sólo un apodo, como el de Mario Casas aquí. Que se hace llamar H. No “hache”, sino “H”. La pronunciación parece la misma. Y la es. Aunque esto nos da igual porque a Mario Casas no se le entiende cuando lo dice.
=====
El nivel estaba alto, pero la siguiente escena fue la que más me indignó.
Minuto 47:20, aproximadamente.
Discotecote. La cámara barre la pista de baile y se dirige al macho (Mario Casas, obviamente), quien se encuentra en el piso superior, apoyado en la barandilla, observando el gentío, fumando, ajeno a la fiesta. En definitiva: un tipo que mola.
Se acerca una chica disfrazada de test de Rorschach para pedirle fuego. Se lo da, pero como en esos momentos no le interesa sexualmente le espeta: “Ya te llamo, ¿vale?”. Ella, mosqueada, se marcha. Él da otra calada y vuelve la mirada a la multitud danzante. Cómo molas, colegui.
[Sorprende, en esta breve charla que mantienen, la distancia a la que hablan los dos interlocutores anteriores. Con semejante ruido de fondo parece razonable que la conversación se tenga que realizar a gritos y acercándose a la oreja del otro para ser entendido. A veces incluso ni así. Lo digo por experiencia. En ocasiones (cuando escribo “en ocasiones” quiero decir “con mucha frecuencia”), me he acercado a mujeres en este tipo de locales y les he chillado a dos milímetros de distancia: “¡Esta noche dormiré solo si no lo impides, baby tigresa!”; no me han escuchado por el ruido y se han ido sin responder. Pero esto es otro tema. No nos desviemos, por favor]
Nuevo plano: entra María Valverde en la disco buscando entre toa’ la peñita a su Adonis poligonero. Y atención a lo que viene a continuación: 1) Se acerca a la barra, 2) ¡No hace cola!, 3) Pide un vodka con piña, 4) ¡Se lo sirven en cinco segundos!, 5) No paga la copa, 6) Le da un sorbo y 7) ¡Se marcha abandonándola en la barra!
Llegados a este punto de maldad me levanté colérico, golpeé la mesa y grité: “¡Pero qué tipo de broma macabra es ésta! ¡Dejad de jugar con los sentimientos de la gente! ¡Que la copa vale como mínimo 8 euros, llévatela, pija de Carabanchel!”.
Y encima, para terminar, se pone a bailar con Mario Casas –que al verla se ha ido directo hacia ella– y liga sin ir borracha. Alucinante. ¿Es éste el ejemplo que queremos para los niños, que sin alcohol es posible encontrar a tu media naranja? Culpa de la LOGSE.
====
No, no, gracias a ti, Bea, por ponerme la película.
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El nivel estaba alto, pero la siguiente escena fue la que más me indignó.
Minuto 47:20, aproximadamente.
Discotecote. La cámara barre la pista de baile y se dirige al macho (Mario Casas, obviamente), quien se encuentra en el piso superior, apoyado en la barandilla, observando el gentío, fumando, ajeno a la fiesta. En definitiva: un tipo que mola.
Se acerca una chica disfrazada de test de Rorschach para pedirle fuego. Se lo da, pero como en esos momentos no le interesa sexualmente le espeta: “Ya te llamo, ¿vale?”. Ella, mosqueada, se marcha. Él da otra calada y vuelve la mirada a la multitud danzante. Cómo molas, colegui.
[Sorprende, en esta breve charla que mantienen, la distancia a la que hablan los dos interlocutores anteriores. Con semejante ruido de fondo parece razonable que la conversación se tenga que realizar a gritos y acercándose a la oreja del otro para ser entendido. A veces incluso ni así. Lo digo por experiencia. En ocasiones (cuando escribo “en ocasiones” quiero decir “con mucha frecuencia”), me he acercado a mujeres en este tipo de locales y les he chillado a dos milímetros de distancia: “¡Esta noche dormiré solo si no lo impides, baby tigresa!”; no me han escuchado por el ruido y se han ido sin responder. Pero esto es otro tema. No nos desviemos, por favor]
Nuevo plano: entra María Valverde en la disco buscando entre toa’ la peñita a su Adonis poligonero. Y atención a lo que viene a continuación: 1) Se acerca a la barra, 2) ¡No hace cola!, 3) Pide un vodka con piña, 4) ¡Se lo sirven en cinco segundos!, 5) No paga la copa, 6) Le da un sorbo y 7) ¡Se marcha abandonándola en la barra!
Llegados a este punto de maldad me levanté colérico, golpeé la mesa y grité: “¡Pero qué tipo de broma macabra es ésta! ¡Dejad de jugar con los sentimientos de la gente! ¡Que la copa vale como mínimo 8 euros, llévatela, pija de Carabanchel!”.
Y encima, para terminar, se pone a bailar con Mario Casas –que al verla se ha ido directo hacia ella– y liga sin ir borracha. Alucinante. ¿Es éste el ejemplo que queremos para los niños, que sin alcohol es posible encontrar a tu media naranja? Culpa de la LOGSE.
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No, no, gracias a ti, Bea, por ponerme la película.
7 de diciembre de 2010
7 de diciembre de 2010
26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queridos amigos. Ya lo digo en el título...sólo hay dos condiciones para poder ver la película: 1.- Ser quinceañera (o "teenager"); 2.- que te guste malgastar el tiempo (sin hablar del dinero).
Yo no sé quien le ha dado más de un "1" en su votación...seguro que es quinceañera!!
Malos actores: él, un macarrilla que dan ganas de darle un bofetón con la mano abierta; ella, un pijita, nadie se puede creer su enamoramiento. María un cero a tu actuación.
Argumento: lo hay?
Final: ves a verla y logra no vomitar...
Saludos!!
Yo no sé quien le ha dado más de un "1" en su votación...seguro que es quinceañera!!
Malos actores: él, un macarrilla que dan ganas de darle un bofetón con la mano abierta; ella, un pijita, nadie se puede creer su enamoramiento. María un cero a tu actuación.
Argumento: lo hay?
Final: ves a verla y logra no vomitar...
Saludos!!
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