Mala sangre
6.9
3,037
Romance. Drama
París, en un futuro cercano. Marc y Hans son dos ladrones que deben dinero a una intransigente mujer americana que les da sólo dos semanas para pagar. Planean robar y vender un nuevo antídoto para curar un virus parecido al del SIDA, que está matando a los que "practican el amor sin amor", pero necesitan un cómplice. Reclutan a Alex, alias "lengua suelta", un chico rebelde que acaba de romper su relación con su novia de 16 años de edad. (FILMAFFINITY) [+]
15 de mayo de 2021
15 de mayo de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
157/17(13/05/21) Pretencioso hasta el hartazgo este narcisista trabajo hecho a mayor gloria de este peculiar director galo, Leos Carax en su segundo largometraje, alguien que debe ser un gran onanista esteta que se pone ‘pinocho’ viendo sus películas, cuando en realidad, por lo menos en este caso (también en la otra película que he visto de este pomposo director, “Holly Motors”), es un producto embebido de ínfulas que superan en mucho una historia huera de contenido, con un desarrollo atropellado, con personajes disfuncionales hasta dar grima, con un protagonista repelente en su comportamiento, con situaciones que te hacen pensar que algunos deberían pasar el control anti-doping antes de ponerse tras las cámaras (o ante un guión).Hay que entender la cinta como algo cercano al cine experimental, que claramente recoge el testigo de la Nouvelle Vague francesa, sobre todo de “Al final de la escapada”, jugando con múltiples recursos fílmicos, en muchos casos asimétricos para tratar de atrapar al espectador en un relato que es más querer sumergir al espectador en una sensación lisérgica, que querer darnos una narración interesante, pues esta, en su escaparate inicial de tiene apariencia de thriller con gancho alegórico con el McGuffing de un suero contra una enfermedad, STBO, que claramente está inspirada en la entonces pujante en todo el mundo SIDA, además de enmarcar la trama en medio de la pasada cerca de la Tierra del cometa Haley, como si esto influyera en el clima, a modo de cuasi-apocalipsis en su mezcla de elemento pandémico (curioso en tiempos ahora del Covid-19), y elemento cósmico (por que el Haley produce una ola de calor ¿?), y todo ello centralizado en la eterna búsqueda del amor puro.
Pero en cierto punto esto que pudiera ser interesante torna en un núcleo central de un cuadrángulo amoroso infumable, evolucionado con petulantes diálogos, en medio de momentos que van de lo inane a lo ridículo, pasando por el absurdo. Teniendo en este aspecto romántico su centro en un bloque central extenso (más de media hora) de una noche entre dos amantes protagonistas, donde los alardes pirotécnico-sensoriales son tsunami (me niego a enumerarlos por cargantes, si acaso mencionar el manejo dramático del rojo sangre y pasión), donde tiene cabida incluso el surrealismo (y el homenaje al Tati de “Platytime” con lo de la vivienda con cristalera que deja a la vista todo desde la calle, para con tomas desde fuera en la calle hacernos sentir voyeurs, dando cabida a una pelea entre el rol de Piccoli con el de Lavant que acaban ambos con sus rostros ridículamente restregados en el ventanal, hay un número de prestidigitador surrealista del prota, este vuelca un auto eufórico por su amor, y el zenit de la noche corre bailando por la calle al son del ‘Modern Love’ de Bowie (que se oye en la radio). Aunque por si solo podría ser un corto interesante, en esta cansina historia me resulta arbitraria y caótico orgánicamente.
Film que me he acercado a ver por la reciente muerte de Michel Piccoli, que tiene un inicio prometedor, desplegando su carácter y genuina expresividad, pero que a medida que avanza el metraje se convierte en una caricatura grotesca. Está la presencia de dos bellezas galas como Julie Delpy, maravillosa y radiante, con una gran expresividad, pero lástima que su personaje sea un despropósito en su desarrollo torpón. La otra es Juliette Binoche, que me es tan guapa como inexpresiva. Además, su argumento negro sobre blanco es atractiva. Luego tiene una cinematografía en trabajo de iluminación fascinante, y una banda sonora muy bonita, con algunos temas pop sensacionales, epítome el “Modern Love” de David Bowie. Pero esto es solo el envoltorio, pues el contenido lastra de modo insufrible de más a menos una película para mi olvidable.
En la película, una enfermedad de transmisión sexual llamada STBO está barriendo el país; se transmite teniendo sexo sin implicación emocional, y la mayoría de sus víctimas son adolescentes que hacen el amor por curiosidad más que por compromiso. Una mujer contrata a dos hombres para que roben el suero, que ha estado encerrado en un edificio gubernamental inaccesible.
La película está protagonizada por el actor fetiche de Carax, como es Denis Lavant, propietario de un rostro extraño, con esos ojos tan separados que le dan un aire cuasi-extraterrestre, pero que aparte de esto su rol resulta (por lo menos a mí, que soy el que suscribo) de un impostado chirriante, no me creo ese influjo que irradia a las más bellas féminas, cual virus insalvable encandila hasta la médula a toda hermosa núbil que se le acerca, con el añadido de una labia hastiante en sus ansias líricas constantes que me alejan de la pantalla, de una cursilería no apta a diabéticos (ejemplo es esto: “La primera vez que una chica se enamoró de mí pensé, ‘Ya está, las chicas están enamoradas de mí’. Después lo dejamos, y ya no entendí por qué las que yo amaba, no me amaban”, puaj!), derivando en que sus romances me resultan entre fríos y artificiosos (por imperativo del guión), un carácter sin fondo alguno, que quiere emitir melancolía y mundo interior con esa pose de tipo duro del ‘todo a cien’.
Pero en cierto punto esto que pudiera ser interesante torna en un núcleo central de un cuadrángulo amoroso infumable, evolucionado con petulantes diálogos, en medio de momentos que van de lo inane a lo ridículo, pasando por el absurdo. Teniendo en este aspecto romántico su centro en un bloque central extenso (más de media hora) de una noche entre dos amantes protagonistas, donde los alardes pirotécnico-sensoriales son tsunami (me niego a enumerarlos por cargantes, si acaso mencionar el manejo dramático del rojo sangre y pasión), donde tiene cabida incluso el surrealismo (y el homenaje al Tati de “Platytime” con lo de la vivienda con cristalera que deja a la vista todo desde la calle, para con tomas desde fuera en la calle hacernos sentir voyeurs, dando cabida a una pelea entre el rol de Piccoli con el de Lavant que acaban ambos con sus rostros ridículamente restregados en el ventanal, hay un número de prestidigitador surrealista del prota, este vuelca un auto eufórico por su amor, y el zenit de la noche corre bailando por la calle al son del ‘Modern Love’ de Bowie (que se oye en la radio). Aunque por si solo podría ser un corto interesante, en esta cansina historia me resulta arbitraria y caótico orgánicamente.
Film que me he acercado a ver por la reciente muerte de Michel Piccoli, que tiene un inicio prometedor, desplegando su carácter y genuina expresividad, pero que a medida que avanza el metraje se convierte en una caricatura grotesca. Está la presencia de dos bellezas galas como Julie Delpy, maravillosa y radiante, con una gran expresividad, pero lástima que su personaje sea un despropósito en su desarrollo torpón. La otra es Juliette Binoche, que me es tan guapa como inexpresiva. Además, su argumento negro sobre blanco es atractiva. Luego tiene una cinematografía en trabajo de iluminación fascinante, y una banda sonora muy bonita, con algunos temas pop sensacionales, epítome el “Modern Love” de David Bowie. Pero esto es solo el envoltorio, pues el contenido lastra de modo insufrible de más a menos una película para mi olvidable.
En la película, una enfermedad de transmisión sexual llamada STBO está barriendo el país; se transmite teniendo sexo sin implicación emocional, y la mayoría de sus víctimas son adolescentes que hacen el amor por curiosidad más que por compromiso. Una mujer contrata a dos hombres para que roben el suero, que ha estado encerrado en un edificio gubernamental inaccesible.
La película está protagonizada por el actor fetiche de Carax, como es Denis Lavant, propietario de un rostro extraño, con esos ojos tan separados que le dan un aire cuasi-extraterrestre, pero que aparte de esto su rol resulta (por lo menos a mí, que soy el que suscribo) de un impostado chirriante, no me creo ese influjo que irradia a las más bellas féminas, cual virus insalvable encandila hasta la médula a toda hermosa núbil que se le acerca, con el añadido de una labia hastiante en sus ansias líricas constantes que me alejan de la pantalla, de una cursilería no apta a diabéticos (ejemplo es esto: “La primera vez que una chica se enamoró de mí pensé, ‘Ya está, las chicas están enamoradas de mí’. Después lo dejamos, y ya no entendí por qué las que yo amaba, no me amaban”, puaj!), derivando en que sus romances me resultan entre fríos y artificiosos (por imperativo del guión), un carácter sin fondo alguno, que quiere emitir melancolía y mundo interior con esa pose de tipo duro del ‘todo a cien’.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A que viene el tramo en que se tiran en paracaídas de una avioneta?
Por que se le da tanta importancia a las dotes de los dedos del protagonista para el robo, cuando a la postre es de un simplismo que podría haberlo hecho el hermano tonto de Forrest Gump?
Por que insultan a nuestra inteligencia con el tramo en que escapa el prota entre los polis apuntándose la sien?
Por que quieren seguir faltándonos el respeto con el pegote de que aparece su anterior novia en moto a rescatarlo?
Por que el prota dispara al poli que corre tras él, cuando este no podría alcanzarles?
Por que los americanos disparan al prota en la calle, se paran a mirar si está muerto, y así lo confirman, se marchan y este se levanta?
Por que n os cuelan ese metraje del prota escondiendo en consigna el suero, y luego escondiendo la llave, si ya nadie se preocupa por esto en la parte final?
Y es que la trama criminal es de un dislate Magno, no hay por donde cogerla.
Me queda una película, que tendrá su público, habrá a quienes les encandile, y es como dijo ese gran filósofo Clint Eastwood, las opiniones son como culos, todos tenemos uno. Yo no estoy con los que le bailan el agua a este tipo de cine gafastil. Fuerza y honor!!!
PD. El título se refiere al poema homónimo de Arthur Rimbaud en A Season in Hell.
Por que se le da tanta importancia a las dotes de los dedos del protagonista para el robo, cuando a la postre es de un simplismo que podría haberlo hecho el hermano tonto de Forrest Gump?
Por que insultan a nuestra inteligencia con el tramo en que escapa el prota entre los polis apuntándose la sien?
Por que quieren seguir faltándonos el respeto con el pegote de que aparece su anterior novia en moto a rescatarlo?
Por que el prota dispara al poli que corre tras él, cuando este no podría alcanzarles?
Por que los americanos disparan al prota en la calle, se paran a mirar si está muerto, y así lo confirman, se marchan y este se levanta?
Por que n os cuelan ese metraje del prota escondiendo en consigna el suero, y luego escondiendo la llave, si ya nadie se preocupa por esto en la parte final?
Y es que la trama criminal es de un dislate Magno, no hay por donde cogerla.
Me queda una película, que tendrá su público, habrá a quienes les encandile, y es como dijo ese gran filósofo Clint Eastwood, las opiniones son como culos, todos tenemos uno. Yo no estoy con los que le bailan el agua a este tipo de cine gafastil. Fuerza y honor!!!
PD. El título se refiere al poema homónimo de Arthur Rimbaud en A Season in Hell.
7 de octubre de 2021
7 de octubre de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin he visto 'Chico conoce a chica' y esta película, las dos primeras obras del enorme autor de 'Los amantes de Pont Neuf' y del pedante autor de 'Annette'. Pues bien, vaya par de ladrillos enormemente mal rodados. En el caso de 'Mala sangre' el aburrimiento no lo redimen los bellísimos rostros de Juliette Binoche y Julie Delpy, pese a los esfuerzos de Carax que se olvidó de rodar bien (la secuencia del tiroteo entre los dos coches debería estudiarse para saber como no rodar cine) y del guion. No, haciendo que tus personajes reciten poesía y canten canciones no se consigue más que aburrir. Aburrir mucho. Y lo de pintar un decorado con solo dos colores ya lo hicieron otros directores antes mucho mejor.
23 de agosto de 2015
23 de agosto de 2015
5 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fueron dos horas y pensé que habían sido cuatro. Salí del cine con almorranas en el alma. Mencionaron a Jean Cocteau y la gente empezó a reírse en plan oh dios mio Jean Cocteau claro claro el de la fórmula uno. Mi amigo Multiloco, que es director de cine, me ha dicho que hay que contextualizarla. El azote del sida en la Francia de los años ochenta. Pero como el sida no afecta al cerebro ni al gusto no pillo a que vino semejante inversión cinematográfica con avión incluído. Reconozco que me quedé a verla hasta el final por mera presión social demócrata, además de porque mi amigo Multiloco me presionaba contra la butaca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La verdad no tengo palabras para definirla. Así que citando al gran piloto Cocteau, y nunca mejor dicho sobre un film en el que la motocicleta cobra un gran protagonismo, " brrrrrumm brrumm brummmm".
14 de diciembre de 2013
14 de diciembre de 2013
12 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza con una historia de mafiosos, esto parece interesante, sale Piccoli, esto promete, parece intrigante, el retro virus que quieren robar, un poco romanticona eso que lo padecen los que tienen sexo sin amor pero bueno, una cursilería francesa más, pero sale Piccoli, esto no puede decaer.
Hasta que hace su aparición, vestida de rojo, Juliette Binoche y su cara que no transmite nada, y aquí comenzara un larguísimo tiempo de diálogos cursis, teatrales y falsos acerca del amor y no se que carajo más, conversaciones en forma de poesía, todo esa lírica que me produce arcadas y el baile estúpido, clásico en Carax.
Maldito seas, ahora que escuche a Bowie me acordaré de esta bazofia.
Después volverá la historia de los mafiosos, esto levanta un poco, hasta que llega una escena que me hizo maldecir a este director, la escena del ascensor, sí, esa que dice no disparen, soy el único al que le pareció una merde todo esto.
Dicen Película de culto, el nuevo cine, me quedo en silencio, supongo que habrá que ser tolerante, total hay público para todo, mejor veo una de Tati para no amargarme la noche.
Hasta que hace su aparición, vestida de rojo, Juliette Binoche y su cara que no transmite nada, y aquí comenzara un larguísimo tiempo de diálogos cursis, teatrales y falsos acerca del amor y no se que carajo más, conversaciones en forma de poesía, todo esa lírica que me produce arcadas y el baile estúpido, clásico en Carax.
Maldito seas, ahora que escuche a Bowie me acordaré de esta bazofia.
Después volverá la historia de los mafiosos, esto levanta un poco, hasta que llega una escena que me hizo maldecir a este director, la escena del ascensor, sí, esa que dice no disparen, soy el único al que le pareció una merde todo esto.
Dicen Película de culto, el nuevo cine, me quedo en silencio, supongo que habrá que ser tolerante, total hay público para todo, mejor veo una de Tati para no amargarme la noche.
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